Consejo de Gobierno de la Unión Interparlamentaria pide enviar una delegación que investigue desaparición forzada de Brooklyn Rivera en Nicaragua

Consejo de Gobierno de la Unión Interparlamentaria pide enviar una delegación que investigue desaparición forzada de Brooklyn Rivera en Nicaragua

Ginebra, 23 de octubre 2024.- En la 149ª Asamblea de la Unión Interparlamentaria (UIP), los delegados y delegadas escucharon el impactante testimonio de Tininiska Rivera Castellón, hija del líder indígena miskitu y diputado del partido indígena YATAMA, Brooklyn Rivera Bryan, desaparecido forzosamente desde septiembre de 2023. El Consejo de Gobierno de la UIP decidió solicitar al Comité de Derechos Humanos de los Parlamentarios enviar una delegación a Nicaragua para reunirse con autoridades de los poderes del Estado, otras instituciones u organizaciones que puedan ofrecer información sobre el caso de Rivera y su diputada suplente Nancy Henríquez.

Brooklyn Rivera Bryan fue arrestado arbitrariamente en su hogar en Bilwi, y desde entonces, su paradero sigue siendo desconocido. Su hija Tininiska, durante su intervención, destacó el legado de su padre como líder de la comunidad miskitu y defensor incansable de los territorios indígenas. Asimismo, denunció la persecución que ha sufrido su familia, y pidió a los parlamentarios de todo el mundo que “tomen acción concreta en el caso de mi padre para que las autoridades del gobierno de Nicaragua den prueba de vida de mi padre e información sobre su paradero, su estado de salud; y se unan a las voces que ya exigen su liberación inmediata”.  

Nancy Elizabeth Henríquez James, también líder indígena miskitu, asumió el cargo parlamentario de Brooklyn Rivera como su suplente en abril de 2023. El 1 de octubre de 2023, fue arrestada por oficiales de la policía encubiertos, y su paradero permaneció desconocido durante aproximadamente dos meses. El día 13 de diciembre de 2023, fue condenada a ocho años de prisión en un juicio llevado a cabo dentro de la prisión de mujeres «La Esperanza», donde se le negó el derecho a una representación legal.

Hasta la fecha, el diputado Brooklyn Rivera Bryan y Nancy Henríquez James no han sido objeto de ningún procedimiento legal para el cese de su mandato en el Parlamento nicaragüense; sin embargo, ambos han sido eliminados de la lista de miembros de la Asamblea Nacional.

UIP no ha recibido información de la Asamblea nicaragüense

Según el documento Decisiones del Comité de Derechos Humanos de los Parlamentarios, la UIP ha solicitado formalmente información y comentarios oficiales a la Asamblea Nacional sobre ambos casos en abril y septiembre de este año; sin embargo, hasta la fecha, el Parlamento nicaragüense no ha presentado ninguna información. Al respecto, la UIP alentó a la Asamblea Nacional de Nicaragua a entablar “un diálogo constructivo y continuo con el Comité a fin de garantizar una solución satisfactoria y rápida”.

La UIP expresó su profunda preocupación porque la desaparición de Brooklyn Rivera está presuntamente relacionada con sus actividades parlamentarias como diputado de la oposición y dirigente indígena, y con su participación en la 22ª sesión del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, celebrada en Nueva York en abril de 2023. La UIP enfatizó en la responsabilidad de las autoridades nicaragüenses de investigar exhaustivamente su desaparición y de garantizar el derecho de su familia a ser informada sobre su situación.

En el caso de Nancy Henríquez, la Comisión manifestó preocupación por las graves violaciones al derecho de un juicio justo, así como por el deterioro de su salud. La UIP exigió que se le proporcione tratamiento médico adecuado de manera urgente.

“Los ataques y represalias contra parlamentarios por su labor violan sus derechos fundamentales y socavan el papel del parlamento como institución”, cita el documento de Decisiones del Comité.

Misión de la UIP a Nicaragua

El Consejo de Gobierno de la UIP solicitó al Comité de Derechos Humanos de los Parlamentarios que envíe una delegación a Nicaragua lo antes posible para que se reúna con todas las autoridades que ejercen poderes legislativos, ejecutivos o judiciales, así como con las autoridades penitenciarias competentes y cualquier otra institución, organización de la sociedad civil o individuo que esté en condiciones de proporcionar información pertinente en el presente caso. Asimismo, encargó a la delegación que visite a Nancy Henríquez en prisión.

El Consejo expresó que “espera sinceramente que las autoridades nacionales competentes cooperen plenamente y que la misión contribuya a encontrar rápidamente soluciones satisfactorias a este caso de conformidad con las normas nacionales e internacionales de derechos humanos aplicables”. 

Finalmente, la UIP hizo un llamado a todos los parlamentos nacionales, observadores permanentes de la UIP, organizaciones de derechos humanos y la comunidad internacional a tomar medidas concretas para ayudar a resolver estos casos y otros similares en Nicaragua.

Pronunciamiento

Desde el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos, respaldamos el compromiso de la Unión Interparlamentaria con la defensa de los derechos humanos de los parlamentarios y la promoción de la justicia en Nicaragua. Las crecientes denuncias de represión política y persecución contra líderes indígenas y opositores políticos en Nicaragua son alarmantes. Exhortamos a la comunidad internacional a continuar ejerciendo presión para exigir verdad, justicia, reparación y no repetición, así como la liberación inmediata de Brooklyn Rivera y Nancy Elizabeth Henríquez.

