Estado de Nicaragua en desacato continuo a las resoluciones de la Corte IDH, alertan ante el Consejo Permanente de la OEA

Estado de Nicaragua en desacato continuo a las resoluciones de la Corte IDH, alertan ante el Consejo Permanente de la OEA

En el marco de la última resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), en el asunto Juan Sebastián Chamorro y otros, la presidenta de la Corte IDH informó sobre el desacato permanente por parte del Estado de Nicaragua a 19 resoluciones emitidas desde 2021, lo que mantiene en total indefensión a los beneficiarios de estas, todos ellos presos o ex-presos políticos

San José, 23 de abril de 2025 -. La jueza Nancy Hernández López, presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, presentó ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) la situación de desacato permanente y desprotección de las personas beneficiarias de medidas provisionales en Nicaragua.

En su presentación, la presidenta informó sobre el desacato permanente a las resoluciones emitidas por la Corte IDH respecto a las medidas adoptadas, que buscan proteger la vida e integridad personal de más de un centenar  de beneficiarios de dichas medidas cuyos derechos se encuentran en grave riesgo. Recordó que, desde junio de 2021 hasta marzo de 2025, la Corte IDH ha emitido 19 resoluciones de medidas provisionales, las cuales ordenan al Estado de Nicaragua adoptar medidas para proteger a las personas beneficiarias, pero  el Estado nunca remitió información sobre su cumplimiento. Más bien las ignora.

La presidenta de la Corte IDH recordó que, al  27 de marzo de 2025, 15 personas continúan privadas arbitrariamente de su libertad en condiciones extremas. Enumeró violaciones de derechos generalizadas y sistemáticas perpetradas por el régimen, en particular contra las personas beneficiarias de medidas. En el asunto Chamorro, de las 107 personas excarceladas y expulsadas, muchas carecen de documentos de identidad, han sido despojados de su nacionalidad, han visto anulados títulos de estudios, confiscadas propiedades, eliminados registros de nacimiento, entre otras violaciones. Asimismo, se encuentran en situación de apatridia y extrema vulnerabilidad, situación que ha sido denominada “muerte civil”  y como actos “deshumanizantes” por la Corte IDH en su resolución y el Grupo de Expertos en derechos Humanos de Nicaragua.

La Presidenta hizo un llamado firme a los Estados Miembros para que contribuyan a mitigar las consecuencias humanitarias y jurídicas que enfrentan dichas personas, al mismo tiempo que sigan monitoreando su situación e impulsen otras acciones oportunas.

Llamados contundentes de los Estados

A esta intervención siguieron pronunciamientos de diversos Estados miembros, incluyendo Canadá, Costa Rica, Paraguay, Chile, Brasil, Uruguay y Estados Unidos, quienes se pronunciaron con preocupación sobre esta situación.

Estados Unidos condenó enérgicamente los abusos sistemáticos a los derechos humanos perpetrados por el gobierno nicaragüense e hizo un llamado a que las autoridades permitan un retorno seguro y libre de represalias a las personas desterradas. Costa Rica, por su parte, hizo un llamado urgente a la conciencia colectiva del sistema interamericano.

La situación de desprotección de las víctimas fue el centro de varias intervenciones. El representante de Chile subrayó la obligación colectiva de los Estados miembros de brindar, al menos, una protección mínima, mantenerse vigilantes y asumir un rol activo en la reversión de la situación en Nicaragua. En la misma línea, Paraguay destacó esta responsabilidad común y urgió adoptar medidas concretas con voluntad política. Costa Rica recordó que la fortaleza de la Corte reside no sólo en sus decisiones, sino también en el compromiso político de los Estados para hacerlas cumplir. Canadá instó a una respuesta firme, coordinada y unificada.

Paraguay y Costa Rica coincidieron en que el desacato de Nicaragua debilita gravemente al Sistema Interamericano, al amenazar su legitimidad y eficacia. Costa Rica reiteró que las decisiones de la Corte IDH, incluidas las medidas provisionales, son vinculantes y deben cumplirse para resguardar su autoridad e independencia. Finalmente, los Estados participantes llamaron al Estado de Nicaragua a respetar los derechos humanos y el Estado de derecho.

Las personas beneficiarias demandan medidas concretas

En un esfuerzo colectivo, un grupo de personas beneficiarias de las medidas dirigieron una carta a los Estados miembros de la OEA a través de la cual  expresaron su profunda preocupación por las consecuencias persistentes del destierro forzado y la desnacionalización arbitraria impuesta por el régimen nicaragüense. Denunciaron que estas acciones los han dejado en situación de apatridia, que los despoja de identidad legal, bienes y vínculos familiares, lo que constituye una forma extrema de exclusión conocida como «muerte civil». Enfatizaron, que, aunque ya no están en prisión, siguen enfrentando graves violaciones a sus derechos humanos y llamaron a los Estados miembros a adoptar medidas concretas para apoyar la transición democrática, la liberación de personas presas políticas y el retorno seguro de quienes han sido desterrados.

“La decisión de la Corte Interamericana no solo mandata el respeto a nuestra vidas e integridad personal, sino que también visibiliza las consecuencias persistentes del destierro, la desnacionalización arbitraria, la confiscación de nuestros bienes, la eliminación de nuestros nombres de los registros públicos y la continua persecución hacia nuestros núcleos familiares, condenándonos a la muerte civil sin precedentes en la región,  destacaron en la carta las personas beneficiarias de las medidas.

Un paso adelante para la garantía colectiva

La carta enviada es un llamado a la concientización de la necesidad de continuar visibilizando la situación persistente en Nicaragua, especialmente de las personas desterradas y desnacionalizadas.

La intervención de la Presidenta de la Corte IDH sobre la grave situación en Nicaragua constituye un paso adelante hacia una sensibilización colectiva, abriendo la puerta a llamados más contundentes hacia el Estado de Nicaragua, y a adoptar acciones decididas y coordinadas entre los países miembros de la OEA.

Invitamos a conocer el testimonio directo de las personas beneficiarias leyendo la carta que enviaron al Consejo Permanente de la OEA, disponible aquí.

Nicaragua: A siete años de las protestas de abril, las víctimas de la represión siguen reclamando justicia

Washington, DC, 17 de abril de 2025.- Este abril se conmemora el séptimo aniversario de las protestas que desencadenaron una violenta represión por parte del régimen presidido por Daniel Ortega y Rosario Murillo, la cual  dejó 355 víctimas letales, más de 2000 personas heridas, más de 2000 personas detenidas y a más de 440,000 personas en el exilio, según registro de la CIDH y su Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI). Las víctimas no sólo no han encontrado la justicia que merecen, sino que han sido perseguidas por un Estado que siguió tomando represalias en su contra.

Raza e Igualdad expresa su solidaridad con todas las víctimas de la represión y su compromiso de  seguir acompañándoles hasta que se haga justicia.

Al cumplirse siete años del inicio de las protestas de abril, en Nicaragua, conforme el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, 52 personas siguen detenidas arbitrariamente por motivos políticos, 11 de ellas en situación de desaparición forzada, entre éstas 5 mujeres. Mas de 450 personas han despojadas de su nacionalidad. El periodismo independiente no puede ejercer en el país y la defensa de los derechos humanos  y la libertad de asociación ha sido impactada por el cierre de más de 5,400 organizaciones de sociedad civil y la confiscación de sus bienes.

