Entrevista a Jurema Werneck: la voz de las Ialodês resonando en el Día de la Conciencia Negra

Brasil

Para celebrar el Día de la Conciencia Negra, simbolizado en Brasil en memoria de la muerte del líder quilombola Zumbi dos Palmares, el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), com mucho orgullo comparte una entrevista con Jurema Werneck, una de las principales referentes del movimiento negro en Brasil. Además de […]

Entrevista a Jurema Werneck

Para celebrar el Día de la Conciencia Negra, simbolizado en Brasil en memoria de la muerte del líder quilombola Zumbi dos Palmares, el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), com mucho orgullo comparte una entrevista con Jurema Werneck, una de las principales referentes del movimiento negro en Brasil. Además de ser directora de Amnistía Internacional en Brasil, Jurema fue fundadora de la ONG Criola, es doctora con maestría en ingeniería de producción y doctorada en comunicación y cultura. Su trayectoria profesional es prueba de que la perspectiva interseccional es fundamental para construir un conocimiento plural y una visión diversa del mundo y de la sociedad que lo constituye.

Si el 20 de noviembre nos hace revivir un recuerdo de la lucha por la conciencia racial y la libertad negra, Jurema Werneck es la personificación de las Ialodês, que como describe en una publicación [1], “Ialodê también se refiere a la representante de las mujeres, a algunos tipos de mujeres emblemáticas, mujeres líderes políticas de acción fundamentalmente urbana (…) la que habla por todos y participa en instancias de poder (…) que se posicionan como agentes políticas de cambio, principales poseedoras de la riqueza conquistada » . Así, agradecemos la oportunidad de presentar un resumen de una larga conversación con Ialodê Jurema Werneck, quien compartió con nosotros sus percepciones sobre la lucha por los derechos humanos, la violencia policial, el feminicidio y las mujeres negras, así como su participación en el CPI de la Pandemia [2] en Brasil.

Pandemia de COVID-19

Raza e Igualdad – Su participación en el CPI de la Pandemia mostró a Brasil las consecuencias de lo negacionismo y que, solo en el primer año, se podrían haber salvado 120 mil vidas si hubiéramos seguido los protocolos mundiales y una política de salud pública efectiva. ¿Podría contarnos sobre la experiencia de participar en el CPI de la pandemia? ¿Cree que habrá consecuencias para el actual gobierno?

Jurema Werneck – El CPI de la Pandemia nos ayuda a ver al menos que vale la pena seguir insistiendo para mostrarle a la población que todo lo que se hizo durante la pandemia estuvo mal y demostrar qué tipo de personas hay en el Gobierno. Personas que no tienen ningún compromiso con la ética, de hecho su compromiso es apropiarse de los asuntos públicos y lucrar con el país. Entonces, veo que esta ‘telenovela’ que se convirtió en el CPI de la Pandemia, en cierto modo, nos recuerda que hay muchos intereses y que la gente está sintiendo el impacto de todo esto. Y con eso, la aprobación del gobierno se desploma, porque es un hecho, no hay gobierno, es un mal gobierno.

Participar en el CPI fue un esfuerzo colectivo. Solo fui portavoz de varias organizaciones y no solo de Amnistía Internacional. Acordamos que yo sería portavoz, por lo que mi trabajo fue prepararme y presentar la investigación que fue encargada incluso antes del CPI, y realizada por investigadores de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y la Universidad de São Paulo (USP). Era una encuesta para presentarla al propio Gobierno Federal, pero era muy resistente a cualquier presión, por lo que vimos una oportunidad para presentarla en el CPI. Se lo propusimos al senador relator, Renan Calheiros, y él aceptó. Esto también ayudó a legitimar una percepción por parte de él y de parte de la sociedad de que todo podría haber sido diferente. Pronto, nuestro trabajo consistía en demostrar que, incluso sin una vacuna [3], podría haber salvado vidas si se hubieran hecho los aspectos básicos de la salud pública. Aparte de eso, personalmente, fue otro momento de activismo diario, fui allí para hacer lo que quería hacer, así que pensé que era un privilegio.

Y ahora, con más de 600 mil vidas perdidas y en un escenario donde ya existe la vacuna para enfrentar la pandemia, sin embargo, el gobierno negacionista sigue en el poder. ¿Cómo seguir afrontando la pandemia en los próximos años?