Raza e Igualdad participa en conversatorio «Lecciones aprendidas del proyecto Bio-CLIMA tras su suspensión en Nicaragua», de Fundación del Río y Fundación Heinrich Böll

San José, Costa RicaAntecedentes del proyecto Bio-CLIMA. El 7 de marzo de 2024, el Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés) decidió rescindir el Acuerdo de Actividad Financiada del proyecto Bio-CLIMA: Acción climática integrada para reducir la deforestación y fortalecer la resiliencia en las Biosferas de Bosawas y río San Juan. Esta medida fue tomada tras un exhaustivo proceso de evaluación que identificó incumplimientos de las salvaguardas ambientales, sociales y de derechos de los pueblos indígenas establecidas por el GCF, lo que derivó en violaciones a los acuerdos legales correspondientes.

Con un financiamiento total de 116.6 millones de dólares, el proyecto Bio-CLIMA, propuesto por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Gobierno de Nicaragua, buscaba combatir la deforestación y mitigar los impactos del cambio climático en dos de las principales reservas ecológicas del país. Sin embargo, la investigación realizada por el Mecanismo Independiente de Reparación (IRM) del GCF, reveló que el proyecto podría haber exacerbado los conflictos por la tierra en la costa Caribe nicaragüense, donde las comunidades indígenas ya sufren violencia y desplazamiento a manos de colonos no indígenas. 

La suspensión del proyecto, se convierte en un primer antecedente de cancelación por incumplimiento de políticas, y se considera una victoria para los derechos humanos. Adicionalmente, el caso Bio-CLIMA pone en relieve la importancia de reforzar los mecanismos de monitoreo y participación comunitaria en la formulación y ejecución de proyectos financiados por el GCF, y expone las limitaciones que enfrentan las entidades acreditadas para asegurar la debida diligencia. Así este no deja de ser un caso complejo que continúa generando un debate sobre las medidas necesarias para asegurar la correcta implementación de proyectos de financiamiento climático en la región.

En un conversatorio organizado por Fundación del Río y Fundación Heinrich Böll celebrado hoy, expertos y actores claves del ámbito ambiental y de desarrollo discutieron las lecciones aprendidas de este proceso y propusieron recomendaciones para mejorar la supervisión y debida diligencia de futuros proyectos climáticos en Centroamérica, a fin de asegurar que los futuros proyectos sean implementados de manera eficaz y responsable, protegiendo tanto a las comunidades locales como al medio ambiente.

El evento contó con la participación de Marcelo Azambuja, oficial del programa legal para Latinoamérica del Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad); Ingrid Hausinger de Kafie, coordinadora del componente de Ecología de la Fundación Heinrich Böll en El Salvador; Amaru Ruiz, presidente de Fundación del Río; Camila Bertelega, del Programa de Clima de la Asociación Interamericana para la defensa del medio ambiente (AIDA); Eduardo Trejos, exdirector de país por Costa Rica ante el Banco Centroamericana de Integración Económica (BCIE) y la investigadora Adriana Vásquez Rodríguez, de la Ruta del Clima. 

Durante el conversatorio se abordó el tema de las salvaguardas ambientales y sociales, destacando la importancia de cumplir con los estándares de protección ambiental y social en los proyectos de financiamiento climáticos, un elemento que fue determinante al momento de rescindir el acuerdo de financiamiento del caso de Bio-CLIMA en Nicaragua. 

Los panelistas, también expresaron la necesidad de contar con mecanismos de control más efectivos. Esto implica que existan en estos procesos, transparencia y rendición de cuentas exhaustiva  a lo largo de todo el ciclo del proyecto, situación que no ocurrió en el caso de Bio-CLIMA. Asimismo, ven la necesidad de involucrar la participación activa comunitaria, en particular de los pueblos Indígenas y Afrodescendientes con el fin de asegurar el respeto y los derechos territoriales y culturales. 

También, los panelistas hicieron un llamado a los organismos financieros internacionales para que fortalezcan sus procesos de monitoreo y cumplimiento, garantizando que los proyectos no solo se enfoquen en la mitigación del cambio climático, sino también en la protección de los derechos humanos y las salvaguardas ambientales.

Ingrid Hausinger de Kafie, coordinadora del componente de Ecología de la Fundación  Heinrich Böll en El Salvador, quién estuvo a cargo de la moderación del panel, expresó que desde su coordinación es “un honor acompañar este evento, dado que, consideramos que el caso Bio-CLIMA es un caso que marca un precedente internacional y que es un caso que ha resultado exitoso desde el lado de la defensa de los derechos humanos y del avance de la justicia climática”.

Hausinger agregó, que “la cancelación del proyecto Bio-CLIMA, tiene el potencial de impactar actualmente  más de 10 mil millones de dólares que maneja la cartera del CGF y que se ejecutan en más de 190 proyectos a nivel global”. 

La coordinadora del componente de Ecología de la Fundación  Heinrich Böll en El Salvador, comentó que ahora se espera que este ejemplo pueda ser utilizado, tanto en el Fondo Verde del Clima para cuestionar e interpelar sus propios mecanismos de aprobación para exigir a las autoridades acreditadas como en el BCIE, con el fin de que exista un monitoreo correcto y el respeto de la salvaguarda del Fondo Verde del Clima para que el financiamiento climático sea utilizado con el fin que fue concebido. 

Marcelo Azambuja, oficial del programa legal para Latinoamérica de Race and Equality, durante su intervención examinó el impacto del financiamiento internacional en el contexto actual de Nicaragua, destacando que las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs), a pesar de las documentadas violaciones de derechos humanos por parte del régimen de Daniel Ortega, continúan aprobando proyectos millonarios en Nicaragua. 