Adicionalmente, una profunda reforma constitucional que entró en vigencia en febrero de este año terminó de configurar a un régimen dictatorial  co-gobernado por Ortega y Murillo. A consecuencia de esa reforma a la Constitución más de 80,000 civiles han sido armados y dotados de pasamontañas para aterrorizar a la población y terminar de someterla a la voluntad de permanencia en el poder de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Estos siete años, Raza e Igualdad ha acompañado a las víctimas de la represión en su búsqueda de justicia, así como para garantizarles la protección que confieren las medidas cautelares y provisionales  frente a los graves riesgos que enfrentan y en conjunto con otras organizaciones de sociedad civil, hemos desarrollado amplias acciones de incidencia y litigio con el propósito de contribuir a que dicha crisis sea superada.

Raza e Igualdad ha acompañado también a organizaciones de sociedad civil tanto locales como las que siguen atendiendo la crisis nicaragüense desde el exilio, para que la labor de documentación que realizan sirva de insumo para elaborar informes ante los órganos de tratados que revisaron el cumplimiento por parte de Nicaragua de sus obligaciones internacionales en los años 2022 y 2023 y en las evaluaciones realizadas bajo el Examen Periódico Universal (EPU) en los años 2019 y 2024. Raza e Igualdad también ha llevado a cabo reiteradas acciones de incidencia ante el Parlamento Europeo con el propósito de que el régimen sea condenado y persuadido para obligarle a cumplir sus obligaciones internacionales de derechos humanos.

A siete años del inicio de las protestas cívicas de abril, con profunda preocupación vemos el rumbo al que un régimen despiadado y cruel conduce al pueblo nicaragüense mediante el ejercicio de un poder desbordado, que continúa violando de forma masiva y sistemática los derechos humanos. El régimen ha decidido aislarse,  abandonar la Organización de Estados Americanos y retirarse de toda actividad relacionada con el Consejo de Derechos Humanos para no ser declarado responsable de los graves crímenes de lesa humanidad y violaciones de derechos humanos documentadas por el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN), por la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos y por los órganos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Estos siete años, las recomendaciones de los órganos de tratados, del Examen Periódico Universal y las órdenes emanadas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos han sido absolutamente desatendidas y el Estado se ha ausentado de esos foros esgrimiendo cuestionamientos infundados mediante los cuales busca evadir sus responsabilidades internacionales.

Sin embargo, Nicaragua continúa obligada por los instrumentos de derechos humanos universales y por la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

La comunidad internacional, las organizaciones de sociedad civil y los órganos de protección de los derechos humanos, debemos seguir poniendo todo nuestro empeño para que en Nicaragua se restablezca pronto la democracia y se garantice el respeto por los derechos humanos.

¡Sigamos trabajando codo a codo para que así sea!

Nicaragua: Corte Interamericana reafirma la extrema gravedad de la situación de personas detenidas, desterradas y desnacionalizadas

 

  • La resolución responde a la solicitud de medidas de protección presentadas por CEJIL, la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos, la Unidad de Defensa Jurídica, la UDR, la FIDH, Raza e Igualdad y el Colectivo Nicaragua Nunca Más, entre otras personas y organizaciones.

San José, 9 de abril de 2025 – La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) emitió una nueva resolución en la que reitera la persistencia de una situación de extrema gravedad, urgencia y riesgo de daño irreparable que enfrentan las personas beneficiarias de medidas provisionales en el asunto Juan Sebastián Chamorro y otros respecto de Nicaragua, que incluye a 122 personas, entre ellas defensoras de derechos humanos, jóvenes, políticos y otras personas percibidas como opositoras por el régimen Ortega-Murillo.

La Corte IDH subraya que, respecto a las 15 personas que permanecen privadas de libertad, el riesgo a su integridad “no solo se mantiene, sino que se ha incrementado con el paso del tiempo”. Además, se extiende a sus familiares, quienes estarían sufriendo actos de intimidación y acoso vinculados a la privación de libertad de sus seres queridos.

Particularmente, se destacan los casos de Jaime Navarrete y José Manuel Urbina Lara, quienes continúan encarcelados a pesar de haber cumplido sus condenas. A su vez, a la madre del Sr. Navarrete se le ha prohibido el ingreso a Nicaragua para visitarlo. Adicionalmente, la Corte señala que en el caso  de Steadman Fagoth Muller y Catalino Leo Cárcamo se desconocería su paradero, lo que pone a estas personas en una situación de riesgo aún más agravada y en consecuencia, la Corte les mantiene las medidas provisionales.

En cuanto a las 107 personas que han sido desterradas, desnacionalizadas y despojadas de sus bienes, la Corte reafirma que estas acciones fueron ejecutadas por autoridades nicaragüenses y destaca el impacto directo de esta práctica sobre sus derechos fundamentales, incluso cuando se encuentran fuera del territorio nacional. La Corte sostiene que estas personas están en una situación de extrema vulnerabilidad y, por tanto, justifica el mantenimiento de las medidas provisionales.

A pesar de que estas personas ya no se encuentran privadas de libertad, la Corte resalta que el riesgo persiste porque se origina en un mismo contexto de persecución en el cual fueron identificadas como opositoras.  De acuerdo con la resolución, la revocatoria de nacionalidad, el impedimento de ingreso al país, y la eliminación de registros públicos y privados constituyen una amenaza directa al derecho a la personalidad jurídica y a la nacionalidad, afectando también el acceso a otros derechos fundamentales.

Riesgos específicos y “muerte civil”

La Corte advierte que la situación actual ha generado una forma de «muerte civil», despojando a las y los beneficiarios de su existencia legal y, con ello, de la posibilidad de ejercer sus derechos ante Nicaragua y otros Estados. Esto pone en riesgo directo  el  derecho a la identidad (nombre, estado civil, nacionalidad), la libertad personal (ante posibles detenciones por situación irregular), la vida privada y familiar, el derecho de circulación y residencia, los derechos de la niñez (considerando a los hijos e hijas de estas personas) y los derechos políticos, entre muchos otros.

Asimismo, constata que esta situación ha sido producto de actos sistemáticos de criminalización y persecución, y reitera que ante el incumplimiento de las órdenes de la Corte, el Estado de Nicaragua permanece en un desacato grave.

Acciones ordenadas por la Corte

Ante estos hallazgos, la Corte resuelve, entre otras medidas:

  • Mantener las medidas provisionales a favor de todas las personas beneficiarias;
  • Ordenar al Estado que revoque todas las decisiones que constituyen «muerte civil», incluyendo la eliminación de registros civiles, académicos y de propiedad, la revocatoria de nacionalidad, la prohibición de ingreso al país y la confiscación de bienes;
  • Respecto de las personas que estarían desaparecidas, proceda a determinar e informar de forma inequívoca a sus familiares y abogados de confianza sobre sus lugares de detención y facilitar su contacto inmediato con familiares y comunicación adecuada con sus abogados.
  • Presentar un informe ante el Consejo Permanente de la OEA sobre la situación de desacato permanente;

La resolución también insta a la OEA a ejercer su rol de garantía colectiva, a dar seguimiento a la situación y a exigir al Estado de Nicaragua el cumplimiento de las órdenes de la Corte.

La Corte reitera que la denuncia de la Carta de la OEA por parte de Nicaragua no exime al Estado del cumplimiento de sus obligaciones internacionales bajo la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Para las organizaciones solicitantes de medidas de protección, el pronunciamiento del tribunal interamericano representa un paso fundamental para visibilizar y atender la grave situación de desprotección en la que se encuentran las personas beneficiarias, por ello hacen un llamado urgente a la comunidad internacional a actuar en consecuencia.

