Un año de libertad en el exilio: 135 nicaragüenses continúan su lucha por justicia y dignidad

Un año de libertad en el exilio: 135 nicaragüenses continúan su lucha por justicia y dignidad

Washington, DC; 5 de septiembre de 2025.– Hoy se cumple un año desde que 135 personas presas políticas fueron excarceladas y trasladadas a Guatemala, tras haber permanecido arbitrariamente privadas de libertad en Nicaragua por órdenes del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Su liberación fue posible gracias a las gestiones diplomáticas del Gobierno de los Estados Unidos y al apoyo humanitario del Gobierno de Guatemala, que les recibió en su territorio. Desde Raza e Igualdad contribuimos a garantizar que estas personas fueran acogidas con dignidad.

Este segundo vuelo hacia la libertad —precedido por el traslado de 222 personas excarceladas a Estados Unidos en febrero de 2023— estuvo integrado por mujeres y hombres, incluidos adultos mayores. Todas estas personas fueron obligadas a dejar atrás a sus familias, viviendas, bienes y medios de vida. Muchas denunciaron ante medios de comunicación las torturas y tratos crueles sufridos en prisión, así como el temor por posibles represalias contra sus familiares en Nicaragua.

Algunas de las personas excarceladas continuaron su camino hacia Estados Unidos u otros países, mientras otras permanecieron en Guatemala, con la esperanza de reconstruir sus proyectos de vida. Sin embargo, el destierro forzado las expuso a enormes dificultades para acceder a empleo, salud y seguridad social. Además, fueron despojadas arbitrariamente de su nacionalidad y condenadas a la apatridia, mientras sus bienes eran confiscados. Pese a todo, el régimen no logró quebrar su resistencia ni su compromiso con la libertad y la justicia en Nicaragua.

Los crímenes cometidos por Ortega, Murillo y sus cómplices permanecen en la impunidad. Un año después, exigimos justicia, verdad y reparación para las víctimas y sus familias, así como garantías de no repetición.

“Hago un llamado urgente a los Estados que respetan la democracia y los derechos humanos a seguir mostrando su solidaridad hacia estos nicaragüenses víctimas de una brutal dictadura, a contribuir a su reunificación familiar y al pleno goce de sus derechos, en tanto en Nicaragua se restablece la democracia y se les garantiza la debida justicia, reparación y garantías de no repetición”, expresó Carlos Quesada, Director Ejecutivo de Raza e Igualdad, en ocasión de esta conmemoración.

Desde Raza e Igualdad exigimos al régimen Ortega-Murillo poner fin de inmediato a las redadas, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas, y responder ante la comunidad internacional por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Nicaragua. Asimismo, demandamos la liberación de todas las personas que aún permanecen privadas de libertad o desaparecidas por motivos políticos.

“¿Dónde más busco?”: informe denuncia la práctica sistemática de desapariciones forzadas en Nicaragua y la lucha de las personas buscadoras

28 de agosto, 2025.– Un nuevo informe elaborado por la Unidad de Defensa Jurídica (UDJ), Raza e Igualdad, el Movimiento Autónomo de Mujeres de Nicaragua (MAM), la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras) y el Colectivo de Derechos Humanos Nunca Más, revela que las desapariciones forzadas se han consolidado como el rostro más cruel de la represión y la prisión política en Nicaragua desde abril de 2018.

La evidencia más reciente de la extrema crueldad de esta práctica es la muerte del preso político Mauricio Alonso Petri, detenido el pasado 17 de julio por oficiales de la Policía. Estuvo 38 días bajo desaparición forzada y este 25 de agosto su familia fue convocada al Instituto de Medicina Legal, en Managua, a reconocer su cadáver.

El estudio documenta cómo el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo utiliza la desaparición forzada como mecanismo de castigo y control social, afectando no solo a las personas detenidas, sino también a sus familias, condenadas a una búsqueda interminable en medio del silencio oficial. “Cada desaparición deja vidas suspendidas: las de quienes son borrados por el Estado y las de quienes, desde afuera, sostienen la vida, la memoria y la resistencia”, subraya el documento.

De acuerdo con el informe, la mayoría de las más de 2.000 detenciones políticas registradas por la CIDH en los últimos siete años han estado vinculadas a desapariciones forzadas. Muchas de ellas se han extendido por periodos prolongados. Las víctimas son trasladadas a centros clandestinos, sometidas a torturas físicas y psicológicas, y privadas de contacto con sus familiares o abogados. Desde 2023, las desapariciones han pasado de durar pocos días a convertirse en procesos abiertos, sin identificar aún límite temporal, amparados en la opacidad del sistema judicial.

El Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua de la ONU ha advertido que esta práctica responde a un “plan criminal” del Gobierno Ortega-Murillo para neutralizar cualquier disidencia y garantizar su permanencia en el poder.

Impactos diferenciados y violencia de género

El informe alerta que las desapariciones forzadas afectan con especial crueldad a mujeres, adolescentes, personas adultas mayores, líderes indígenas y personas con enfermedades crónicas. Mujeres presas políticas han denunciado violencia sexual y torturas específicas relacionadas con la violencia de género, mientras que adolescentes sometidos a aislamiento prolongado desarrollaron ideación suicida.

En el caso de líderes indígenas, la desaparición forzada no solo los silencia como individuos, sino que tienen un impacto colectivo específico, ya que debilita la defensa comunitaria de los territorios y constituye una forma de destrucción cultural.