Agregó que, hasta octubre de 2024, existen 89 proyectos financiados por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que alcanzan un total de 4.500 millones de dólares. De estos proyectos, 51 fueron aprobados después de 2018, un año marcado por la intensificación de la represión y la consolidación del régimen autoritario. 

Ante ello, Azambuja enfatizó los hallazgos del informe: “El apoyo financiero internacional a Nicaragua y la crisis democrática y de derechos humanos”, elaborado y publicado por el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos en junio de 2024. Según el panelista, las IFIs tienen una responsabilidad internacional, no sólo en términos de su mandato económico, sino también en lo que respecta a los derechos humanos, es por ello, que las IFIs deben asegurarse de que sus financiamientos no contribuyan a la violación de derechos humanos, deben coordinar el financiamiento a reformas democráticas y suspender los proyectos que refuercen el régimen autoritario. Además, deben colaborar con organismos internacionales de derechos humanos, por lo que, es necesario de las IFIs fortalezcan sus medidas de transparencia para el acceso público a la información sobre los proyectos de desarrollo ejecutados en territorio nicaragüense y de debida diligencia para identificar, prevenir, mitigar y abordar los impactos negativos que sus financiamientos o proyectos puedan tener sobre los derechos humanos; analicen con prioridad las denuncias sobre los impactos adversos a los derechos humanos asociados a su cadena de valor en el territorio nicaragüense, incluyendo actividades de investigación, juzgamiento o análisis, sanción y medidas de reparación a las víctimas; suspendan y/o cancelen los proyectos de desarrollo en territorio nicaragüense cuando se constate los impactos adversos a los derechos humanos y cooperen para poner fin a la crisis democrática y de derechos humanos en Nicaragua.

Por su parte, Amaru Ruiz, presidente de Fundación del Río analizó las lecciones aprendidas desde los Organismos de Sociedad Civil, destacando  la necesidad de conocer los requisitos y procedimientos necesarios para activar un mecanismo de quejas, esto permitirá que se garantice que el reclamo sea atendido adecuadamente. 

Ruiz agregó que es importante mantener la apertura al diálogo sin perder de vista los motivos que originaron la queja, recopilar las evidencias técnicas en cada etapa del proceso guardando la claridad de las pruebas, así como, mantener una buena organización interna y externa creando alianzas para lograr avances significativos en la defensa de derechos. También remarcó la prioridad de  contar con recursos humanos y financieros suficientes para sostener los esfuerzos de incidencia a largo plazo.

Camila Bertelega, del Programa de Clima de la Asociación Interamericana para la defensa del medio ambiente (AIDA), destacó que durante el proceso de Bio-CLIMA se pudo evidenciar la necesidad de seguir fortaleciendo los mecanismos independientes de reparación. Señaló que, gracias al excelente trabajo de estos mecanismos, se logró impedir la ejecución del proyecto. Además, subrayó la necesidad de continuar abogando por garantizar la participación activa de la sociedad civil en estos espacios. La presencia de AIDA y la Fundación Heinrich Böll como observadores oficiales fue clave para un seguimiento cercano de este proceso.

Al cierre del evento, las organizaciones expresaron su gratitud y reconocimiento hacia la fortaleza, resistencia y valentía de los pueblos Indígenas y Afrodescendientes, cuyo esfuerzo permitió evidenciar el incumplimiento de las salvaguardas del GCF.

 

“Desapariciones forzadas crean clima de terror entre opositores”: Grupo de Trabajo presenta informe sobre efectos de las desapariciones forzadas en contextos electorales en Nicaragua y el mundo

Ginebra, 23 de septiembre de 2024. El Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias presentó su más reciente informe sobre el impacto que estas acciones tienen sobre los procesos electorales en el mundo y, destacó, que la práctica está siendo utilizada por las “elites en el poder”, para mantenerlo y consolidarlo haciendo mención de las desapariciones en Nicaragua desde el año 2018 y, especialmente, durante el año electoral 2021.

Durante la presentación del informe temático: “Desapariciones forzadas y elecciones”, la relatora a cargo d el informe Aua Baldé, quien es también la presidenta y relatora del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas, mencionó que, al menos 60 países en el mundo celebraron elecciones en condiciones de deterioro democrático.

Baldé explicó que las desapariciones forzadas están siendo utilizadas como herramienta por parte de algunos gobiernos para crear “un clima de terror entre los opositores”, de un país y así consolidarse en el poder. 

“Una de las tendencias más prominentes es la de desapariciones forzadas de corta duración, se hace desaparecer al individuo por períodos cortos de tiempo, sin avisarle nada a las familias, (mientras los detenidos) son víctimas de diversas violaciones de derechos humanos”, dijo la presidenta Baldé. 

Desde entonces, miles de personas en el país centroamericano han sido y siguen siendo sometidas a condición de desaparición forzada, como el caso del líder indígena y exdiputado Brooklyn Rivera, quien el próximo 29 de septiembre cumplirá un año de haber sido secuestrado por la policía del régimen sin que se aclare cuál es su paradero o condición de salud. 

A finales de mayo de 2021, en año electoral, el régimen Ortega-Murillo inició una cacería en contra de precandidatos presidenciales, periodistas, defensores de derechos humanos y cualquier persona percibida como opositora, para mantenerse el poder. 

Juan Sebastián Chamorro fue uno de los detenidos, estuvo desaparecido por casi 3 meses y, tras ser condenado, fue preso político por dos años. Durante su intervención en la presentación del informe, Chamorro resaltó: “Es extremadamente importante concienciar de que la desaparición significa la privación de libertad por parte de agentes del Estado que se niegan a revelar el paradero de los detenidos, así como su suerte”. 