Jurema Werneck – Lo llamamos negacionista, pero no es negacionista. En el sentido de que tiene una alianza frontal con las estrategias de muerte y destrucción. Hay un proyecto político, es una trayectoria definida activamente. No es solo un rechazo, es un hacer en el movimiento opuesto en relación a la vida, es decir, extremadamente peligroso. Lo que mantiene a todo Brasil, y no solo a quienes no les gusta, bajo tortura permanente. Es un torturador condenado que nos mantiene bajo tortura, ya sea desde la gestión de la pandemia o desde cualquier otro capítulo de su “administración”. Entonces, ¿qué hacemos a partir de ahí? Hay que recordar que no fue solo él, la pandemia también es responsable a nivel estatal y municipal. Amnistía lanzó una campaña el año pasado dirigida a gobernadores y alcaldes, a las autarquías en nombre de los derechos indígenas y quilombolas, y recordamos que era responsabilidad de todos y no solo de la legislación, sino que el funcionamiento del sistema demuestra corresponsabilidad. Entonces, es decir, el abanico de personas involucradas en esta producción de 600 mil muertes no es tarea sencilla.

Veo que esto también repercute en la sociedad y de alguna manera en todos nosotros. 600 mil muertes son mucha tragedia y detrás de estas muertes hay un gran contingente de dolientes, tenemos los huérfanos, tenemos las secuelas del COVID-19. El legado que tiene está fuera de la ética, la política y la salud pública; con la profundización de las desigualdades sociales. Fueron las mujeres negras las que pagaron el precio más alto y las que más murieron por COVID-19 al principio. Es decir, la cantidad de retos y secuelas que tenemos que afrontar es muy grande.

Violencia policial

Raza e Igualdad- Recientemente, Michelle Bachelet, Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, denunció en su informe sobre violencia policial y racismo sistémico la dimensión que la letalidad de esta violencia opera en la vida de los afros, y citó los casos de Luana Barbosa y João Pedro en Brasil. Desde una perspectiva interseccional, las personas afros LGBTI+, especialmente las personas trans en prisión, se encuentran entre las víctimas de este engranaje racista y LGBTIfobico. ¿Cómo podemos enfrentar el racismo y la LGBTIfobia en nuestra seguridad pública cuando se trata de una sociedad que considera a los cuerpos negros como cuerpos matables y desechables?

 Jurema Werneck – La primera forma que tenemos de actuar sobre este tema es reconocer y dar la dimensión de emergencia que tiene, porque son casos de vida o muerte. Porque están matando gente. La gente está muriendo física y existencialmente. Hoy la situación es tan mala que estoy celebrando las pequeñas victorias de los logros discursivos. Desde que Amnistía Internacional comenzó a trabajar sobre la letalidad policial y la muerte de jóvenes negros, nos hemos centrado en el Alto Comisionado de las Naciones Unidas en el tema. Es bueno ver a Michelle Bachelet hablar de eso porque era su deber, pero aún es una pequeña victoria. Esto no salvará la vida de Luana, lamentablemente, porque ya está muerta, pero hemos estado trabajando en situaciones muy dramáticas, nuestros indicadores son de muerte. No es um berrinche porque el policía nos frunció el ceño, es un asesinato. Así que nuestra situación es muy dramática y terrible. Y tenemos que partir de este indicador, que es la punta más sangrienta del iceberg.

El movimiento negro ha estado trabajando con esto durante mucho tiempo. En 1978, la razón que reunió a representantes de federaciones de diversas organizaciones en las escalinatas del Teatro Municipal, en São Paulo, para crear el Movimiento Unificado contra la Violencia Policial, que luego se denominó Movimiento Negro Unificado (MNU), se debió a el asesinato de un joven afro. Pero fuimos desde 1978 hasta hace muy poco hablando con nosotros mismos. No había Naciones Unidas, ninguna organización blanca o organizaciones de derechos humanos. No había una ley nacional que se ocupara de la raza, solo estaba en los Estados Unidos. Nos costó mucha lucha. Sueli Carneiro, Lélia González y Amauri Mendes, entre muchas personas del movimiento, estaban en ese momento tratando de hegemonizar esta lucha. Lo que digo es que tenemos pequeñas victorias, pero eso no es suficiente. Lo que queremos es salvar vidas ahora mismo porque alguien está siendo asesinado ahora mismo. Y eso no es suficiente, y esa es nuestra angustia. El proceso de transformación política lleva tiempo, no salva todas las vidas que necesitaría.