El peso de la búsqueda

El informe dedica un apartado al impacto de estas prácticas en las personas buscadoras, en su mayoría mujeres, quienes enfrentan hostigamiento, desinformación, costos económicos insostenibles y graves afectaciones emocionales. Muchas son madres, hijas o esposas que cargan con la doble responsabilidad de sostener a sus familias y de mantener viva la búsqueda. “¿Dónde más busco?”, relató entre lágrimas la esposa de un desaparecido en diciembre de 2024, lo que refleja rabia, frustración y el dolor compartido de cientos de familias.

La persecución contra quienes buscan ha provocado que muchas tengan que exiliarse, lo que incrementa la angustia por la imposibilidad de obtener información en el país y agrava el trauma colectivo.

Llamado urgente

Las organizaciones firmantes exigen al Estado nicaragüense poner fin a la política de desapariciones forzadas y prisión política, liberar de inmediato a las personas detenidas por motivos políticos, e implementar mecanismos independientes de verdad y justicia. Asimismo, llaman a la comunidad internacional a mantener la vigilancia activa, exigir responsabilidades y garantizar acompañamiento a las víctimas y buscadoras.

“El régimen pretende borrar cuerpos y voces, pero la resistencia de quienes buscan mantienen viva la exigencia de verdad y justicia. La desaparición forzada es un ultraje contra la dignidad humana, un crimen que no prescribe y que la comunidad internacional no debe tolerar”, enfatiza el informe.

Nicaragua: Redadas llevadas a cabo por el régimen Ortega-Murillo evidencian nueva escalada represiva

Washington, D.C., 18 de agosto de 2025.– El Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) condena enérgicamente las recientes redadas policiales llevadas a cabo por el régimen Ortega-Murillo en los departamentos de Carazo, Granada, Masaya y Rivas, las cuales dejaron al menos 27 personas detenidas entre el 14 y 16 de agosto, según denunció y documentó el Monitoreo Azul y Blanco (MAB). Cuatro de esas personas habrían sido liberadas y 23 continúan arbitrariamente detenidas por motivos políticos.

La mayoría de las personas detenidas son excarcelados políticos, exiliados retornados, artistas y empresarios opositores. Los operativos estuvieron marcados por allanamientos violentos, saqueos, uso de técnica canina y detenciones nocturnas, en un contexto marcado por la reciente confiscación del Colegio San José en Jinotepe, Carazo.

De acuerdo al reporte del MAB, entre los detenidos en Carazo en esta nueva ofensiva, figuran el expreso político y exiliado retornado Óscar Velásquez Sánchez, el pintor Marvin Campos Chavarría, María José Rojas Arburola, hija del asesinado opositor Rodolfo Rojas; Chester Cortés, del barrio Cementerio; el tatuador Darwin Ayerdis –desaparecido desde su captura en julio–, así como Mario Rodríguez Serrano y Halder López Luna, este último arrestado tras presentarse voluntariamente a la Policía.

Las detenciones ocurrieron días después de que la co-dictadora Rosario Murillo anunciara el 12 de agosto la confiscación del colegio San José, en Jinotepe, bajo el supuesto argumento de que en dicho centro se llevaron a cabo torturas durante abril 2018. El colegio confiscado era administrado por las religiosas de la congregación Josefina, lo cual representa un paso más en la embestida del régimen contra la Iglesia Católica.

Con profunda preocupación vemos que el régimen no abandona el patrón de las detenciones arbitrarias por motivos políticos con el propósito de mantener a la población con temor de expresarse.

“Es inaceptable que en Nicaragua persista la práctica de detener a personas y someterlas a desaparición forzada, dejando a sus familias en la absoluta incertidumbre y dolor. Nadie debería vivir con el temor de no volver a ver a sus seres queridos. Esta es una gravísima violación de derechos humanos que debe cesar de inmediato”, señaló Carlos Quesada, Director Ejecutivo de Raza e Igualdad.

Demandamos se informe a las familias de las personas afectadas su paradero y se les libere inmediatamente. Exigimos también QUE cese la represión hacia la Iglesia nicaragüense y se respete la libertad religiosa y las propiedades y centros educativos propiedad de la Iglesia o administrados por dicha institución.

Nicaragua: organizaciones y víctimas denuncian ante la CIDH nuevos patrones de represión

Washington D.C., 28 de julio de 2025.– En el marco del 193 Período de Sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organizaciones de la sociedad civil nicaragüense en el exilio, organizaciones internacionales y familiares de víctimas participaron el 25 de julio en una audiencia pública para denunciar la continuidad de la represión estatal en Nicaragua y la adopción de nuevos patrones que agravan la crisis de derechos humanos en el país, los cuales podrían afectar la seguridad y población de otros Estados.

En la audiencia participaron representantes de  la Unidad de Defensa Jurídica, Registro y Memoria por Nicaragua (AUDJUDRNIC), Urnas Abiertas, el Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), y el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), quienes expusieron, en conjunto con Claudia Vargas, viuda del analista político Roberto Samcam; Sadie Rivas, hija del prisionero político Aníbal Martín Rivas y Tininiska Rivera, hija del líder indígena Brooklyn Rivera,  cómo el régimen Ortega-Murillo ha sofisticado su sistema represivo, aplicando mecanismos de persecución más selectivos, transfronterizos y con efectos ejemplificadores tanto dentro como fuera del país.

“Constatamos con profunda preocupación que, a más de siete años del inicio de la crisis, se mantienen graves violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad. La represión no ha cesado: se ha transformado y ampliado, cruzando fronteras y afectando a quienes buscan refugio en el exilio”, afirmó Carlos Quesada, Director Ejecutivo de Raza e Igualdad.

En ese sentido, dijo que, entre los nuevos patrones de represión identificados, están la persecución transfronteriza o represión transnacional, la represión migratoria, el encarcelamiento selectivo y el aumento de casos de desaparición forzada.