Chamorro mencionó que las personas que son víctimas de desapariciones forzadas, también pasan por un proceso previo de acoso policial y violencia política que pueden ser identificados como patrones que sirvan para prevenir futuras desapariciones forzadas en contextos electorales. 

“La violencia electoral y la desaparición forzada son cada vez más comunes para desalentar la participación política. Y lo que es más importante, es un ataque directo a la única forma de supervivencia de la democracia: el respeto del voto popular y el derecho político a elegir y ser elegido”, agregó Chamorro.

El informe resalta que la práctica de desapariciones forzadas no discrimina edad, género, profesión; afectando a todo tipo de personas, periodistas, miembros de sociedad civil y sus familias. 

Raza e Igualdad exige al régimen Ortega-Murillo informar sobre el paradero de las personas actualmente en situación de desaparición forzada. La comunidad internacional debe demandar que los responsables sean sancionados por tales crímenes.

El informe Desapariciones forzadas y las elecciones, está disponible en el siguiente vínculo. 

«Nicaragua pone a prueba los límites del Sistema de Naciones Unidas», dicen personas expertas en evento paralelo al 57º período de sesiones del Consejo ONU

Ginebra 13 de septiembre de 2024.-Nicaragua no solo se está aislando, está poniendo a prueba los límites del Sistema Internacional de Naciones Unidas”, afirmó Jan Michael Simon, presidente del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN), durante un evento paralelo organizado por el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), en el marco del 57º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Simon instó a una incidencia coordinada por parte de la comunidad internacional, especialmente ante las Instituciones Financieras Internacionales.

** El evento, titulado «Solidaridad Internacional con Nicaragua: retrocesos, avances y retos futuros», fue co-patrocinado por las organizaciones de derechos humanos CCPR, ISHR, MAM, INANA, y las embajadas de Chile, Perú, Paraguay, Ecuador, Canadá, Argentina y Costa Rica en Ginebra. En el diálogo participaron defensoras de derechos humanos nicaragüenses, representantes del GHREN, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), y personas delegadas de embajadas aliadas del pueblo nicaragüense.

En sus palabras de bienvenida, la Embajadora de la Misión Permanente de Chile ante las Naciones Unidas en Ginebra, Claudia Fuentes-Julio recordó que las bases del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y del Sistema de Naciones Unidas en general, se sostienen sobre la voluntad de cooperar y trabajar en conjunto y por tanto, el aislamiento de Nicaragua es una amenaza. “Cuando tenemos un Estado como Nicaragua, que corta relaciones políticas con el mundo exterior y cuyo régimen se mantiene en el poder en consecuencia de sus relaciones económicas, es que hay cuestionar las verdaderas prioridades del Sistema que estamos construyendo”, alertó.

Por su parte, Jan-Michael Simon, Presidente del GHREN, señaló que el único espacio en el que Nicaragua no se está aislando es en los órganos multilaterales en materia de financiamiento internacional, conocidas como Instituciones Financieras Internacionales (IFIs), particularmente el Fondo Monetario Internacional (FMI). Por ello, el experto hace énfasis en que se debe hacer incidencia en estos órganos.

“Quisiéramos que los países representados y los respectivos directorios de esas IFIs, ya sea en el Fondo (Monetario Internacional), el Grupo de Acción Financiera Internacional, y/o los países que tienen relaciones bilaterales con Nicaragua tomen en serio sus compromisos con los tratados de libre comercio”, finalizó el experto.

Pueblos indígenas y afrodescendientes son un “target” del régimen 

Para Ariela Peralta, experta del GHREN, la persecución política está centrada en acallar cualquier voz  autónoma de disidencia que pueda convocar.  Según la experta, los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe de Nicaragua son un “target” de la persecución política del régimen “por su capacidad de convocar y manifestar expresiones contrarias…se demuestra en una lectura tanto de los hallazgos como de los contextos históricos”.

Peralta lamentó que entre el grupo de 135 personas nicaragüenses que fueron excarceladas y desterradas hacia Guatemala, no se encontraban los liderazgos indígenas Brooklyn Rivera y Nancy Elizabeth Henríquez. Rivera se encuentra en situación de desaparición forzada desde septiembre de 2023.

Anexa Alfred Cunningham, experta nicaragüense del Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y fundadora de la Plataforma de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes INANA, denunció que la violencia contra los pueblos indígenas y afrodescendientes es sistemática. Según los registros de INANA, las masacres han sido una constante entre 2020 y 2023. En este período, se perpetraron tres masacres en las comunidades indígenas mayangnas, ubicadas en la Reserva Biósfera de Bosawás, que dejaron al menos 20 indígenas muertos, incluidas mujeres y niñas que fueron víctimas de violencia sexual y torturas.

Alfred también lamentó el reciente cierre de la Iglesia Morava, que brindaba asistencia «ante la ausencia del Estado en temas de salud y educación”. 

EPU es una oportunidad crucial

“El ejercicio de los derechos fundamentales es delictivo (en Nicaragua). Desde hace muchos años, términos como incidencia política o participación ciudadana son perseguibles. Demandar derechos se llama “terrorismo”. Exigir que los funcionarios y las autoridades se sometan a la ley, se llama “menoscabo a la integridad nacional”. Demandar democracia es ser “golpista””, denunció Azahalia Solís, defensora nicaragüense e integrante del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) que fue despojada arbitrariamente de su nacionalidad en el año 2023.