Persecución sostenida y represión extraterritorial: Organizaciones de Derechos Humanos denuncian la situación de Nicaragua ante la Corte IDH

San José, Costa Rica, 05 de febrero de 2025.- En una audiencia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) organizaciones de derechos humanos denunciaron la continua represión y persecución del Estado de Nicaragua en contra de personas beneficiarias de medidas provisionales y sus núcleos familiares, algunas de ellas presas en la cárceles nicaragüenses y muchas de ellas desterradas y privadas arbitrariamente de su nacionalidad.

El Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos, la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más y la Unidad de Defensa Jurídica (UDJ), expusieron ante el Tribunal sobre el grave y urgente riesgo al que continúan expuestas 97 personas, de las 116 beneficiarias de las medidas de la Corte IDH.

Graves violaciones de derechos humanos

Durante la audiencia, se evidenció que el Estado de Nicaragua ha incumplido sistemáticamente las resoluciones de la Corte IDH, las cuales ordenan la liberación inmediata de personas detenidas arbitrariamente y la protección de sus derechos fundamentales. A la fecha, 88 de las personas beneficiarias han sido desterradas y despojadas de su nacionalidad, mientras que 7 permanecen en prisión y 1 sigue en situación de desaparición forzada.

Las organizaciones denunciaron que el destierro y la desnacionalización han sido utilizados como mecanismos de represalia por parte del gobierno nicaragüense contra la oposición política. Asimismo, el Estado ha confiscado bienes y cuentas bancarias, anulado registros de identidad y negado acceso a documentos oficiales, dejando a las víctimas en un limbo jurídico y social. Además, a los adultos mayores los han despojado de su pensión.

Un contexto de represión sistemática

La represión en Nicaragua no solo se mantiene, sino que se ha intensificado. Recientes reformas constitucionales y legislativas han consolidado un Estado autoritario y policiaco que suprime derechos fundamentales y legaliza la persecución contra la oposición. Entre las medidas más alarmantes se encuentra la concentración del poder en la figura de los co-presidentes, la instauración de las policías voluntarias y la eliminación de la prohibición de la tortura, lo que deja en absoluta indefensión a las personas detenidas por motivos políticos.

Las organizaciones también alertaron sobre la extensión de la política de represión más allá de las fronteras nicaragüenses, con intentos de criminalizar a exiliados a través de falsas acusaciones y la posible utilización de mecanismos internacionales como INTERPOL para perseguir a opositores en el extranjero.

Esta situación fue ratificada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y por el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN).

Llamado urgente a la Corte IDH y a la comunidad internacional

Ante este escenario, las organizaciones solicitantes instaron a la Corte IDH a mantener vigentes las medidas provisionales en favor de las personas beneficiarias y sus familiares, y le solicitaron que ordene al Estado de Nicaragua:

  • Restituir la nacionalidad y todos aquellos derechos de los que fueron despojados.
  • Devolver los bienes confiscados y garantizar la protección de los derechos económicos y sociales de las víctimas.
  • Garantizar la seguridad y condiciones adecuadas para un eventual retorno seguro de las personas desterradas.
  • Liberar de manera inmediata a las personas que permanecen detenidas arbitrariamente.
  • Investigar y sancionar los actos de persecución y represalia cometidos contra las personas beneficiarias y sus familiares.

Finalmente, se hizo un llamado a la comunidad internacional y a los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para que adopten medidas que presionen al gobierno de Nicaragua a cumplir con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.

Raza e Igualdad y #NicasLibresYa dialogan con familiares de personas privadas de libertad por motivos políticos: Revelan sus deseos para esta época del año

Washington D.C., 18 de diciembre de 2024 – En esta época del año, desde Raza e Igualdad y la campaña #NicasLibresYa, queremos destacar los deseos de las familias que están sufriendo la prisión arbitraria de sus seres queridos por motivaciones políticas que los regímenes autoritarios de Cuba y Nicaragua ejercen contra quienes se identifican como personas opositoras, o hacia quienes perciben como tales.

Los deseos y sentimientos de estas familias claman por la libertad de sus madres, padres, hijos, hijas, esposos, esposas o amigos, personas que fueron detenidas arbitrariamente por exigir respeto a sus derechos humanos en regímenes totalitarios que reprimen con violencia a cualquiera que piense diferente. 

El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua se ha valido de las detenciones arbitrarias por motivos políticos desde el año 2011. La cifra sólo ha ido aumentando y, a pesar de la excarcelación y destierro de 222 personas en febrero de 2023 y 135 más en septiembre de 2024, en las cárceles todavía hay más de 70 inocentes pagando por crímenes que no cometieron, al menos una decena de ellos en condición de desaparición forzada. 

Este año, el líder indígena nicaragüense Brooklyn Rivera no podrá visitar la tumba de su madre, como solía hacerlo todos los años, ya que desde el 29 de septiembre de 2023 se encuentra en situación de desaparición forzada luego de desafiar a la dictadura que le había prohibido ingresar a su propio país, tras haber participado en una actividad de pueblos indígenas en el extranjero. 

Tininiska Rivera, su hija, recuerda que cada año, durante las festividades de diciembre su padre organizaba una comida con las personas de algunas comunidades del norte de la Costa Caribe de Nicaragua. “Si estuviera libre mi padre haría reuniones con las comunidades para avisarles sobre toda su gestión del año y con ellos compartiríamos una comida tradicional”. 

A finales de noviembre, el régimen realizó redadas que culminaron con la captura de más de 38 personas, aunque la mayoría fueron enviadas a sus casas el 11 de diciembre, periodistas, líderes políticos y médicos continúan detenidos. 

La situación es similar para los familiares de Steadman Fagot, otro líder indígena miskito quien se encuentra en situación de desaparición forzada desde el 14 de septiembre de 2024. Su familia lo recuerda por preparar paquetes de comida durante las fiestas de fin de año. 

“Él elaboraba pequeñas canastas básicas para compartir con ancianos, viudas, madres solteras y comunidades aledañas, y organizaba cultos con pastores de esas comunidades como agradecimiento a Dios por tenerlo con nosotros. Quisiera recuperar el tiempo perdido con mi papá, es triste que hasta el momento no sepamos nada de él”, lamenta Ingni Fagot, hija de Steadman Fagot. 

Más represión 

En Cuba, por su parte, el régimen autoritario de este país no para de reprimir y hostigar a activistas, personas defensoras de los derechos humanos, periodistas independientes y artistas, quienes sufren detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas. 

Lizandra Góngora es parte de las 554 personas (de acuerdo con Justicia 11J) que están presas en Cuba por haber participado en las manifestaciones del 11 de julio de 2021, las cuales exigían el respeto a los derechos humanos, y fueron reprimidas con violencia por el régimen cubano. Su esposo Ángel Delgado afirma que el regalo más grande que pudiera darle en esta época del año, es que ella “recuperara su libertad”.

Desde La Habana, Norma Pérez, madre de la activista Sulmira Martínez, quien permanece en prisión desde el 10 de enero de 2023 tras haber sido acusada falsamente de incitar a la violencia, afirma:  “Extraño mucho verla entusiasmada por las fiestecitas que armaba con sus amistades de la danza”. 

En Cuba, la crisis social, política y económica ha empeorado en los últimos cuatro años, debido a los extensos cortes de energía eléctrica, a la falta de agua potable, y a la escasez de alimentos y medicamentos, que sumado a la represión que sufren las voces críticas al régimen autoritario de este país, forman un ‘cóctel’ nocivo para la población cubana. 