Respecto a la persecución transfronteriza o represión transnacional, Azahalea Solís, del MAM, mencionó la aprobación de leyes con las que el régimen nicaragüense busca legitimar su accionar en contra de los derechos humanos de nicaragüenses en el extranjero, tales como la Ley N.º. 1145, que establece arbitrariamente la pérdida de la nacionalidad nicaragüense a nacionales, y la Ley N.º 1216, que reforma el Código Penal y extiende la jurisdicción penal de Nicaragua a acciones realizadas por nicaragüenses o extranjeros fuera del territorio nacional, con el fin de perseguir reiteradamente a personas opositoras o percibidas como tal.

Denunció que el gobierno también realiza acciones de control e intimidación contra nicaragüenses en el exilio, a través de amenazas y agresiones a familiares que permanecen en Nicaragua, así como el asesinato de personas en el extranjero a manos de agentes nicaragüenses, detallando que se han documentado seis casos, de los cuales tres ocurrieron en Honduras , y tres en Costa Rica, siendo el último caso el del analista político Roberto Samcam, asesinado en San José el pasado 19 de junio.

Claudia Vargas, viuda de Roberto Samcam, compartió que la Fiscalía de Costa Rica ha señalado que el asesinato de su esposo no es un crimen común, y ha reconocido la complejidad del caso, incluyendo elementos que apuntan a una posible planificación. «Esa afirmación exige ir más allá: investigar no solo a los autores materiales, sino también quiénes ordenaron, financiaron y facilitaron esta ejecución», subrayó.

Natalia Yaya, de la FIDH, aseguró que una de las más severas formas de represión del régimen Ortega-Murillo en los últimos años e inédita a nivel regional es la privación arbitraria de la nacionalidad, la cual  hoy tiene graves impactos en el goce de derechos humanos de las personas afectadas. Precisó que desde 2023, al menos 450 personas han sido afectadas con esta medida y las han dejado en una situación de “muerte civil”: «Las autoridades les anularon de todos los registros nicaragüenses y decretaron la pérdida de sus derechos civiles, políticos, sociales y patrimoniales, así como la imposibilidad de volver a su país», apuntó.

Olga Valle, de Urnas Abiertas, añadió información referente a la apatridia de facto, señalando que el régimen ha institucionalizado mecanismos de privación arbitraria de la nacionalidad, no sólo mediante resoluciones judiciales, sino también a través de prácticas administrativas como la negativa a emitir o renovar pasaportes y documentos de identidad, tanto dentro como fuera del país. La falta de documentación, dijo, coloca a las personas en una situación de desprotección.

También se refirió al incremento exponencial en las negativas de ingreso a Nicaragua, incluso contra personas que no estaban vinculadas a redes u organizaciones opositoras. Valle señaló que hasta marzo de 2025, el Grupo de Expertos de la ONU documentó 259 casos de personas nicaragüenses a quienes se les prohibió el ingreso al país y que por el temor de las personas afectadas existe un sub registro importante.

“Las detenciones se concentran en pocas personas con perfiles específicos: líderes y comunitarios indígenas, periodistas, personas de fe, activistas, miembros de partidos políticos, y se ha incrementado la presencia de ex militares, [además] hay 10 personas encarceladas desde antes de 2018”, denunció Claudia Pineda, de la AUDJUDRNIC, quien puso sobre la mesa la problemática de las detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas, precisando que «se reportan 54 personas detenidas, incluyendo 7 mujeres, 18 adultos mayores, 14 desaparecidos y 19 sin condena», según el registro del Mecanismo para el reconocimiento de las personas presas políticas.

A ello sumó que desde septiembre de 2023, las desapariciones forzadas de larga duración se han agravado, y que actualmente al menos 14 personas de la lista oficial del Mecanismo siguen desaparecidas, entre ellas 5 mujeres, 7 adultos mayores, 2 periodistas, 3 ex militares y dirigentes y activistas políticos, destacando los casos de Brooklyn Rivera, Víctor Boitano, Angélica Chavarría, Eveling Matus, Fabiola Tercero y Eddy Gonzalez, desaparecidos desde hace un año y más.

Sadie Rivas, hija de Aníbal Rivas Reed, denunció que desde el 17 de mayo, su papá fue sometido a desaparición forzada por 42 días, tiempo durante el cual permaneció totalmente incomunicado. Dijo que aun cuando ya han permitido una única visita -donde se enteraron de que fue condenado a 50 años de prisión por “traición a la patria”- la familia sigue temiendo por su vida, por sus padecimientos y enfermedades crónicas.

En tanto, Tininiska Rivera, hija del líder indígena Brooklyn Rivera denunció que la desaparición forzada de su padre es parte de una estrategia sistemática del régimen para acallar a líderes indígenas que defienden la tierra, la autonomía y los derechos colectivos de los pueblos indígenas.

Adolfo Lara, de Raza e Igualdad, intervino destacando que, ante los nuevos patrones de represión, la persistencia de otros ampliamente documentados y la impunidad en la que los crímenes de lesa humanidad permanecen,  es fundamental que la comunidad internacional exija cuentas al régimen y le obligue a respetar las obligaciones internacionales que ratificó.

Asimismo, solicitó a la CIDH reforzar el monitoreo, denunciar  la represión transnacional por parte del régimen nicaragüense y brindar acompañamiento a los Estados que acogen a personas exiliadas para asegurar su protección y acceso a derechos, reconocer el patrón sistemático de apatridia  exigir la libertad de todas las personas presas políticas y el esclarecimiento de los casos de desaparición forzada.