Por su parte, Fiorella Melzi, Coordinadora del MESENI, alertó que “la represión ha continuado con expresiones aún más severas al espacio cívico y democrático. Todo ello con el fin de eliminar a la sociedad civil organizada y afianzar un régimen de concentración de poder en el Ejecutivo -orquestado desde hace años- basado en un estado policial”. El Estado de Nicaragua continúa cometiendo graves y sistemáticas violaciones en contra de la población, principalmente por motivos de persecución política, “o por simplemente ser personas consideradas no afines a los intereses del gobierno”.

Andrés Sánchez, Representante Adjunto y Funcionario encargado de la Oficina Regional del ACNUDH para América Central y la República Dominicana, coincidió en que “ el panorama es extremadamente alarmante… Este desmantelamiento del tejido social deja a miles de personas sin acceso a servicios esenciales lo cual exacerba la crisis social y económica del país”.

“En ese contexto quiero subrayar la importancia del próximo Examen Periódico Universal. Este EPU es una oportunidad crucial para que los Estados presenten sus recomendaciones al Gobierno nicaragüense, instándole a cesar estas violaciones y apoyándose en las recomendaciones del Alto Comisionado, que pueden servir de una base o guía sólida”, finalizó.

 

Pronunciamiento

El Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) denuncia que el régimen de Nicaragua sigue utilizando las detenciones arbitrarias como un mecanismo para silenciar voces disidentes. Carlos Quesada, Director de Raza e Igualdad, señaló que el régimen continúa recurriendo a esta práctica, “manteniendo a centenares de personas en prisión, para luego excarcelarlas y desterrarlas». Recordamos que en febrero de 2023, 222 personas nicaragüenses fueron excarceladas y desterradas hacia Estados Unidos, y ahora el régimen ha repetido esta acción con 135 personas más, enviándolas a Guatemala. Estos destierros destruyen los proyectos de vida de las personas afectadas, dejándolas en una situación de indefensión.

Asimismo, Raza e Igualdad exhorta con urgencia a actuar para implementar la recomendación del GHREN sobre la importancia de realizar acciones de incidencia ante las Instituciones Financieras Internacionales. Estas Instituciones deben reconocer que en Nicaragua se cometen crímenes de lesa humanidad, y en  consecuencia implementar políticas de debida diligencia en derechos humanos para identificar, prevenir, abordar y remediar los impactos negativos asociados a sus actividades en el país.

Raza e Igualdad y #NicasLibresYa condenan la desnacionalización de las 135 personas desterradas hacia Guatemala 

Washington D.C., 10 de septiembre de 2024.- Desde Raza e Igualdad y la campaña #NicasLibresYa, expresamos nuestra más enérgica condena a la decisión arbitraria tomada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo de arrebatarle la nacionalidad nicaragüense a 135 personas que el pasado 5 de septiembre fueron desterradas hacia Guatemala tras sufrir cárcel por motivos políticos.

No es la primera vez que el régimen en Nicaragua deja en situación de vulnerabilidad y condena a la apatridia a personas que, por años, sufrieron de persecución política, torturas y ahora el destierro. Tras la excarcelación de 222 personas, presas por motivos políticos, el 9 de febrero de 2023, el régimen las despojó de su nacionalidad y, posteriormente, a otras 94 personas exiliadas les aplicó el mismo patrón que incluyó la confiscación de sus bienes.

En total, son ya 452 personas que nacieron en Nicaragua y han vivido todas sus vidas como nicaragüenses gozando de la protección que les reconocían las convenciones internacionales de derechos humanos y las leyes nacionales reformadas espuriamente por Ortega, Murillo y sus cómplices. Todas ellas han visto su nacionalidad revocada sin posibilidad de defenderse en los tribunales por una decisión del régimen, motivada por el odio hacia quienes piensan diferente y por la persecución política desatada en contra de un pueblo que reclama democracia y respeto a sus derechos humanos.

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha advertido que las personas que quedan en la apatridia pueden “tener dificultades para ejercer sus derechos fundamentales como la educación, la salud, el empleo y la libertad de movimiento”.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha afirmado que la privación arbitraria de la nacionalidad se encuentra prohibida por el derecho internacional de los derechos humanos y por la Convención para Reducir los Casos de Apatridia, de la cual Nicaragua es Estado parte, especialmente cuando se trata de una pena o sanción impuesta por motivos políticos.

Por su parte, el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (GHREN), en su actualización oral ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas del día de hoy, denunció que en Nicaragua se continúan cometiendo crímenes de lesa humanidad, particularmente persecución por motivos políticos.

“Hechos que comportan graves violaciones y abusos de derechos humanos, y que incluyen la privación de la nacionalidad por motivos políticos; hechos que se han quedado impunes y sin reparación alguna” expresó Jan Michael Simon, presidente del GHREN, alegando que tienen motivos razonables para creer que Ortega y Murillo son los principales responsables.

Christina Fetterhoff, Directora de programas de Raza e Igualdad, expresó que “el hecho de que estas 135 personas nicaragüenses hayan salido de la cárcel y ahora estén en un lugar seguro, sin malos tratos y torturas, nos trae alivio y esperanza; sin embargo la lucha no termina aquí ya que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo supera a las peores del mundo. Si no se les detiene ahora continuarán apresando, desterrando y despojando de su nacionalidad nicaragüense a más personas. ¡La solidaridad internacional debe ir un paso adelante!”.

Para Carlos Quesada, Director de Raza e Igualdad, “la comunidad internacional no solo tiene el deber moral de condenar con firmeza estos hechos, sino también de promover la aplicación adecuada de la jurisdicción universal y extraterritorial. Asimismo, deben garantizar la protección internacional a todos los nicaragüenses que huyen de la persecución, facilitando su proceso de inserción para retomar sus proyectos de vida y defendiendo estrictamente el principio de no devolución, para que ninguna víctima sea obligada a regresar a un país donde su vida, libertad o derechos estén en peligro. ¡Es urgente redoblar los esfuerzos para poner fin a esta crisis!