Ángel Cuza Alfonso, de 36 años, es un activista y periodista independiente cubano, que permanece privado de libertad por motivos políticos en la Isla. A él lo detuvieron el 1 de diciembre de 2022, cuando intentaba comprar alimentos en una tienda de La Habana; y fue condenado el 6 de noviembre de 2023 a un año y seis meses de prisión, por el supuesto delito de “desórdenes públicos”.

Su esposa Ana Castillo afirma que lo extraña mucho, principalmente en esta época del año. “Lo que más quisiera, y le pido a Dios, es que pueda estar en libertad porque sé que lo que está pasando ahí es algo que no puede ni explicar”, agrega. 

Las personas presas políticas de Cuba y Nicaragua sufren torturas, aislamiento, incomunicación y, en ocasiones, se les impide recibir visitas familiares por períodos prolongados de tiempo. Además, se les niega el acceso a médicos y medicinas para tratar sus padecimientos oportunamente, y en el caso de las mujeres su condición es más grave porque se les limita el acceso a productos higiénicos de primera necesidad. Incluso, respecto de algunos, el Estado ni siquiera informa a las familias donde están detenidos y cuál es su situación.

Por todo esto, desde Raza e Igualdad y #NicasLibresYa, exigimos que los regímenes de ambos países liberen a todas las personas que se encuentran privadas de libertad por motivos políticos, se brinde información de quiénes se encuentran en desaparición forzada, y se permita que sus familiares puedan tenerles en casa durante estas fiestas de fin de año.



Reforma a Constitución Política de Nicaragua anula la división de poderes

11 de diciembre de 2024.- Las organizaciones firmantes manifestamos profunda preocupación por la reciente reforma a la Constitución Política de Nicaragua, la cual, reestructura el Estado, concentrando el Poder en la figura de “Co-presidentes” y con ello, anula, constitucionalmente, la división de poderes. Además, consolida el cierre del espacio cívico, eliminando la libertad de expresión y religión, y asegura impunidad para perpetradores de violaciones a derechos humanos. 

El 22 de noviembre de 2024 se aprobó “la reforma parcial” de la Constitución Política de Nicaragua con la cual se modifican más de 100 artículos de su Carta Magna. Esta es la 12va reforma constitucional propuesta por Daniel Ortega desde que se encuentra en el poder. 

Uno de los elementos más alarmantes de la reforma es la concentración del poder en la figura de la “Co-presidencia” a la que se le otorga el rol de “coordinación” de los “órganos” legislativo, judicial y electoral del Estado, a los cuales no considera como poderes independientes, además de otras entidades. La Co-presidencia tendrá control absoluto del Ejército y un año más de mandato presidencial, para un total de 6 años.

Alertamos que asegurar impunidad para las violaciones a derechos humanos es un elemento clave en estas reformas. En el nuevo texto se elimina el derecho a no ser torturado, alentando la continuidad de la comisión de tal delito. También institucionalizan “las policías voluntarias”, que desde la crisis del 2018 han sido reconocidas como grupos de civiles fuertemente armados, que actúan con la aquiescencia, el apoyo y la protección de las fuerzas estatales. Existe múltiple evidencia sobre la actuación de estos grupos en la comisión de las graves violaciones a derechos humanos en contra de la población nicaragüense 

Llamamos la atención sobre el cierre absoluto del espacio cívico y las restricciones a cualquier libertad. Las reformas supeditan el ejercicio de derechos al mantenimiento de los valores supremos de la paz y la seguridad.; cualquier acto que se considere como una afrenta a estos valores, implica la disminución o pérdida de derechos. Se fortalecen los controles sobre los medios de comunicación y organizaciones de sociedad civil, tanto fuera como dentro de Nicaragua. Además, desde las reformas del pasado septiembre, se avala el uso excesivo e indebido del sistema penal para reprimir a cualquier persona opositora o percibida, al eliminar garantías judiciales mínimas. 

Evidenciamos una escalada alarmante sobre el control y despojo de los territorios de los pueblos indígenas y afrodescendientes de Nicaragua. En el nuevo texto constitucional, se impone un mayor control sobre estos pueblos para decidir sus formas de gobierno y organización, instrumentalizando la autonomía al momento de llevar a cabo las consultas, quedando estas sujetas a una aprobación única por parte de los gobiernos regionales y no por parte de las comunidades. 

De igual manera, la reforma robustece una serie de cambios legislativos en los ámbitos penal, económico y migratorio, con los que las autoridades nicaragüenses buscan extender la represión tanto dentro como fuera de Nicaragua. Entre otras, las modificaciones concretan la apatridia de facto, el destierro y la represión transfronteriza.

Finalmente, destacamos que los cambios legislativos se han dado en un ambiente tenso marcado por actos represivos. El 03 de noviembre se reportaron 2 asesinatos de miembros de comunidades indígenas de la Costa Caribe Norte, y el 28 del mismo mes, organizaciones de derechos humanos reportaron al menos 30 detenciones arbitrarias, acompañadas de desapariciones forzadas, así como el destierro de familias enteras en las fronteras. 

Por tanto, ante este panorama, las organizaciones firmantes solicitamos:

A la comunidad de Estados: mantener la vigilancia sobre Nicaragua y reforzar su apoyo a las comunidades indígenas y afrodescendientes, organizaciones y movimientos sociales. Solicitamos valorar la activación de los mecanismos diplomáticos para incidir en la urgencia del retorno a la democracia en Nicaragua, y asegurar que los relacionamientos comerciales y financieros se condicionen al estricto cumplimiento del Estado de sus obligaciones en materia de derechos humanos y acceso a la justicia. 

A las entidades financieras: implementar políticas y directrices que establezcan disposiciones en materia del respeto y garantía de la democracia, seguridad jurídica y derechos humanos, que supediten el otorgamiento de préstamos y créditos a que el Estado de Nicaragua cumpla con dichas disposiciones, en consonancia con los más altos estándares de derechos humanos. 

A los organismos internacionales de derechos humanos: continuar y reforzar la documentación sobre las vulneraciones a los derechos humanos de la población nicaragüense tanto dentro como fuera del país; abordar integralmente a través de sus informes y pronunciamientos la continuidad de las violaciones a derechos humanos, con enfoque interseccional y énfasis en las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad como niñez, mujeres, disidencias sexuales y pueblos indígenas y afrodescendientes; visibilizar e informar a la comunidad internacional a través de sus mecanismos sobre el recrudecimiento de la represión transfronteriza y las violaciones a derechos humanos en Nicaragua. 



 Firman:

Alerta Venezuela

Asociación Centroamericana para el Desarrollo y la Democracia Red Local

Asociación para el Desarrollo Indígena Social – ADIS

Centro de Asistencia Legal a Pueblos Indígenas (CALPI)

Centro Internacional por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) 

Civil Rights Defenders

Colectivo Nicaragua Nunca Más

Equipo Jurídico por los Derechos Humanos 

Federación Internacional por los Derechos Humanos – FIDH

Grupo de Reflexión de Excarcelados Políticos (GREX)

Iniciativa Universitaria por Nicaragua

Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad)

La Mesa Redonda

Movimiento Autónomo de Mujeres 

Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT)

Peace Brigades International – PBI

Red de Mujeres Pinoleras

Red Internacional de Derechos Humanos Europa RIDHE

Unamos 

Unidad de Defensa Jurídica

Unidad Nacional Azul y Blanco

Urnas Abiertas 

Washington Office on Latin America (WOLA)

Reformas recientes intensifican la persecución política en Nicaragua y el exilio, alerta la OACNUDH

Ginebra, 9 de diciembre de 2024 – En Nicaragua “reina un clima severo y represivo”, expresó la Alta Comisionada Adjunta para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Nada Al-Nashif, durante su actualización oral sobre la situación de derechos humanos ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, este lunes 9 de diciembre. En su intervención, Al-Nashif advirtió que las reformas legales y constitucionales recientes consolidan el poder en la Presidencia y “allanan el camino para una mayor persecución por motivos políticos”, incluyendo a la población nicaragüense en el exilio.