Durante la audiencia, se contó con la participación especial de Ariela Peralta, parte del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua de Naciones Unidas (GHREN). La experta evocó las constataciones presentadas en su último Informe[1] en el que también alertaban sobre la escalada de la represión transnacional y sus graves impactos para las personas afectadas, sobre el cual presentarán un informe en septiembre ante Naciones Unidas.

El presidente de la CIDH, el comisionado José Luis Caballero, agradeció a las víctimas por sus testimonios, señalando que la situación se ha agravado con la reforma de 2025. El Comisionado Arif Bulkan, Relator para Nicaragua,  lamentó la hipocresía de quienes continúan haciendo negocios con el Estado de Nicaragua y al mismo tiempo condenan a ese tipo de regímenes. Alentó a la sociedad civil a continuar su trabajo de documentación y denuncia. Los demás comisionados, luego de solidarizarse y agradecer los testimonios de las tres familiares presentes, condenaron las graves actuaciones del régimen nicaragüense, la agravación de la situación de derechos humanos monitoreada por ellos igualmente y su disposición para buscar soluciones junto con otros Estados, para la grave situación de los nicaragüenses en el exterior. Anunciaron que próximamente publicarán un Informe sobre la situación de los pueblos indígenas de la Costa Caribe de Nicaragua.

Las organizaciones participantes en esta audiencia reafirmamos nuestro compromiso con las víctimas de la represión estatal y continuaremos denunciando las violaciones de derechos humanos del régimen de Ortega-Murillo ante los mecanismos internacionales de protección.

 

 

[1] GHREN. Instituciones y personas responsables de los principales patrones de violaciones y abusos de los derechos humanos y crímenes perpetrados en Nicaragua desde abril de 2018. 3 de abril 2025. Disponible en: https://www.ohchr.org/sites/default/files/documents/hrbodies/hrcouncil/sessions-regular/session58/a-hrc-58-crp-8-s.pdf

 

Nicaragua: Persecución contra personas percibidas como opositoras se ha convertido en una práctica recurrente y puede trascender más allá de sus fronteras

Washington, D.C., 27 de junio de 2025.– La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, señaló que la persecución del Gobierno de Nicaragua contra personas percibidas como opositoras “se ha convertido en una práctica recurrente y puede trascender más allá de sus fronteras”, lo cual representa un alto riesgo para la vida e integridad física de las personas en el exilio.

Dicha información corresponde a la actualización oral sobre la situación de derechos humanos en Nicaragua, realizada este viernes 27 de junio en el marco de la 59 sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y en correspondencia con la Resolución 58/18 de dicho órgano. La misma fue presentada por la directora de la División de Operaciones Globales de la Oficina, Maarit Kohonen.

Kohonen precisó que la persecución contra personas percibidas como opositoras políticas en Nicaragua incluye a personas defensoras de derechos humanos, periodistas, pueblos indígenas y afrodescendientes, líderes religiosos y laicos, y que esta situación “se ve exacerbada por cambios legislativos que refuerzan el cierre del espacio cívico y aumentan las restricciones a la participación política”.

Detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas

El informe indica que las detenciones arbitrarias continúan siendo utilizadas como herramienta de represión política, consolidando un clima de miedo para silenciar toda voz crítica y que, según información recabada por la Oficina, al menos 54 personas (47 hombres y 7 mujeres) permanecen detenidas arbitrariamente. “La cifra real podría ser mayor ya que muchas familias temen denunciar por miedo a represalias”, dijo.

Además, la Oficina ha documentado 13 casos de posible desaparición forzada, de los cuales 8 corresponden a personas adultas mayores y 2 a personas indígenas. De estos casos, destacaron el de Evelyn Carolina Matus Hernández, cuyo paradero es desconocido desde que fue detenida arbitrariamente el 25 de junio de 2024 y separada de sus niños de 5 y 10 años.

“Las condiciones de detención siguen siendo preocupantes con reportes de tortura y alimentación insuficiente. 15 de las 54 personas detenidas son personas adultas mayores con necesidades médicas urgentes sin atención adecuada. Preocupa particularmente el caso de Aníbal Martín Rivas Reed, de 62 años, quien padece artritis degenerativa y depresión clínica y cuyo paradero es desconocido desde su detención en mayo pasado”, agregó.

En relación con la situación de la prensa independiente, informó que al menos 168 periodistas han debido exiliarse desde 2018 mientras quienes continúan en el país enfrentan vigilancia, amenazas y censura, destacó el caso del periodista Leo Cárcamo, quien fue detenido arbitrariamente en noviembre de 2024 y desde entonces su paradero sigue siendo desconocido, lo que podría constituir una desaparición forzada.

En la actualización oral, la Oficina reiteró su llamado a las autoridades nicaragüenses a liberar de inmediato a todas las personas detenidas arbitrariamente, a cesar las desapariciones forzadas y la tortura, y a garantizar el respeto de las normas internacionales sobre el trato digno en los lugares de detención.

Reformas legislativas

El informe del Alto Comisionado se refirió a las reformas a la Ley Electoral aprobadas en marzo pasado, señalando que profundiza la concentración de poder en la Presidencia y debilita aún más las garantías de participación democrática, al eliminar los mecanismos de referéndum y plebiscito y autorizar el proselitismo en oficinas públicas, así como limita la constitución e integración de partidos políticos.

“Estas reformas en conjunto con las reformas constitucionales adoptadas en enero de 2025 plantean serias dudas sobre la existencia, funcionamiento independiente de los partidos políticos, además existe la incertidumbre sobre las fechas de las próximas elecciones presidenciales”, apuntó.

También hizo referencia a la nueva ley orgánica del Poder Judicial, en cuanto otorga a la Presidencia de la República la potestad de proponer la presidencia de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y permite restringir la publicidad de los procesos penales a discreción de la autoridad judicial.