Adicionalmente, reiteramos nuestro llamado para que las instituciones financieras internacionales tengan muy en cuenta las prácticas aberrantes a las que recurre el régimen hacia las voces disidentes y en tal sentido les exhortamos una vez más a que procedan a la inmediata y urgente revisión de sus proyectos de desarrollo e inversión, y ante las constatadas violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad se proceda a la suspensión condicionada y/o cancelación de los mismos en territorio nicaragüense.

Nuestro compromiso es y seguirá siendo, el de acompañar a las víctimas de la represión durante este proceso y exigir justicia ante las instancias internacionales por los crímenes que están cometiendo Daniel Ortega y  Rosario Murillo y todos sus cómplices.

¡Sanciones para los responsables de las detenciones arbitrarias y el despojo de la nacionalidad nicaragüense!

Raza e Igualdad y #NicasLibresYa celebran la excarcelación de 135 personas presas políticas y exigen al régimen Ortega-Murillo cesar las detenciones arbitrarias y la prisión por motivos políticos

Washington D.C., 5 de septiembre de 2024.- Raza e Igualdad y las organizaciones que conforman la campaña #NicasLibresYa, celebramos la reciente liberación de 135 personas que se encontraban privadas de libertad por motivos políticos en Nicaragua en condiciones inhumanas. 

La mañana de este jueves 5 de septiembre, estas 135 personas fueron liberadas y posteriormente desterradas hacia Guatemala tras las gestiones del gobierno de ese país y de los Estados Unidos. Allí se les brindará asistencia humanitaria y podrán reiniciar sus vidas. 

Entre estas 135 personas, están las 13 detenidas de la organización Puerta de la Montaña, así como laicos católicos, estudiantes, defensores de derechos humanos, periodistas y otros, “que Daniel Ortega y Rosario Murillo consideran una amenaza para su régimen autoritario”, según el comunicado publicado por la Casa Blanca. 

Nos alegra saber que no continuarán sufriendo de torturas, podrán recibir atención a sus problemas de salud y podrán tener acceso a una alimentación adecuada, condiciones que no tuvieron en el tiempo que estuvieron encarceladas injustamente. 

Sin embargo, nos preocupa que las detenciones arbitrarias y la prisión por motivos políticos sigan siendo parte del patrón represivo que el régimen ha impuesto a los nicaragüenses desde antes de la crisis política de 2018. 

Tras la Operación Guardabarranco que se ejecutó para la liberación de 222 personas presas políticas en febrero de 2023, las detenciones arbitrarias continuaron y el régimen pasó de tener 35 personas en las cárceles a 151, última cifra que registró el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas hasta julio de 2024. 

Desde Raza e Igualdad y la campaña #NicasLibresya, exigimos que este patrón acabe y que, pensar diferente, no constituya un motivo para que los y las nicaragüenses sean encarcelados, torturados, aislados y luego desterrados a otros países.  Exhortamos al régimen en los meses siguientes a cesar las detenciones arbitrarias por motivos políticos.

Aunque salir de la cárcel y de Nicaragua permite a estas personas rehacer sus vidas en otro país, ello suele conllevar afectaciones psicológicas por el destierro, padecimientos de salud como consecuencia de la falta de atención médica durante el encarcelamiento y, en ocasiones, la separación forzada de sus familiares, ya que el régimen no les permite salir de Nicaragua. 

El régimen también tiene que garantizar la no persecución de estas personas más allá de las fronteras nicaragüenses, y la comunidad internacional debe velar para que las recientes reformas al Código Penal nicaragüense no extiendan las garras de la represión a otros países donde se encuentran personas exiliadas o desterradas. 

Las confiscaciones de propiedades, cancelaciones de personerías jurídicas de organizaciones no gubernamentales y cámaras empresariales, así como violaciones sistemáticas de los derechos humanos en contra de la población nicaragüense continúan, y la comunidad internacional debe hacer responsables a Ortega y Murillo, así como a sus funcionarios por todos los crímenes que han cometido.

Es hora de que el régimen Ortega-Murillo vea que la solidaridad mundial con las y los nicaragüenses es más grande que sus ansias de poder y así lo demuestran las acciones de los gobiernos de Estados Unidos y de Guatemala en el traslado y atención de estas 135 personas excarceladas.

Agradecemos que, por segunda ocasión, el gobierno del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris dispongan de la diplomacia para lograr la liberación de las personas privadas de libertad por motivos políticos y que, en Guatemala, el presidente Bernardo Arévalo, aceptara recibirlas y brindarles, en conjunto, la asistencia humanitaria tan necesaria.

Como indica el comunicado de la Casa Blanca, estas personas también podrán optar a reubicarse en Estados Unidos u otro país, a través del programa de Movilidad Segura implementado por la administración Biden-Harris. 

No olvidamos que en las cárceles de Nicaragua todavía quedan una veintena de personas que están detenidas por pensar diferente y desde Raza e Igualdad y #NicasLibresYa, les aseguramos que continuaremos trabajando para exigir su liberación. 

¡Todos y todas son inocentes!

¡Nicaragua merece vivir en democracia!

Crisis multifacética de Nicaragua requiere un ‎cambio urgente de rumbo por parte del gobierno, dice Alto Comisionado ONU

Ginebra, 4 de septiembre de 2024. “La crisis multifacética que ha afectado a Nicaragua desde 2018 requiere un cambio urgente de rumbo por parte del Gobierno” recomendó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, en su informe anual (2023-2024) publicado este martes 3 de septiembre. 

