Transmasculinidades ante la CIDH: Llamado urgente por el derecho a la salud en América Latina
El pasado 12 de noviembre, la coalición de organizaciones transmasculinas expusieron ante la CIDH sobre las diversas realidades del acceso al derecho a la salud de las personas transmasculinas en la región.
Washington, D.C., 20 de noviembre de 2024.- En el marco de 191º Período Ordinario de Sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), representantes de organizaciones transmasculinas de América Latina y el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) expusieron las múltiples vulneraciones al acceso al derecho a la salud de las personas transmasculinas en la región.
Las intervenciones de Perú, Brasil, Ecuador y Bolivia destacaron la urgente necesidad de que los Estados cuenten con políticas públicas e implementen sistemas de salud afirmativos que respeten la identidad de género y atienda integralmente las necesidades específicas de la población transmasculina.
“La situación de las transmasculinidades se caracteriza por una profunda disparidad en cuanto al ejercicio de derechos y todas han encontrado que una dificultad en torno al sistema de salud y el acceso a servicios de salud y tratamientos o cirugías para aquellas personas que así lo requieran”, señaló Carlos Quesada, Director Ejecutivo de Raza e Igualdad, organización que trabaja junto a esta coalición.
El sistema de salud debe responder a las experiencias diversas
Bruno Montenegro, representante de Fraternidad Trans Masculina Perú, enfatizó que un hombre trans o una persona transmasculina representan experiencias diversas y auténticas, que implica enfrentar desafíos particulares en el acceso al derecho a la salud: “nosotros fuimos asignados con el género femenino, y hemos realizado una transición social y/o hormonal hacia el género masculino, con el cual realizamos nuestra vida en todos los aspectos”, señaló.
Según Montenegro, el personal de salud suele carecer de formación adecuada, lo que deriva en una atención humillante y violenta hacia las personas transmasculinas que, por tanto, evitan acudir a servicios médicos, exponiéndose a riesgos para su salud.
“En Perú, la Norma Técnica en Salud para personas trans que brinda apoyo en hormonización, no incluye a los hombres trans. De manera similar, en Bolivia, el modelo de atención integral para personas LGBTI no garantiza una atención digna y adecuada para transmasculinidades, y carece de una estrategia de difusión efectiva que permita su implementación. En Brasil y Ecuador, la situación no es muy diferente; a pesar de algunos avances, la ausencia de políticas públicas específicas y la falta de presupuesto en salud para procesos de sensibilización y capacitación agrava la exclusión de nuestra población transmasculina”, informó.
Patologización y sus efectos nocivos
Dom Erick, del Instituto Brasileño de Transmasculinidades – IBRAT, denunció la patologización de las identidades transmasculinas como un factor clave en la perpetuación del estigma y la violencia. Citó el caso de Perú, donde en 2024 se mantuvo la clasificación de la identidad de género como un “trastorno mental” según la CIE-10, en contradicción con la decisión de la Organización Mundial de la Salud de 2019. Esta patologización dificulta el acceso a atención sanitaria al requerir evaluaciones psiquiátricas para recibir apoyo médico.
Dom Erick también alertó sobre los impactos negativos en la salud mental de las personas transmasculinas. Según el informe “Hombres transexuales: invisibilidad social y salud mental” (2018), el 94,5% de los hombres trans encuestados reportaron sentir depresión, mientras que el 66,4% experimentaron ideas suicidas. La falta de datos y estadísticas sobre las vidas transmasculinas contribuye a su invisibilización y a la omisión de políticas que aborden estas problemáticas.
“En Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú, experimentamos un subregistro crítico de datos y estadísticas sobre vidas transmasculinas. La invisibilidad y negligencia del Estado mantiene a nuestra comunidad al margen. Las experiencias estresantes y violentas sufridas en espacios públicos, sociales y familiares impactan negativamente en la salud mental de nuestra población, generando fobias sociales, sentimientos de aislamiento, depresión, ansiedad y conductas suicidas que pueden conducir al autoexterminio”, señaló.
Derechos sexuales y reproductivos: un vacío legal y social
Javier Morón, de Hombres Trans Diversos Bolivia, expuso la vulneración sistemática de los derechos sexuales y reproductivos de los hombres trans. Desde violencia obstétrica hasta el uso de pronombres incorrectos, las experiencias de discriminación en contextos ginecológicos y obstétricos son comunes. Además, los vacíos legales en el registro civil dificultan la inscripción de hijos, obligando a los hombres trans a figurar como “madres” en los documentos legales, una práctica que ignora y deslegitima su identidad de género.
“Muchos se encuentran con un sistema de salud desensibilizado, falto de conocimientos y sobre todo guiado por ideologías religiosas, negándonos el acceso a controles pre y postnatales adecuados. Esta negativa no solo compromete la salud física del padre y el bebé, sino que también perpetúa un ambiente propenso a la violencia obstétrica durante el parto. El embarazo y el parto deben dejar de asociarse a la condición de mujeres cisgénero y comenzar a reconocerse que otras identidades como las nuestras, tienen la capacidad de gestar o necesitan someterse a la interrupción legal del embarazo”, enfatizó.
Automedicación y desabastecimiento: riesgos para la salud
Gabriel de Prada, de Fraternidad Transmasculina Ecuador, describió los peligros asociados con la automedicación en ausencia de recursos accesibles para la transición hormonal. La falta de disponibilidad de testosterona en las farmacias y la disparidad de precios fuerzan a muchos hombres trans a recurrir a anabólicos de origen dudoso, con graves riesgos para la salud.
A pesar de estos desafíos, De Prada señaló ejemplos positivos, como las políticas inclusivas implementadas en Brasil. En octubre de 2024, el Sistema Único de Salud eliminó la necesidad de vincular consultas y exámenes al “sexo biológico”, permitiendo un acceso más integral y respetuoso a servicios ginecológicos y urológicos.
Un llamado urgente a la acción
Las intervenciones en esta audiencia temática ante la CIDH concluyeron con Otávio Zanardi de Raza e Igualdad, quien respetuosamente llamó a la Comisión a que:
1) Inste a los Estados produzcan información integral y datos desagregados sobres las personas transmasculinas.
2) Que realice monitoreo y observe si los Estados están cumpliendo con las recomendaciones del informe producido por REDESCA a respecto de personas trans y de género-diverso y sus derechos económicos, sociales, culturales, ambientales, principalmente se cumple las recomendaciones sobre el derecho a la salud. Asimismo, actualice el informe publicado en 2015 sobre Violencia contra personas LGBTI, a fin de reevaluar la violencia que enfrentan las personas transmasculinas.
3) Realice una declaración pública sobre los desafíos que enfrentan las personas transmasculinas en el acceso a la salud, a fin de crear conciencia entre diversas partes interesadas, incluidos gobiernos y organizaciones de la sociedad civil.
4) Recomendamos también a realizar una visita in loco a Perú, país que han enfrentado impugnaciones legales, como la clasificación de las identidades trans como enfermedad mental y otras normas anti-trans.
5) En observación o a lo establecido en la Resolución 04/2023 en la Política de Priorización de las peticiones y casos ante la Comisión, llamamos a una atención prioritaria de transversalidad de género e interseccionalidad especialmente relacionada con la salud de las personas transmasculinas.