No podemos contar cuánto del discurso de Bachelet influye para salvar vidas, pero termina influyendo de alguna manera, no solo porque frena ciertas manos, algunos dedos que están en el gatillo, porque es Naciones Unidas después de todos. Por otro lado, hay otros que los ignoran, porque el presidente dijo algo más y van a escuchar al presidente, entonces. Si tenemos al presidente de un lado y Bachelet del otro, estamos probando una estrategia de empate. Estamos tratando de empatar el juego para darnos espacio para seguir luchando. Como activista, no veo una salida que no sea una lucha. El proceso político se mueve como una situación, sabemos hacia dónde queremos ir, que es para mantener la vida de las personas. ¿Cuánto tiempo se tarda? Sabemos que no es una trayectoria lineal. ¿Qué herramientas se necesitan? Todos.

Femicidio y mujeres negras

Raza e Igualdad – El ‘Atlas de la Violencia 2021’ confirmó la lamentable estadística de que las mujeres negras son las mayores víctimas de violencia en Brasil: 66% de las mujeres asesinadas, mostrando que en 11 años, el homicidio de esta población aumentó en un 2%, mientras que el asesinato de mujeres no negras se redujo en un 27% en el mismo período (4). Podría comentar sobre esta violencia racista que convierte a las mujeres negras en las mayores víctimas del feminicidio.

Jurema Werneck – En los regímenes racistas, los hombres y mujeres negros serán las mayores víctimas de la violencia. Cualquiera que sea la clasificación de violencia. Seremos las mayores víctimas junto con los indígenas y los gitanos. Es ineludible y por eso queremos acabar con el racismo. No es hoy que el Atlas de la violencia lo demuestra. Logramos influir en el gobierno y ONU Mujeres para hacer estadísticas y demostrar lo que ya sabíamos; somos las mayores víctimas. La complejidad de este fenómeno pasa por recordar que el racismo es patriarcal y cis-heteronormativo, como dice la ONG Criola. Entonces, en este núcleo de interseccionalidad, tenemos una fotografía de las víctimas; son mujeres trans negras y mujeres cis negras. Vale recordar que las mujeres trans no están en esta estadística de feminicidios y, aun así, sabemos que la victimización entre ellas es aún mayor que entre las mujeres cis.

Lo que estoy tratando de decir es, tome una estadística de muerte y encontrará a la mujer negra allí. En los últimos años hemos sido nosotros los que hemos hegemonizado este discurso. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, más ahora que todo ha sido desmantelado. En el debate por la creación de la Ley Maria da Penha, ya dijimos que había que poner en marcha un mecanismo para enfrentar el racismo, porque las mujeres negras eran las mayores víctimas. Brasil todavía celebra esta ley hasta el día de hoy, pero las personas que construyeron y hegemonizaron la Ley Maria da Penha excluyeron y se negaron a implementar mecanismos para proteger la vida de las mujeres negras. Estas son las personas que dicen que tenemos que ir a la policía, pero ¿desde cuándo la policía es aliada de una mujer negra o de cualquier negro? Es decir, es necesario enfrentar el racismo y denunciarlo donde quiera que esté. La Ley Maria da Penha funciona para las mujeres blancas porque fue construida para ellas. Necesitamos encontrar otro mecanismo o reformar este para que funcione también.

En medio de las luchas y desafíos de la población negra brasileña que comparte Jurema Werneck en esta entrevista, Raza e Igualdad reafirma la importancia de la perspectiva antirracista para enfrentar la violencia y opresión que invisibilizan y deshumanizan a los afros. Es a través del compromiso con una agenda antirracista y feminista, y en el enfrentamiento de las políticas neoliberales que atentan contra los derechos, que vislumbramos un horizonte de responsabilidad colectiva y un futuro en el que los derechos humanos sean, de hecho, un posible lenguaje de respeto por todas las formas de ser y existir. Así, recomendamos al Estado brasileño que:

1 – Implementar políticas de reparación para las familias víctimas de COVID-19; ya sean huérfanos, afligidos y personas que han venido a vivir con secuelas debido a la enfermedad;

2 – Producir indicadores interseccionales sobre letalidad policial en mujeres negras;

3- Implementar la Convención Interamericana contra el Racismo como instrumento legal para cambiar y crear leyes para combatir el racismo.

 

 

[1] Texto “De Ialodês y feministas: reflexiones sobre la acción política de las mujeres negras en América Latina y el Caribe”

[2] Comisión de Investigación Parlamentaria

[3] En el momento de la investigación y su presentación en el CPI, aún no existía vacuna para COVID-19.

[4]https://www.uol.com.br/universa/noticias/redacao/2021/08/31/atlas-da-violencia-2021.htm

Únete a nuestros esfuerzos

Apoya el fortalecimiento de individuos y comunidades para lograr cambios estructurales en América Latina.