La Alta Comisionada Adjunta señaló que las recientes reformas legales redefinen los delitos para abarcar publicaciones en redes sociales que “provoquen pánico” o amenacen la “estabilidad social”. Además, clasifican los delitos cibernéticos como organizados, autorizan la confiscación de bienes y permiten el acceso sin control policial a datos personales. 

Las reformas constitucionales aprobadas por la Asamblea Nacional el mes pasado, permitirán una mayor injerencia del Ejecutivo en los poderes legislativo, judicial y electoral. Al-Nashif calificó como “particularmente atroz” la eliminación del reconocimiento explícito de la prohibición de la tortura.

Estos cambios buscan ampliar y fortalecer los poderes del Gobierno para despojar a las personas de su ciudadanía y confiscar bienes, una herramienta ya ampliamente utilizada para reprimir arbitrariamente a personas críticas y disidentes del Gobierno. Desde febrero de 2023, al menos 546 personas han sido despojadas de su nacionalidad, privadas de sus bienes y expuestas a la apatridia. Muchas de estas personas no pueden renovar su documentación, lo que dificulta su conexión con su país. También, la Corte Suprema despojó de su nacionalidad y bienes a 135 personas excarceladas políticas y desterradas a Guatemala en septiembre pasado.

Patrón constante de detenciones, torturas y desapariciones forzadas

La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) documentó un patrón constante de detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzadas. Actualmente, 76 personas permanecen privadas de libertad por motivos políticos, incluyendo 20 integrantes de pueblos indígenas, y 30 personas detenidas arbitrariamente a finales de noviembre. En cuanto a las desapariciones forzadas, la OACNUDH destacó la desaparición forzada de Angélica Chavarría, compañera del fallecido general retirado Humberto Ortega, desde mayo de 2024; el paradero desconocido de Brooklyn Rivera, diputado de la Asamblea Nacional por el partido indígena YATAMA, desde septiembre de 2023; la desaparición de Steadman Fagoth Müller, asesor presidencial en temas indígenas, desde septiembre de 2024; y el ex coronel Victor Boitano (63 años), desaparecido desde abril de 2024.

La desaparición forzada, la tortura y los malos tratos deben cesar de manera inequívoca”, urgió la Alta Comisionada.

Pueblos indígenas expuestos a violencias

La Alta Comisionada Adjunta expresó profunda preocupación por los continuos ataques contra pueblos indígenas de la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte de Nicaragua, alimentados por la violencia de colonos o terceros no indígenas. El asesinato de dos Miskitos el 8 de noviembre, y los informes sobre casos de violencia sexual contra niños indígenas, presuntamente cometidos por colonos, reflejan la grave situación de inseguridad que enfrentan. 

La Alta Comisionada pidió la liberación inmediata de ocho guardabosques Mayangna, quienes han estado detenidos en condiciones extremas desde 2021. “Las autoridades deben adoptar medidas proactivas para prevenir la violencia, incluida la violencia sexual, y realizar investigaciones exhaustivas e independientes de todos esos incidentes, exigiendo responsabilidades a los autores”.

Finalmente, la Alta Comisionada hizo un llamamiento “a la comunidad internacional, incluidos todos los Estados comprometidos en la región y que tienen influencia para que intensifiquen sus esfuerzos en apoyo de estos objetivos”. La Oficina también reiteró su compromiso de brindar asistencia técnica a Nicaragua.

Estados miembros del Consejo preocupados por la “co presidencia” de Nicaragua

En el diálogo interactivo con la Alta Comisionada, Estados miembros del Consejo y organizaciones de la sociedad civil pidieron la liberación inmediata de las personas presas políticas, la anulación de sus procesos judiciales,  la restitución de los derechos de toda la ciudadanía, y el levantamiento de las restricciones a ONGs, medios de comunicación, grupos religiosos, entre otros. Varias delegaciones, como Perú, Canadá, Costa Rica, Canadá, Paraguay, Reino Unido, Suiza, entre otras, expresaron su profunda preocupación por las recientes reformas legales y constitucionales, particularmente por la instauración de una “co presidencia” en la que se centraliza el poder en una única familia. 

“Resulta inquietante la eliminación explícita a poderes, ahora simplemente son órganos, y que los nuevos copresidentes puedan coordinar con poder absoluto y sin límites… Es inevitable interpretar este nuevo ataque a la institucionalidad nicaragüense como una estocada casi final a la democracia”, expresó la delegación de Costa Rica.

 

Reino Unido calificó las recientes reformas constitucionales como “un capítulo trágico adicional en el deterioro de los derechos civiles políticos y otros derechos humanos de los nicaragüenses” y pidió a las autoridades nicaragüenses que acepten las recomendaciones que se hicieron en el Examen Periódico Universal (EPU).

 

Canadá instó a que se renueve el mandato del Alto Comisionado y del Grupo de Expertos en marzo de 2025. La Unión Europea solicitó a Nicaragua ampliar su cooperación con ambos mandatos y otros mecanismos de derechos humanos “para que cumpla con sus obligaciones de presentación de informes dentro de los tratados que ha ratificado”.

Desde los micrófonos de las organizaciones de la sociedad civil, Tininiska Rivera, hija del diputado indígena Brooklyn Rivera, e Ingni Fagoth, hija del líder miskito Steadman Fagot, denunciaron las desapariciones forzadas de sus padres. 

Tininiska también denunció la cancelación de la personalidad jurídica del partido YATAMA y de la Iglesia Morava, y la ocupación ilegal de territorios indígenas por colonos armados. Además, señaló el incremento de la violencia contra las comunidades indígenas en 2024, incluyendo el asesinato de 4 guardabosques, la criminalización de 37, y la desaparición de líderes indígenas. 

Por su parte, Ingni alertó que la detención de su padre en manos del Ejército de Nicaragua es parte de un ataque sistemático y generalizado en contra de los pueblos indígenas por motivos políticos. “Exigimos justicia…Nuestro pueblo está de pie, pero necesita el respaldo de la comunidad internacional. No abandonen a los indígenas de Nicaragua”, urgió.

Otras organizaciones hicieron énfasis en el cierre arbitrario de más de 5,000 organizaciones no gubernamentales, las 12 leyes represivas aprobadas en los últimos 4 meses, los 222 casos de tortura documentados , 452 casos de personas privadas arbitrariamente de su nacionalidad, la situación de desempleo de al menos 1200 docentes y personal universitario, entre otros.

Pronunciamiento

La actualización oral de la Alta Comisionada Adjunta y las intervenciones posteriores de los Estados y la sociedad civil dejan claro que la crisis de derechos humanos en Nicaragua ha alcanzado uno de sus momentos más críticos. En este grave contexto, el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) respalda el llamado de la Alta Comisionada Adjunta a la comunidad internacional para redoblar los esfuerzos en apoyo a la población nicaragüense, con especial atención a las personas exiliadas, los pueblos indígenas y afrodescendientes, y quienes permanecen privadas de libertad por razones políticas.