“Legislación recientemente promulgada ha debilitado aún más las protecciones de los territorios de los pueblos indígenas y afrodescendientes y de sus formas de gobierno; estas reformas se han adoptado sin las debidas garantías del derecho a la consulta y el consentimiento previo libre e informado. Esto, sumado a continuos ataques contra las comunidades que incluyen asesinatos, violencia sexual y detención arbitraria de lideres, representa una grave amenaza para la sobrevivencia de los pueblos indígenas y afrodescendientes nicaragüenses”, añadió.

En el reporte también se denunció que la cifra de organizaciones no gubernamentales o de sociedad civil que han sido canceladas arbitrariamente ya alcanza las 5,535 y que este año la Oficina ha documentado 29 casos (17 mujeres y 12 hombres) de personas a quienes se le negó la entrada a su propio país por motivos políticos.

Aislamiento de Nicaragua

La representación de Nicaragua se ausentó de  la sesión y, por tanto, no hizo réplica a las denuncias y demandas planteadas. La Oficina del Alto Comisionado, por su parte, señaló que a pesar de la urgente necesidad de atender la crisis de derechos humanos Nicaragua continúa aislándose de la cooperación con organismos internacionales, al notificar su retirada de la UNESCO en mayo y de la ACNUR en junio.

“Hacemos otra vez un llamado a las autoridades nicaragüenses a retomar el diálogo para garantizar la promoción y protección de los derechos humanos en el país incluyendo la conclusión del Examen Periódico Universal”, apuntaron.

Desde Raza e Igualdad, repudiamos la resistencia del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo a rendir cuentas ante el Consejo de Derechos Humanos y advertimos que tanto los órganos del sistema universal de protección de los derechos humanos como las organizaciones de sociedad civil debemos continuar demandando que el Estado se haga responsable y que las víctimas reciban justicia, reparación y garantías de no repetición que merecen.  Dar la espalda a las obligaciones internacionales y a los órganos de protección, no les proporcionará la impunidad que buscan.

Compartimos la preocupación de la Oficina del Alto Comisionado por la persistencia y agravamiento de la persecución por motivos políticos y otras formas de represión en contra de personas percibidas como opositoras, por lo que llamamos a la comunidad internacional a mantener la vigilancia sobre la situación de derechos humanos en el país y más allá de sus fronteras en cuanto a personas exiliadas.

Demandamos que el régimen informe sobre el paradero de todas las personas desaparecidas, así como la inmediata liberación de todas las personas en prisión por motivos políticos.

 

La Comunidad Internacional debe actuar para proteger a las personas opositoras nicaragüenses exiliadas en Costa Rica

Ginebra, 23 de Junio. El Colectivo 46/2 denuncia ante la comunidad internacional el asesinato del Mayor en retiro del Ejército de Nicaragua, Roberto Samcam Ruíz, sucedido el 19 de junio en su casa de habitación en San José, Costa Rica.

Samcam Ruíz era una voz contundente de denuncia contra la dictadura Ortega-Murillo, denunció al ejército de Nicaragua y lo señaló como partícipe de la represión y las ejecuciones extrajudiciales cometidas desde 2018. Había también denunciado una red de espionaje contra opositores refugiados en Costa Rica.

El mayor en retiro fue uno de los 94 nicaragüenses desnacionalizados en febrero de 2023 por la dictadura y desde el 11 de julio de 2018 se encontraba refugiado en Costa Rica debido a la persecución y criminalización de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Obtuvo la nacionalidad española el 26 de julio de 2023.

El asesinato del ex militar en retiro no es el primer atentado contra opositores en suelo costarricense.  En 2023, el opositor Joao Maldonado y su esposa fueron atacados a balazos con la clara intención de matarlos. Maldonado ya había sufrido otro atentado en 2021, también en San José, Costa Rica. En 2022 fue encontrado muerto en Honduras el opositor nicaragüense Rodolfo Rojas, quien, según familiares, habría sido llevado a ese país con engaños desde Costa Rica, donde se había exiliado. A la lista se suma el asesinato del también refugiado Jaime Luis Ortega, en 2024, ocurrido en Upala, cantón fronterizo con Nicaragua. A raíz de estos hechos, Roberto Samcam había hablado con la prensa señalando la implicación directa del régimen Ortega Murillo e indicando que sabía que su vida estaba en riesgo.

Si bien las investigaciones por el asesinato de Samcam se encuentran en curso, las circunstancias del hecho y el perfil de la víctima despiertan fundadas sospechas sobre la posibilidad de que se trate de un crimen de carácter político, con posibles vínculos transnacionales. Este asesinato ocurre en un contexto en el que distintas organizaciones de derechos humanos hemos venido documentando un patrón sostenido de vigilancia, amenazas, hostigamiento y actos de intimidación dirigidos contra personas nicaragüenses exiliadas en la región, especialmente en Costa Rica.

Consideramos que este crimen debe analizarse e investigarse como parte de una estrategia más amplia de represión transnacional impulsada por el régimen nicaragüense para perseguir y silenciar a la disidencia fuera de sus fronteras, en abierta violación de los derechos humanos de las personas refugiadas y exiliada. Esta represión transnacional ha sido documentada por el Grupo de Expertos en derechos humanos sobre Nicaragua (GHREN), quienes han señalado que «Las acciones represivas del Gobierno trascienden las fronteras del país y afectan a personas opositoras o percibidas como tales en el exterior. El Gobierno también ha continuado atacando a familiares de opositores dentro de Nicaragua, incluyendo niños, por simple asociación, como una forma de castigar a los opositores y/o disuadirlos de hablar dondequiera que se encuentren».

