En medio del luto Ortega y Murillo celebraron el 39avo aniversario de la Revolución Sandinista

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Julio 27 de 2018 – En medio del dolor y luto por la masacre que ha tenido lugar en Nicaragua desde el pasado 18 de Abril y un día después de que se aprobara en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos OEA la  resolución títulada “Situación de Nicaragua” en la que 21 […]

Julio 27 de 2018 – En medio del dolor y luto por la masacre que ha tenido lugar en Nicaragua desde el pasado 18 de Abril y un día después de que se aprobara en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos OEA la  resolución títulada “Situación de Nicaragua” en la que 21 estados condenan la crisis humanitaria que vive el país y demandan al gobierno nacional parar la violencia, las represiones y retornar al diálogo, el día de ayer; 19 de Julio, Daniel Ortega y Rosario Murillo celebraron el 39 avo aniversario de la Revolución Sandinista.

A pesar de los hechos violentos que vienen sucediendo en el país en los que más de trescientas personas han perdido la vida, más de mil quinientas han resultado heridas y centenares fueron detenidas ilegalmente, el presidente Daniel Ortega y Rosario Murillo, precedidos por la intervenciones de los Cancilleres de Cuba y Venezuela, se dirigieron a sus simpatizantes reunidos en la Plaza Juan Pablo II para contar su particular versión sobre los hechos ocurridos en los últimos noventa días en Nicaragua.

En su discurso el Jefe de Estado mencionó que este ha sido un período en el que los nicaraguenses han tenido que defender la paz y librar una dolorosa batalla para enfrentar la conspiración armada financiada por fuerzas internas y externas; así mismo, señaló que el complot busca poner fin a once años de buen gobierno intentando culpar al Estado por el incendio de la Reserva Indio-Maíz, levantar una revolución contra la reforma a la seguridad social y ocupar las universidades para instalar centros de tortura contra la población.   Sin decencia, cuestionó la imparcialidad de la iglesia Católica acusándola de estar comprometida con los “golpistas” para promover la confrontación y no la mediación; así como acusó a la ciudadanía que todavía se mantiene en protesta, de pertenecer a fuerzas sátanicas y de prácticar “ritos satánicos”.  En su diatraba contra los Obispos, sañaló que su decisión de reestablecer el orden es lo que tiene “enfurecidos” e “irritados”, a quienes además acusó de permitir que los templos fueran utilizados como cuarteles de la muerte. Finalmente, invitó a los asistentes a “luchar por la paz” y a fortalecer los “mecanismos de autodefensa” así como a “erradicar esos mensajes en las redes”, lo que podría conducir a un perfeccionamiento de los mecanismos de vigilancia y a futuras restricciones en el uso del Internet.

No cabe duda que para Ortega solamente cuentan los muertos y heridos que están de su lado, un número de 52 policías y 342 heridos. Nombró a los oficiales de la Policía que resultaron muertos,  y los presentes reclamaron justicia al unínoso por parte de los simpatizantes. Cabe entonces preguntarse por los otros cientos que han muerto y que al parecer no suman en las cifras tenidas en cuenta por la máxima autoridad del Estado nicaragüense..

La negación del gobierno nacional a las acusaciones por parte de la ciudadanía, organizaciones nacionales y la Comunidad Internacional con relación a la oleada de violencia que sufren hoy todas y todos lo nicaraguenses dejan en entredicho la voluntad política de Ortega y Murillo para retomar el diálogo nacional para encontrar una salida dialogada y pacífica al conflicto, por el contrario, el discurso proferido por el mandatario da cuenta de una sola intención: “retomar el orden nacional” sin importar el clamor de un pueblo que reclama paz, justicia y democracia.

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