La impunidad no puede prevalecer frente a las sistemáticas y graves violaciones de derechos humanos que sufre el país. Hacemos un llamado a las Naciones Unidas y a los Estados comprometidos con la democracia y los derechos humanos a reforzar los mecanismos de monitoreo y protección, y a votar a favor de la renovación del mandato del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN) en 2025. Este mandato es esencial para profundizar en la documentación de las violaciones de derechos humanos, garantizar la rendición de cuentas y fortalecer la presión internacional en defensa de la población nicaragüense.

Ante el EPU: Nicaragua niega violaciones a los derechos humanos en nombre de la soberanía

Ginebra, 15 de noviembre.- El Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) expresa su profunda preocupación por la posición del Estado de Nicaragua ante el Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, celebrado este miércoles 13 de noviembre. Su discurso, lejos de reflejar algún nivel de compromiso con los derechos humanos, omite las denuncias internacionales sobre el hostigamiento hacia personas consideradas opositoras políticas, activistas y periodistas. Raza e Igualdad llama al Estado nicaragüense a aceptar las recomendaciones de los Estados y a tomar medidas concretas para garantizar la protección y el respeto de los derechos humanos en el país.

En su presentación ante el EPU, la Procuradora General de la República de Nicaragua, Wendy Morales Urbina, afirmó que promueve y protege los derechos humanos y el bienestar de la ciudadanía nicaragüense, destacando «la reducción de la pobreza, el fortalecimiento de la igualdad de género y la ampliación del acceso a la educación y la salud». Además, la delegación insistió en un supuesto compromiso del Estado de Nicaragua con el derecho internacional y con los principios de la Carta de las Naciones Unidas, enfatizando su apego a la «igualdad soberana de los Estados y la no injerencia en los asuntos internos».

En contraste con la posición del Estado, de los 88 Estados que tomaron la palabra durante la 47a sesión del Grupo de Trabajo del EPU, al menos 51 Estados expresaron una amplia gama de preocupaciones por la grave situación de derechos humanos en el país, así como recomendaciones para abordarlas. Entre las preocupaciones más destacadas se encuentran: la reducción del espacio cívico, que ha sido ampliamente condenada por países como Alemania, España, Estados Unidos y Canadá; y las detenciones arbitrarias por motivos políticos y la privación arbitraria de la nacionalidad nicaragüense, prácticas contrarias al Derecho Internacional a las que ha recurrido el Estado, que fueron señaladas por varios países, como Argentina, Costa Rica, Colombia y Chile.

En respuesta a estas preocupaciones planteadas, los Estados miembros del Consejo expresaron recomendaciones claras y urgentes para abordar la crisis de derechos humanos en Nicaragua. Entre las recomendaciones más destacadas se encuentra la liberación inmediata y sin condiciones de las personas presos políticos, el fin de las detenciones arbitrarias, el restablecimiento del espacio cívico y la cooperación con mecanismos internacionales de Derechos Humanos. Canadá por ejemplo, recomendó al Estado respetar los derechos constitucionales de la ciudadanía, la libertad personal, y protección de la detención arbitraria y tortura “poniendo en libertad inmediatamente a todos los presos políticos dejando de detener arbitrariamente y respetando las normas de la ONU para el tratamiento de personas prisioneras”.

Chile recomendó “poner fin a la práctica de privación de nacionalidad como medida punitiva” y restituir la nacionalidad a las personas que han sido despojadas de ella. El Reino Unido recomendó a Nicaragua modificar la Ley Especial 1145, relacionada con la nacionalidad nicaragüense, y abordar las preocupaciones sobre la reciente reforma al Código Penal que permite la persecución y confiscación de los bienes de nicaragüenses exiliados o extranjeros acusados de “crímenes contra el Estado”.

Otros Estados expresaron recomendaciones específicas sobre el respeto de los derechos humanos de poblaciones históricamente vulnerabilizadas. Brasil, por ejemplo, destacó la “necesidad de investigar y sancionar a los responsables por todos los actos de violencia y atentados a la vida contra minorías, en particular, pueblos indígenas y afrodescendientes”. Noruega, entre otras cosas, recomendó adoptar medidas inmediatas para evitar la discriminación a los pueblos indígenas afrodescendientes y personas LGBTI, y prevenir la violencia de género.

Para Raza e Igualdad resulta especialmente alarmante la falta de información sobre los líderes indígenas Brooklyn Rivera, exdiputado en condición de desaparición forzada desde septiembre de 2023, y su suplente Nancy Elizabeth Henríquez, detenida arbitrariamente en condiciones desconocidas. Cabe destacar que, esta es la primera ocasión que el Estado se pronuncia sobre estos casos afirmando que Rivera fue destituido “por su abandono de las labores parlamentarias por más de 60 días continuos sin causa justificada” y que ambos fueron despojados de sus inmunidades “para ser sometidos a investigación por la comisión de delitos graves…por los delitos de traición, menoscabo a la integridad nacional…Asimismo por la propagación de noticias falsas”

Desde Raza e Igualdad, observamos con preocupación la opacidad y falta de información sobre el paradero de Brooklyn Rivera, de quien no se ha presentado prueba de vida. Sus casos revelan un patrón de hostigamiento sistemático hacia personas defensoras de derechos humanos bajo una legislación que criminaliza la disidencia, particularmente aquellas que representan a comunidades vulnerabilizadas. 

También nos inquieta la declaración del Estado de Nicaragua de que no firmará el Estatuto de Roma, postura que fue expresada en respuesta a las preguntas de otros Estados. Nicaragua argumentó que esta decisión se debe a la amenaza que representa para su soberanía, señalando que la protección de los derechos humanos es un asunto de “jurisdicción exclusiva”, y que el fortalecimiento de su sistema judicial nacional es el mecanismo adecuado para asegurar la justicia y el respeto a los derechos de su ciudadanía. Este rechazo a la “imposición de jurisdicciones extranjeras en detrimento de su autonomía interna” refleja una postura que limita la cooperación con los sistemas internacionales de justicia y socava el acceso a la justicia para las víctimas de violaciones de derechos humanos, especialmente en un sistema judicial local señalado por su falta de independencia.

Lamentamos, además, que el Estado también continúe su postura de rechazo hacia la labor del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN), conformado por personas expertas independientes. En la sesión, el Estado expresó que sus reportes y actualizaciones “carecen de valor y credibilidad reflejando falsedades, hechos desvirtuados unilaterales, parcializados y sin ninguna base objetiva”, razones por las cuales no aceptan sus recomendaciones “con las que pretenden inmiscuirse en los asuntos internos de Nicaragua”.

Finalmente, instamos al Estado de Nicaragua que, como muestra de buena voluntad, acepte e implemente las recomendaciones brindadas por los Estados durante el Examen.

Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que esté atenta al cumplimiento de las recomendaciones. Urge que Nicaragua libere a todas las personas presas políticas, garantice el respeto a las libertades de expresión y asociación, y coopere con los organismos internacionales para asegurar la rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas.

Raza e Igualdad reitera su compromiso de seguir monitoreando la situación en Nicaragua y de apoyar los esfuerzos de la comunidad internacional para garantizar verdad, justicia, reparación y no repetición para las víctimas de violaciones a los derechos humanos cometidas desde el año 2018 hasta la fecha, y que se tomen las medidas necesarias para restablecer la Democracia y el respeto de los derechos humanos en Nicaragua.