Ante la gravedad de este crimen y el patrón sostenido de represión transnacional contra personas nicaragüenses exiliadas, hacemos un llamado urgente a la comunidad internacional para que exija al Estado de Nicaragua el cese inmediato de toda forma de persecución, vigilancia y violencia contra la disidencia en el exilio. Solicitamos, además, que la comunidad internacional refuerce el apoyo político, técnico y financiero a los mecanismos de protección para personas defensoras de derechos humanos en el exilio. Asimismo, instamos a establecer canales de comunicación bilaterales o multilaterales con los países de acogida de personas nicaragüenses, con el fin de valorar la situación de seguridad y articular respuestas preventivas frente a posibles actos de persecución transnacional. Finalmente, pedimos a los organismos internacionales de derechos humanos que den seguimiento urgente a estos casos como parte de un patrón sistemático de represión transfronteriza, y que se garantice justicia y verdad para las víctimas.

Información adicional

El Colectivo 46/2 es una coalición conformada por 19 organizaciones de derechos humanos internacionales, regionales y nicaragüenses que informa periódicamente a la comunidad internacional sobre la falta de acciones del régimen de Nicaragua para atender sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. A continuación, se listan las organizaciones integrantes del Colectivo que han decidido hacer pública su adhesión a este pronunciamiento:

Colectivo Nicaragua Nunca Más

Centro por el Derecho y la Justicia Internacional – CEJIL

Federación Internacional por los Derechos Humanos – FIDH

International Institute on Race, Equality and Human Rights

International Service for Human Rights – ISHR

Movimiento Autónomo de Mujeres – MAM

Organización Mundial Contra la Tortura – OMCT

Peace Brigades International – PBI

Red Internacional de Derechos Humanos Europa – RIDHE

Unidad de Defensa Jurídica, Registro y Memoria – UDJUDR

Urnas Abiertas

Asesinato de Roberto Samcam: Un crimen abominable que enciende las alarmas sobre la infiltración de la inteligencia militar nicaragüense en Costa Rica

Washington, D.C., 20 de junio de 2025.– El Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) condena enérgicamente el asesinato del Mayor en retiro del Ejército de Nicaragua, Roberto Samcam, ocurrido en horas de la mañana del jueves 19 de junio en San José, Costa Rica. Este crimen pone de manifiesto que el riesgo para la integridad y la vida de las personas opositoras o percibidas como tales por los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo trasciende más allá de las fronteras, por lo que este abominable hecho, sumado a otros atentados que se han registrado, debe encender las alertas de las instituciones costarricenses para garantizar justicia.

Las organizaciones de sociedad civil en el exilio, el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua y otros mecanismos de protección de los derechos humanos han advertido sobre la represión transnacional, al señalar la existencia de la persecución y represalias aplicadas fuera de territorio nicaragüense y que a la fecha se ha manifestado en atentados y asesinatos como el que hoy condenamos, así como a través de la negativa de emitir pasaportes o el ingreso a Nicaragua, dejando a centenares de nicaragüenses en situación de apatridia de facto.

En Raza e Igualdad nos preocupa profundamente la presencia de infiltrados de la inteligencia militar nicaragüense en Costa Rica y su vinculación con los asesinatos y atentados en contra de la oposición presente en el país, a donde se vio obligada a exiliarse para poner a salvo su vida e integridad personal.

“Lo que hoy enfrentamos no es solo un crimen atroz, sino una muestra del alcance que puede tener un régimen cuando se permite que la impunidad cruce fronteras. Como organización internacional de derechos humanos, nos preocupa profundamente el debilitamiento de los espacios seguros para el exilio nicaragüense. Defender la vida y la libertad de quienes huyen de la persecución debe ser una prioridad para la comunidad internacional”, señala Carlos Quesada, Director Ejecutivo de Raza e Igualdad.

Esperamos que las autoridades costarricenses investiguen exhaustivamente el asesinato del Mayor en retiro Roberto Samcam – quien fue un reconocido crítico del régimen dictatorial encabezado por Ortega y Murillo– y determinen a los autores materiales e intelectuales de este crimen.

Denunciamos que, de esta forma, la dictadura nicaragüense intenta silenciar a la oposición, incluso más allá de sus fronteras.  El discurso crítico está protegido por los instrumentos internacionales de derechos humanos y merece toda la protección necesaria. El crimen contra Roberto Samcam, defensor de la democracia y los derechos humanos, no debe quedar en la impunidad.

Finalmente, instamos a las autoridades costarricenses a garantizar la seguridad de las y los opositores nicaragüenses que residen en el país, así como un entorno adecuado para que puedan expresarse sin temor a represalias.

Raza e Igualdad condena redada policial en contra de personas opositoras en Nicaragua

Washington, D.C., 19 de mayo de 2025.– El Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) denuncia y condena las recientes detenciones de personas opositoras en Nicaragua, que incluye a dos exalcaldes de municipios en el Norte del país y a integrantes del partido político Ciudadanos por la Libertad (CxL), el cual fue cancelado de forma arbitraria en agosto de 2021.

Desde el exilio, la dirigente de dicha organización política, Kitty Monterrey, confirmó a medios nacionales la detención de los ciudadanos Óscar Gadea y Noel Moreno, exalcaldes de los municipios Santa María de Pantasma y San Sebastián de Yalí, en el departamento de Jinotega, respectivamente. Asimismo, indicó que fueron detenidas alrededor de 20 personas integrantes de CxL en esas localidades, entre ellas exconcejales.

La redada de detenciones ocurrió entre el 17 y el 18 de mayo, de acuerdo con la información divulgada por los medios, y hasta la publicación de este artículo, las autoridades no las habían confirmado.

