“Seguiremos ayudando a las personas con discapacidad a pesar de todos los obstáculos”

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El 26 y 27 de marzo, el Estado de Cuba será revisado por el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, por ser Estado Parte a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Presentamos, entonces, esta entrevista con Juan del Pilar Goberna Hernández, fundador de la Red de Cultura Inclusiva. […]

El 26 y 27 de marzo, el Estado de Cuba será revisado por el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, por ser Estado Parte a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Presentamos, entonces, esta entrevista con Juan del Pilar Goberna Hernández, fundador de la Red de Cultura Inclusiva.

La Red de Cultura Inclusiva es una organización independiente que desde el 2016 provee ayuda a personas con discapacidad motora, visual y auditiva en Cuba; esto, como una alternativa para las personas, que en un contexto totalitario, se encuentran en situación de discapacidad.

Uno de los impulsores de esta Red es Juan del Pilar Goberna Hernández, un hombre que perdió completamente la visión hace seis años y ha decidido dedicar todas sus energías a luchar contra las innumerables barreras de todo tipo que encuentran las personas con discapacidad en Cuba.  A este activista de derechos humanos, por manifestar ideas políticas contrarias al régimen castrista, le impidieron pertenecer a la Asociación Nacional del Ciego (ANCI).

Sobre los inicios de este proyecto y los escollos encontrados desde su fundación Goberna Hernández accede a conversar con nosotros.

¿Por qué nace la Red de Cultura Inclusiva y cuáles son sus objetivos?

A partir de que pierdo la visión en el año 2012, tanto yo como mi familia, empezamos a percatarnos de las dificultades que tienen estas personas, cómo esa discapacidad y cualquier otra te cambia completamente la vida y la de tus familiares. Observamos además el gran desconocimiento que tienen las personas con discapacidad, pues no saben que existe una Convención Internacional que protege sus derechos.

La Red surge para divulgar el conocimiento de los derechos de esas personas, visualizar sus problemas y asesorar en todo lo que podamos. Somos una organización enteramente cívica y sin ánimo de lucro, no deseamos confrontar con el gobierno, pero éste dada su intolerancia si nos impide desarrollar nuestra labor.

Hasta el momento ¿qué labor han desarrollado y cuál ha sido el alcance e impacto de la Red?  

Desarrollamos mesas de diálogo y talleres con personas con discapacidad o con personas que deseen integrarse a la Red para ayudar a ese tipo de personas. Monitoreamos casos que no tienen amparo gubernamental o éste ha sido muy pobre. Priorizamos a aquellas personas que son activistas de derechos humanos debido a la vulnerabilidad extrema a que están sometidos por una doble discriminación.

También, hemos realizado una base de datos de  muchas de las barreras arquitectónicas que existen en el país. Recogemos casos de personas con discapacidad que la prensa oficial divulga. Nuestra Red llega a provincias como Holguín, Granma, Cienfuegos, Villa Clara y Matanzas. Si no hacemos más es por falta de recursos para poder trasladarnos y ver más personas.

Aunque el impacto de nuestro trabajo se refleje muy lentamente en la cotidianidad social,  es muy gratificantes cuando nos enteramos que en Holguín, por ejemplo, el pasado año se eliminaron 150 barreras arquitectónicas; además de mayor presencia de spots publicitarios en la televisión sobre cómo se debe tratar a personas con discapacidad. En el programa televisivo Cuando una mujer también se han expuesto casos de personas con algún tipo de limitación física.

¿Cómo se ha manifestado la represión del régimen hacia la Red? 

En varias ocasiones cuando conocemos de un caso y lo visitamos, viene después la Seguridad del Estado a sembrarles temor o les hace falsas promesas de ayuda. Estas personas cogen miedo y cesan cualquier contacto con nosotros. Tanto mi esposa Acelia Carvajal como yo hemos sufrido detenciones por parte de la Seguridad del Estado, donde nos hacen todo tipo de amenazas y nos dicen claramente que no van a permitir nuestro trabajo.

Otros miembros de la Red como Daniurka González también han sido interrogados por la Seguridad del Estado en varias ocasiones. Cuando hacemos algún tipo de actividad sentimos la vigilancia de la policía política.

La represión ha aumentado después que asistimos en septiembre del pasado año a la 164 Sesión Extraordinaria de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre Personas con Discapacidad en México y expusimos de manera documentada dos casos de niños con parálisis cerebral infantil en total desamparo de ocho en total que habíamos recopilado. Muchas de esas familias luego fueron presionadas por la policía política y nos han dado la espalda.

En ese encuentro hicimos énfasis en varios derechos que son violados como el derecho a la libre asociación y reunión, además de la discriminación que sufren las personas con discapacidad por motivos políticos, por no comulgar con el gobierno.

Todo eso molesta al régimen y por eso le prohíben a mi esposa la salida del país para que no podamos seguir exponiendo en foros internacionales el desamparo y la indiferencia de las instituciones estatales hacia muchísimas personas con discapacidad en Cuba, más si éstas son opositores políticos.

¿Qué mensaje final sobre su trabajo cívico le gustaría transmitir?

Nosotros solo queremos coexistir con las asociaciones creadas por el gobierno para las personas con alguna discapacidad y ayudar, no solo a esas personas, sino a sus familiares. Nuestra labor es puramente cívica y humanitaria. Se lo hemos dicho a las autoridades más de una vez: solo deseamos que se cumpla lo establecido sobre los derechos de las personas con discapacidad y que en la actualidad es letra muerta. Y así seguiremos a pesar de todos los obstáculos.

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