En audiencia CIDH sobre Nicaragua: Instituciones Financieras Internacionales inadvertidamente financian crímenes de lesa humanidad 

Washington, D.C., 15 de noviembre de 2024.-“La comunidad internacional y diversos fondos (de Instituciones Financieras Internacionales – IFIs), sin querer, están financiando crímenes de lesa humanidad”, dijo el Relator Especial para Nicaragua de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Arif Bulkan, en la audiencia temática “Nicaragua: apoyo financiero internacional y su impacto en los derechos humanos”, celebrada este jueves 14 de noviembre.

En la audiencia participaron representantes de las organizaciones Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), Diálogo Interamericano, Fundación del Río y Urnas Abiertas; comisionados y comisionadas de la CIDH y una representación del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN).

Al iniciar la audiencia, Christina Fetterhoff, Directora de Programas de Raza e Igualdad, contextualizó sobre la crisis democrática y de derechos humanos nicaragüense, caracterizada por una concentración del poder en manos del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo; el cierre del espacio cívico y la represión sistemática contra la disidencia.“El régimen ha cancelado por motivos políticos más de 5,200 organizaciones de la sociedad civil de las 7,200 existentes… Sin embargo, la amplia documentación y conocimiento de la crisis democrática y de derechos humanos nicaragüense no implicó la revisión, suspensión o cancelación de proyectos de desarrollo con financiación internacional”, alertó Fetterhoff.

Por su parte, Marcelo Azambuja, Oficial del Programa Legal de Raza e Igualdad, expuso que el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el BCIE, actualmente apoyan 88 proyectos en Nicaragua con un valor de USD 4.35 mil millones. De estos proyectos, 50 proyectos por un monto de USD 2.7 mil millones fueron aprobados después de 2018, año en el que se agudizó la crisis democrática y de derechos humanos en el país centroamericano. Sin embargo, “ninguna de esas instituciones mencionó públicamente la crisis como un factor influenciando la aprobación o el monitoreo de la implementación de proyectos de desarrollo en Nicaragua”, enfatizó Azambuja.

“Las IFIs también están obligadas por el derecho internacional a respetar a los derechos humanos reconocidos internacionalmente. Deben adoptar medidas de debida diligencia en derechos humanos para buscar prevenir o mitigar los impactos adversos a los derechos humanos… En Nicaragua, su omisión ha resultado en la violación del derecho a la libertad de expresión tanto por la restricción de acceso a información pública sobre proyectos de desarrollo y políticas públicas con financiación internacional…”, dijo Azambuja durante su intervención. 

Manuel Orozco, Director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, expuso cómo la captura del Estado en Nicaragua ha consolidado un sistema cleptocrático, donde el régimen Ortega-Murillo utiliza las instituciones estatales y el endeudamiento externo para beneficios personales y el enriquecimiento del círculo de poder. 

Orozco afirmó que la economía autoritaria del régimen se sustenta en la apropiación de ingresos fiscales y en la utilización de organismos estatales para extorsionar al sector privado. Agregó que “el uso del endeudamiento externo para beneficiar a la élite económica y política es otra de las formas más evidentes de captura del Estado”, ante esto, la “dependencia del Gobierno de la financiación externa aumentó del 46% al 56% del PIB entre 2017 y 2023, con casi USD 9,000 millones de deuda pública”. 

Olga Valle, directora de Urnas Abiertas, enfatizó que el modelo económico autoritario del régimen Ortega-Murillo y la falta de supervisión de los fondos públicos ha ocasionado que el Estado deje de servir a los intereses del pueblo, y se constituya como una reconfiguración cooptada del Estado. Valle instó a las IFIs a mejorar sus mecanismos de transparencia y exigió la adopción de medidas que aseguren el beneficio de los recursos al pueblo nicaragüense en lugar de favorecer los intereses de la élite en el poder.

“Es fundamental que las instituciones financieras internacionales asuman un papel proactivo y riguroso en la fiscalización del uso de los préstamos y donaciones. Deben garantizar el uso adecuado de los mecanismos de monitoreo y evaluación con los que cuenta, asimismo, es importante facilitar la participación de la sociedad civil en dichos mecanismos”, destacó Valle. 

Por su parte, Amaru Ruiz, Director de Fundación del Río, mostró su preocupación por la gestión del Financiamiento Verde al régimen Ortega-Murillo a través de las IFIs. Actualmente Nicaragua tiene 27 proyectos ambientales en ejecución con una cartera de USD 384.8 millones, de los cuales el 66% son donaciones, siendo las principales fuentes de financiamiento el BM y BID, esta situación ha generado impactos ambientales negativos en Nicaragua como la deforestación acelerada, el aumento de gases de efecto invernadero, pérdida de la biodiversidad, entre otros.

Además, de violaciones de derechos, dado que los proyectos de financiamiento verde se concentran en las Regiones Autónomas de la Costa Caribe, donde también persisten las violaciones a los derechos humanos y territoriales de los pueblos indígenas y afrodescendientes. Ruiz, también enfatizó en la cancelación del proyecto BioClima, y solicitó en la audiencia incrementar la fiscalización y el monitoreo de los proyectos financiados. Así como, establecer mecanismos de cooperación que respeten los derechos humanos, provea resultados tangibles y que se evalúe la transparencia.

En su intervención, el Presidente del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN), Jan-Michael Simon explicó que “un patrón notorio y particularmente grave del Estado de Derecho invertido en las manos del Gobierno de Nicaragua consiste en la masiva cancelación forzosa de la personería jurídica de organizaciones sin fines de lucro”. Según el experto, el Gobierno de Nicaragua ha reportado al Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) la cancelación del 80% del total de organizaciones sin fines de lucro. Para ello, el Gobierno ha implementado la recomendación número ocho del GAFI  que dice “asegurar que las OSFL no sean utilizadas indebidamente por orgs terroristas”.

“Esta situación se presenta apenas a los dos años de la decisión del GAFI, en octubre de 2022, de retirar a Nicaragua de su lista de países de alto riesgo en materia de control de la base… Nicaragua aceptó a cambio que se realice el proceso voluntario para analizar lo que suele llamarse, yo cito, ‘posibles consecuencias imprevistas relacionadas con la implementación de la Recomendación 8’”, alertó el experto.

Por su parte, el Relator Especial de la CIDH para Nicaragua, Arif Bulkan afirmó que el Gobierno de Nicaragua sigue recibiendo “inmensa financiación” en nombre de proyectos de desarrollo, “pero en vez de que ese cúmulo de dinero que se está recibiendo se utilice para lo que dice que se debe utilizar, es decir, para caminos, para proyectos sociales, etc… esos fondos acaban en el bolsillo de las élites”.

“La comunidad internacional y diversos fondos, sin querer están financiando crímenes de lesa humanidad. Eso hay que decirlo con todas sus letras”, dijo Bulkan, quien también aseguró que esta situación empuja a la CIDH “a hacer un llamamiento muy, muy claro y contundente a las distintas organizaciones internacionales y demás entidades” para que tomen en cuenta la situación real de Nicaragua y “dejen de sostenerla.. aún poniendo como pretextos medios indirectos”.

Para Javier Palummo, Relator Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales de la CIDH, “las instituciones financieras internacionales no son cualquier tipo de empresas…son órganos internacionales, órganos que son creados por los Estados, que tienen órganos de dirección donde podemos encontrar representantes gubernamentales… Estas instituciones tienen el deber de implementar salvaguardas robustas que garanticen que sus recursos no contribuyan a perpetuar situaciones de abuso o de represión. Es imperativo, por tanto, que refuercen mecanismos de transparencia y que realicen auditorías independientes de sus proyectos”.