“Estas nuevas detenciones confirman la consolidación de un modelo represivo en contra de voces críticas por parte del régimen Ortega-Murillo. Es muy preocupante porque recordemos que la mayoría de las personas privadas de libertad por motivos políticos en Nicaragua se mantienen en condición de desaparición forzada, es decir que no son acusadas formalmente y se desconoce información sobre su paradero y condición”, declaró el Director Ejecutivo de Raza e Igualdad, Carlos Quesada.

Según los reportes de los medios, entre las personas detenidas se encuentran ciudadanos cercanos al general de brigada en retiro Álvaro Baltodano, quien fue detenido el miércoles 14 de mayo, mientras se encontraba en una finca de su propiedad en el municipio de El Tuma-La Dalia, en el departamento de Matagalpa.

De acuerdo con las fuentes, fueron detenidos Ronald Paul Leiva Silva, exoficial del Ejército, y Denis Chavarría; ambos cercanos al general Baltodano. También fueron detenidos otros ciudadanos que trabajan como escoltas del general en retiro.

Desde Raza e Igualdad rechazamos que el régimen Ortega-Murillo continúe valiéndose de  la privación arbitraria de la libertad como medida de represión en contra de personas opositoras o percibidas como tales. Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que dé seguimiento a esta situación y emprenda acciones para lograr la inmediata libertad de todas las personas detenidas por motivos políticos en Nicaragua.

Estado de Nicaragua en desacato continuo a las resoluciones de la Corte IDH, alertan ante el Consejo Permanente de la OEA

En el marco de la última resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), en el asunto Juan Sebastián Chamorro y otros, la presidenta de la Corte IDH informó sobre el desacato permanente por parte del Estado de Nicaragua a 19 resoluciones emitidas desde 2021, lo que mantiene en total indefensión a los beneficiarios de estas, todos ellos presos o ex-presos políticos

San José, 23 de abril de 2025 -. La jueza Nancy Hernández López, presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, presentó ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) la situación de desacato permanente y desprotección de las personas beneficiarias de medidas provisionales en Nicaragua.

En su presentación, la presidenta informó sobre el desacato permanente a las resoluciones emitidas por la Corte IDH respecto a las medidas adoptadas, que buscan proteger la vida e integridad personal de más de un centenar  de beneficiarios de dichas medidas cuyos derechos se encuentran en grave riesgo. Recordó que, desde junio de 2021 hasta marzo de 2025, la Corte IDH ha emitido 19 resoluciones de medidas provisionales, las cuales ordenan al Estado de Nicaragua adoptar medidas para proteger a las personas beneficiarias, pero  el Estado nunca remitió información sobre su cumplimiento. Más bien las ignora.

La presidenta de la Corte IDH recordó que, al  27 de marzo de 2025, 15 personas continúan privadas arbitrariamente de su libertad en condiciones extremas. Enumeró violaciones de derechos generalizadas y sistemáticas perpetradas por el régimen, en particular contra las personas beneficiarias de medidas. En el asunto Chamorro, de las 107 personas excarceladas y expulsadas, muchas carecen de documentos de identidad, han sido despojados de su nacionalidad, han visto anulados títulos de estudios, confiscadas propiedades, eliminados registros de nacimiento, entre otras violaciones. Asimismo, se encuentran en situación de apatridia y extrema vulnerabilidad, situación que ha sido denominada “muerte civil”  y como actos “deshumanizantes” por la Corte IDH en su resolución y el Grupo de Expertos en derechos Humanos de Nicaragua.

La Presidenta hizo un llamado firme a los Estados Miembros para que contribuyan a mitigar las consecuencias humanitarias y jurídicas que enfrentan dichas personas, al mismo tiempo que sigan monitoreando su situación e impulsen otras acciones oportunas.

Llamados contundentes de los Estados

A esta intervención siguieron pronunciamientos de diversos Estados miembros, incluyendo Canadá, Costa Rica, Paraguay, Chile, Brasil, Uruguay y Estados Unidos, quienes se pronunciaron con preocupación sobre esta situación.

Estados Unidos condenó enérgicamente los abusos sistemáticos a los derechos humanos perpetrados por el gobierno nicaragüense e hizo un llamado a que las autoridades permitan un retorno seguro y libre de represalias a las personas desterradas. Costa Rica, por su parte, hizo un llamado urgente a la conciencia colectiva del sistema interamericano.

La situación de desprotección de las víctimas fue el centro de varias intervenciones. El representante de Chile subrayó la obligación colectiva de los Estados miembros de brindar, al menos, una protección mínima, mantenerse vigilantes y asumir un rol activo en la reversión de la situación en Nicaragua. En la misma línea, Paraguay destacó esta responsabilidad común y urgió adoptar medidas concretas con voluntad política. Costa Rica recordó que la fortaleza de la Corte reside no sólo en sus decisiones, sino también en el compromiso político de los Estados para hacerlas cumplir. Canadá instó a una respuesta firme, coordinada y unificada.

Paraguay y Costa Rica coincidieron en que el desacato de Nicaragua debilita gravemente al Sistema Interamericano, al amenazar su legitimidad y eficacia. Costa Rica reiteró que las decisiones de la Corte IDH, incluidas las medidas provisionales, son vinculantes y deben cumplirse para resguardar su autoridad e independencia. Finalmente, los Estados participantes llamaron al Estado de Nicaragua a respetar los derechos humanos y el Estado de derecho.