En su informe, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) documentó que el gobierno de Nicaragua ha intensificado el control sobre todas las instituciones estatales, así como la persecución a cualquier persona u organización que actúe de forma independiente o exprese opiniones disidentes, incluyendo defensores de derechos humanos, medios independientes y organizaciones no gubernamentales.

Funcionarios bajo la lupa del régimen

La OACNUDH subrayó la grave situación del sistema de justicia en Nicaragua, que se encuentra bajo el control del Poder Ejecutivo, y ha permitido la persecución de personas opositoras reales o percibidas como tales. Según testimonios de funcionarios del sistema de justicia ante la OACNUDH, existe un clima de miedo, intimidación y acoso. 

En noviembre de 2023, cientos de funcionarios fueron despedidos, presuntamente debido a sus lealtades políticas conflictivas con diferentes facciones del Gobierno. En un caso documentado por la OACNUDH, un funcionario de alto rango fue sometido a arresto domiciliario arbitrario y un juez tuvo que huir del país para evitar una detención por motivos políticos.

Violaciones y abusos sexuales a mujeres y hombres presos políticos

Según datos de la OACNUDH, hasta mayo pasado,131 personas se encontraban bajo detención arbitraria, lo que supone un marcado aumento en comparación con las 54 personas de junio de 2023. Cabe destacar que en junio y julio de 2024 se produjeron otras diez detenciones arbitrarias. 

La OACNUDH alarmó sobre cinco casos detenidos que fueron sometidos a tortura o malos tratos, entre ellos palizas brutales, aislamiento durante períodos prolongados y tortura postural y por estrés. Asimismo, en la segunda mitad de 2023, la Oficina documentó siete casos de detenidos que denunciaron haber sido sometidos a violación, abuso sexual y descargas eléctricas. Entre los casos más alarmantes, tres detenidos denunciaron estrangulamiento de testículos.

Por otro lado, la OACNUDH señaló que las condiciones de detención de las mujeres se caracterizan por el uso de la violencia sexual y la violencia de género, incluidas las amenazas de muerte o de quitarles a sus hijos, la privación de medicamentos y productos de higiene necesarios, el trabajo forzoso, la desnudez forzada, las amenazas de violación, el abuso sexual y la violación. Además, en 2023 se documentó que bebés de dos y tres meses fueron separados de sus madres tras arrestos arbitrarios, interrumpiendo la lactancia materna. 

Desapariciones forzadas como instrumento de control

La OACNUDH ha documentado el uso de desapariciones forzadas como herramienta de control. Entre los casos documentados se encuentra el de un comerciante de 70 años que fue detenido el 10 de octubre de 2023 por criticar al Gobierno en conversaciones informales en su tienda en Terrabona, Matagalpa. Tras más de un mes sin conocerse su paradero, lo que constituye una desaparición forzada, fue condenado a siete años de prisión por tráfico de armas en un juicio que no garantizó su derecho a un debido proceso.

Otro caso alarmante es el de un académico de 65 años, desaparecido el 20 de noviembre de 2023, presuntamente en represalia por una publicación crítica en redes sociales. Hasta la fecha, su paradero sigue siendo desconocido. 

Las desapariciones forzadas representan una violación grave del derecho internacional y dejan a las familias de las víctimas en un estado de angustia e incertidumbre. 

Expulsiones y desnacionalizaciones

En 2023, el gobierno de Nicaragua despojó arbitrariamente a 317 personas (60 mujeres y 257 hombres) de su nacionalidad, convirtiéndoles en apátridas, en clara violación del derecho internacional de los derechos humanos. Esta acción ha tenido consecuencias devastadoras, dejándolos sin acceso a derechos fundamentales y servicios esenciales.

Adicionalmente, se documentaron 62 casos en los que a nacionales nicaragüenses (33 mujeres y 29 hombres) se les negó la entrada a su propio país. Esta negativa se realizó sin previo aviso, provocando una serie de consecuencias graves, como la separación forzada de familias. «Estas expulsiones y desnacionalizaciones han obligado a las víctimas a reconstruir sus vidas lejos de sus familias, enfrentando una situación de inseguridad jurídica y personal», cita el informe.

Pueblos Indígenas y Afrodescendientes

La OACNUDH ha registrado múltiples violaciones en territorios de pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe de Nicaragua. En julio de 2023, dos guardabosques indígenas del territorio Mayangna Sauni As fueron asesinados por colonos, y otro indígena de la misma región murió a causa de heridas recibidas en un ataque. Las autoridades no han tomado medidas adecuadas para investigar estos incidentes ni para prevenir futuros abusos.

Además, el 31 de octubre de 2023 y el 22 de abril de 2024, se otorgaron concesiones mineras en territorios indígenas sin realizar las consultas necesarias. El Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indígenas, Francisco Cali Tzay,  expresó preocupación por la falta de información y presión durante las consultas del proyecto Bio-CLIMA realizadas por el Gobierno entre el 18 de agosto al 7 de septiembre de 2023.

El 7 de marzo de 2024, el Fondo Verde para el Clima anunció que había rescindido el proyecto debido al incumplimiento de sus políticas y procedimientos sobre salvaguardias ambientales y sociales.

Elecciones 2026, “una nueva oportunidad para Nicaragua”

Entre sus recomendaciones, el Alto Comisionado instó a: liberar a todas las personas detenidas arbitrariamente en el contexto de la crisis política; adoptar medidas para prevenir la tortura y los malos tratos en las prisiones; modificar la legislación penal para alinearla con los estándares internacionales de derechos humanos; garantizar juicios justos y el debido proceso; y restaurar los espacios cívicos y democráticos. 