El Relator para la Libertad de Expresión de la CIDH, Pedro Vaca reconoció el esfuerzo de la sociedad civil nicaragüense “por seguir explorando espacios, caminos por los cuales se pueda restablecer la garantía de derechos humanos en un Estado que ha decidido deliberadamente atropellar los derechos civiles y políticos, entre ellos la libertad de expresión”.

“La represión cuesta y es importante preguntarnos de dónde vienen los recursos que generan entornos permisivos a la represión”, expresó Vaca.

Las organizaciones Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), Diálogo Interamericano, Fundación del Río y Urnas Abiertas, esperamos que la CIDH tome en cuenta nuestras recomendaciones para promover medidas que aseguren el respeto a los derechos humanos en Nicaragua. Entre estas destacamos: formular una resolución sobre el alcance de las obligaciones interamericanas en materia de derechos humanos en el ámbito del apoyo financiero internacional y de proyectos orientados al desarrollo; establecer un grupo de trabajo entre la CIDH, las IFIs y las organizaciones de la sociedad civil para abordar la relación entre el desarrollo sostenible y el respeto a los derechos humanos en Nicaragua y en América Latina; y manifestarse públicamente sobre los riesgos de impactos adversos de los proyectos financiados con recursos de las instituciones financieras internacionales en territorio nicaragüense.

EPU Nicaragua 2024: Raza e Igualdad solicita recomendaciones contundentes ante violaciones sistemáticas a derechos humanos en Nicaragua

Ginebra 12 de noviembre de 2024.-  El Estado de Nicaragua será evaluado en el Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas mañana, el miércoles 13 de noviembre. El Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) urge a los Estados participantes de este espacio a realizar recomendaciones contundentes frente a las violaciones sistemáticas que el Estado de Nicaragua sigue cometiendo en detrimento a la justicia, la paz, el orden constitucional y los derechos humanos en el marco de la violenta represión que lleva a cabo tras las protestas de abril 2018.

Durante el último ciclo de cuatro años, Nicaragua ha mostrado un total desacato a las recomendaciones de los mecanismos internacionales de protección de derechos humanos, así como a las resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, manteniendo un entorno de represión y vulneración de derechos fundamentales, particularmente para las personas defensoras de derechos humanos, mujeres, periodistas y pueblos indígenas y afrodescendientes.

En Nicaragua las personas defensoras de derechos humanos son blanco de la represión estatal, pese a que el Estado afirma que promueve, defiende y tutela las garantías constitucionales y los derechos humanos. Organismos internacionales han documentado al menos 2,000 detenciones arbitrarias, y casos de torturas y desapariciones forzadas contra personas consideradas opositoras, activistas y periodistas críticos. Según el  Mecanismo para el reconocimiento de Personas Presas Políticas de Nicaragua, actualmente 46 personas se encuentran privadas de libertad por motivos políticos, entre estas, tres líderes indígenas de la Costa Caribe: Nancy Henríquez, Brooklyn Rivera y Steadman Fagot. 

El Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN, por sus siglas en inglés) también ha destacado la expulsión y privación de la nacionalidad nicaragüense a personas consideradas críticas del régimen, así como la confiscación de sus bienes y la restricción del acceso al territorio nicaragüense, además de hechos y circunstancias que constituyen crímenes de lesa humanidad, “particularmente, persecución por motivos políticos”. 

Los pueblos indígenas y afrodescendientes continúan sufriendo invasiones de colonos (terceros no indígenas) sin una adecuada protección estatal. La falta de implementación del proceso de saneamiento para el desalojo de ocupantes ilegales ​​ha generado una cohabitación forzada entre colonos e indígenas, la que ha traído como consecuencia conflictos violentos, desplazamientos forzados y asesinatos de integrantes de comunidades indígenas. Solo en los primeros seis meses de 2024, se registraron 643 casos de violaciones de derechos humanos en estos territorios.

Además, el Estado otorga concesiones para actividades mineras y agroindustriales sin realizar consultas previas, libres e informadas, lo que provoca graves daños ambientales y vulnera los derechos de las comunidades indígenas. Estas comunidades rara vez se benefician de las ganancias generadas por dichos proyectos, perpetuando así la pobreza y la exclusión.

La ausencia de una efectiva promoción y protección de los derechos de las mujeres sigue siendo una preocupación alarmante, especialmente ante el aumento de casos de violencia y femicidios en el país. La falta de respuesta adecuada por parte de las autoridades a las denuncias de violencia de género desincentiva a las víctimas a buscar justicia. Según el Observatorio de Católicas por el Derecho a Decidir, en lo que va del año 2024 se han contabilizado 63 femicidios.

Cabe destacar que, las políticas gubernamentales sobre género son diseñadas de forma centralizada, sin consulta ni participación efectiva de las organizaciones feministas y defensoras de derechos, quienes en cambio enfrentan represión estatal, criminalización y hostigamiento. Esta restricción de la participación de las mujeres en la toma de decisiones ha traído como consecuencia la falta de programas de educación sexual, de prevención efectiva de embarazos en adolescentes y enfermedades de transmisión sexual.

En el ámbito de los derechos a la libertad de expresión y asociación, el Estado nicaragüense ha aprobado normativas, como la Ley de Ciberdelitos y su reciente reforma y la Ley de Agentes Extranjeros, que limitan las libertades fundamentales al permitir la vigilancia estatal y la criminalización del activismo y el periodismo. En consecuencia, al menos 278 periodistas independientes han dejado el país por temor a represalias, según la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED).

Asimismo, a través de estas leyes, el Estado ha anulado la personería jurídica de más de 5,000 organizaciones, entre ellas, organizaciones no gubernamentales (ONG) que brindaban servicios de salud, educación y apoyo a comunidades vulnerabilizadas. Con la desaparición de estas organizaciones, comunidades enteras han quedado sin acceso a programas sociales y de salud que dependían del trabajo de las ONGs, generando un impacto directo en el bienestar de los sectores más vulnerables.

Finalmente, el Estado de Nicaragua tiene una postura confrontativa, no colaborativa y de forma reiterada desprecia los espacios de diálogo en nombre de “la soberanía nacional”, además de su rechazo a la rendición de cuentas en el ámbito internacional. El Estado ha ignorado recomendaciones de los órganos y mecanismos de protección internacional y sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, desacatando sus obligaciones internacionales.

También ha expulsado del país a organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), y se ha retirado de la Organización de Estados Americanos (OEA). Por último, en los últimos dos años Nicaragua tampoco se ha presentado a las revisiones de Órganos de Tratados de Naciones Unidas, como del Comité Contra la Tortura (CAT) o el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD), y en otros casos, se ha retirado como ocurrió durante el diálogo interactivo con el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres, haciendo acusaciones infundadas al órgano de dicho tratado y a sus miembras. 

Por todo lo anterior, en el marco del Cuarto Ciclo del Examen Periódico Universal (EPU), el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) insta a los Estados miembros del Consejo de Derechos Humanos a emitir recomendaciones firmes y efectivas que obliguen al Estado de Nicaragua a cumplir con sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos. Solo a través de una acción coordinada y decidida, será posible generar una verdadera rendición de cuentas y contribuir a restaurar la justicia, la paz y el respeto por los derechos fundamentales en el país. 

Exigimos al Estado de Nicaragua cesar la persecución política, liberar de inmediato a todas las personas privadas de libertad por motivos políticos, restaurar la independencia de los poderes del Estado, permitir el trabajo de organizaciones de derechos humanos y cumplir con sus compromisos internacionales. 

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