Las personas beneficiarias demandan medidas concretas

En un esfuerzo colectivo, un grupo de personas beneficiarias de las medidas dirigieron una carta a los Estados miembros de la OEA a través de la cual  expresaron su profunda preocupación por las consecuencias persistentes del destierro forzado y la desnacionalización arbitraria impuesta por el régimen nicaragüense. Denunciaron que estas acciones los han dejado en situación de apatridia, que los despoja de identidad legal, bienes y vínculos familiares, lo que constituye una forma extrema de exclusión conocida como «muerte civil». Enfatizaron, que, aunque ya no están en prisión, siguen enfrentando graves violaciones a sus derechos humanos y llamaron a los Estados miembros a adoptar medidas concretas para apoyar la transición democrática, la liberación de personas presas políticas y el retorno seguro de quienes han sido desterrados.

“La decisión de la Corte Interamericana no solo mandata el respeto a nuestra vidas e integridad personal, sino que también visibiliza las consecuencias persistentes del destierro, la desnacionalización arbitraria, la confiscación de nuestros bienes, la eliminación de nuestros nombres de los registros públicos y la continua persecución hacia nuestros núcleos familiares, condenándonos a la muerte civil sin precedentes en la región,  destacaron en la carta las personas beneficiarias de las medidas.

Un paso adelante para la garantía colectiva

La carta enviada es un llamado a la concientización de la necesidad de continuar visibilizando la situación persistente en Nicaragua, especialmente de las personas desterradas y desnacionalizadas.

La intervención de la Presidenta de la Corte IDH sobre la grave situación en Nicaragua constituye un paso adelante hacia una sensibilización colectiva, abriendo la puerta a llamados más contundentes hacia el Estado de Nicaragua, y a adoptar acciones decididas y coordinadas entre los países miembros de la OEA.

Invitamos a conocer el testimonio directo de las personas beneficiarias leyendo la carta que enviaron al Consejo Permanente de la OEA, disponible aquí.

Nicaragua: A siete años de las protestas de abril, las víctimas de la represión siguen reclamando justicia

Washington, DC, 17 de abril de 2025.- Este abril se conmemora el séptimo aniversario de las protestas que desencadenaron una violenta represión por parte del régimen presidido por Daniel Ortega y Rosario Murillo, la cual  dejó 355 víctimas letales, más de 2000 personas heridas, más de 2000 personas detenidas y a más de 440,000 personas en el exilio, según registro de la CIDH y su Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI). Las víctimas no sólo no han encontrado la justicia que merecen, sino que han sido perseguidas por un Estado que siguió tomando represalias en su contra.

Raza e Igualdad expresa su solidaridad con todas las víctimas de la represión y su compromiso de  seguir acompañándoles hasta que se haga justicia.

Al cumplirse siete años del inicio de las protestas de abril, en Nicaragua, conforme el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, 52 personas siguen detenidas arbitrariamente por motivos políticos, 11 de ellas en situación de desaparición forzada, entre éstas 5 mujeres. Mas de 450 personas han despojadas de su nacionalidad. El periodismo independiente no puede ejercer en el país y la defensa de los derechos humanos  y la libertad de asociación ha sido impactada por el cierre de más de 5,400 organizaciones de sociedad civil y la confiscación de sus bienes.

Adicionalmente, una profunda reforma constitucional que entró en vigencia en febrero de este año terminó de configurar a un régimen dictatorial  co-gobernado por Ortega y Murillo. A consecuencia de esa reforma a la Constitución más de 80,000 civiles han sido armados y dotados de pasamontañas para aterrorizar a la población y terminar de someterla a la voluntad de permanencia en el poder de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Estos siete años, Raza e Igualdad ha acompañado a las víctimas de la represión en su búsqueda de justicia, así como para garantizarles la protección que confieren las medidas cautelares y provisionales  frente a los graves riesgos que enfrentan y en conjunto con otras organizaciones de sociedad civil, hemos desarrollado amplias acciones de incidencia y litigio con el propósito de contribuir a que dicha crisis sea superada.

Raza e Igualdad ha acompañado también a organizaciones de sociedad civil tanto locales como las que siguen atendiendo la crisis nicaragüense desde el exilio, para que la labor de documentación que realizan sirva de insumo para elaborar informes ante los órganos de tratados que revisaron el cumplimiento por parte de Nicaragua de sus obligaciones internacionales en los años 2022 y 2023 y en las evaluaciones realizadas bajo el Examen Periódico Universal (EPU) en los años 2019 y 2024. Raza e Igualdad también ha llevado a cabo reiteradas acciones de incidencia ante el Parlamento Europeo con el propósito de que el régimen sea condenado y persuadido para obligarle a cumplir sus obligaciones internacionales de derechos humanos.

A siete años del inicio de las protestas cívicas de abril, con profunda preocupación vemos el rumbo al que un régimen despiadado y cruel conduce al pueblo nicaragüense mediante el ejercicio de un poder desbordado, que continúa violando de forma masiva y sistemática los derechos humanos. El régimen ha decidido aislarse,  abandonar la Organización de Estados Americanos y retirarse de toda actividad relacionada con el Consejo de Derechos Humanos para no ser declarado responsable de los graves crímenes de lesa humanidad y violaciones de derechos humanos documentadas por el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN), por la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos y por los órganos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Estos siete años, las recomendaciones de los órganos de tratados, del Examen Periódico Universal y las órdenes emanadas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos han sido absolutamente desatendidas y el Estado se ha ausentado de esos foros esgrimiendo cuestionamientos infundados mediante los cuales busca evadir sus responsabilidades internacionales.

Sin embargo, Nicaragua continúa obligada por los instrumentos de derechos humanos universales y por la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

La comunidad internacional, las organizaciones de sociedad civil y los órganos de protección de los derechos humanos, debemos seguir poniendo todo nuestro empeño para que en Nicaragua se restablezca pronto la democracia y se garantice el respeto por los derechos humanos.

¡Sigamos trabajando codo a codo para que así sea!

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