Además, solicitó al gobierno garantizar la imparcialidad en las próximas elecciones en 2026, que “tienen el potencial de ofrecer una nueva oportunidad para Nicaragua… si se celebran en un entorno seguro y propicio para los derechos humanos, en el que se pueda ejercer de manera significativa el derecho a la participación política y las y los nicaragüenses sean libres de decidir el futuro de su país”

Finalmente, Turk instó a la comunidad internacional a fortalecer la rendición de cuentas por los presuntos crímenes internacionales cometidos desde 2018 en Nicaragua, así como promover la aplicación adecuada de las jurisdicciones universal y extraterritorial; y a “garantizar que toda la asistencia internacional y las inversiones que se brinden a Nicaragua, incluso a través de instituciones financieras y empresas internacionales, adopten un enfoque basado en los derechos humanos”.

Pronunciamiento

Desde el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), subrayamos la importancia del trabajo realizado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH). A pesar de la negativa del gobierno nicaragüense a cooperar y proporcionar información, la Oficina sigue cumpliendo un papel esencial en el monitoreo de la crisis en Nicaragua, protegiendo la confidencialidad de las fuentes en situación de riesgo y emitiendo recomendaciones cruciales al Estado nicaragüense y a la comunidad internacional para poner fin a esta situación alarmante.

Asimismo, enaltecemos el papel vital que desempeñan las organizaciones de la sociedad civil nicaragüense. A pesar de las condiciones de riesgo extremo en las que operan, estas organizaciones continúan, con valentía y determinación, informando sobre la situación tanto desde dentro como fuera del país, garantizando que el mundo conozca las graves violaciones a los derechos humanos que persisten en Nicaragua. Su labor es indispensable para la defensa de los derechos humanos y la restauración de la democracia en la nación.

En pre-sesión EPU Nicaragua: Exigimos prueba de vida de personas en situación de desaparición forzada

COMUNICADO PRENSA_LEGAL

Solicitamos a la ONU que utilice todos los mecanismos a su disposición para investigar y documentar las violaciones de Derechos Humanos en Nicaragua, y que tome medidas concretas para proteger a las víctimas.

Ginebra, Suiza. 29 de agosto de 2024. La articulación de organizaciones de Nicaragua, en el marco de la Presesión del Examen Periódico Universal (EPU) —mecanismo de las Naciones Unidas para mejorar la situación de Derechos Humanos en 193 países—, presentó a los Estados información actualizada sobre las graves y sistemáticas violaciones a la libertad de asociación, libertad de información, libertad de expresión, libertad religiosa, así como las violaciones a los derechos políticos y los derechos de personas presas políticas, mujeres, estudiantado, pueblos indígenas y afrodescendientes.

El Examen Periódico Universal (EPU) es una oportunidad para que los Estados miembros de Naciones Unidas puedan pronunciarse ante las graves violaciones de Derechos Humanos que persisten en Nicaragua, un Estado que se mantiene en absoluto incumplimiento de las recomendaciones de este mecanismo. Además, los Estados podrán realizar recomendaciones sobre el agravamiento de violaciones a Derechos Humanos o nuevas formas de represión como: la desnacionalización, el destierro, las agresiones contra la libertad de religión, y otros crímenes de lesa humanidad que se continúan perpetrando.

En Nicaragua, existen más de 151 personas presas políticas, de las cuales 11 fueron capturadas en el contexto de abril de 2018. Todas estas personas sufren condiciones injustas en las prisiones: torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes.

Otra evidencia reciente de la crisis de Derechos Humanos es la arbitraria y masiva cancelación de la personalidad jurídica de 1650 organizaciones sin fines de lucro, para un total de 5479 organizaciones perseguidas desde 2018. Esto incluye la cancelación de la personalidad jurídica, disoluciones voluntarias o cambios de régimen jurídico de cientos de grupos religiosos, organizaciones de mujeres, de la diversidad sexual, gremios empresariales, asociaciones comunitarias, universidades, entre otras. Además, el gobierno de Nicaragua ha confiscado sus bienes y ordenado traspasarlos al Estado, consolidando así su control autoritario sobre la Sociedad Civil nicaragüense y la inseguridad jurídica.

Alertamos sobre la grave situación de los pueblos originarios y afrodescendientes, a quienes no se les garantiza de forma efectiva el derecho a la autodeterminación, el respeto a las formas tradicionales de elecciones de autoridades y sus derechos territoriales. Al no cumplir con el saneamiento, última etapa de la demarcación y titulación de los territorios, esto propicia la violencia de los colonos hacia las comunidades. Por ello, hacemos un llamado al Estado para implementar lo dispuesto en el Convenio 169, adoptando el derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado de los pueblos originarios en políticas públicas y en proyectos que puedan afectarles. Asimismo, se exige la liberación de los liderazgos indígenas y la presentación de todas las personas en situación de desaparición forzada.

Todo lo anterior ha motivado el desplazamiento forzado, interno o externo, lo cual aumenta la vulnerabilidad de la población, desprotegida ante la violencia y omisión de protección del Estado.

Ante el incumplimiento del Estado de Nicaragua de sus obligaciones internacionales, solicitamos a los Estados en el marco del 4to. Ciclo del EPU de Nicaragua: Promover recomendaciones progresivas que aborden de forma integral la grave situación de Derechos Humanos, considerando a su vez, los informes presentados por sociedad civil que dan cuenta de dicha situación.

En América Latina y el Caribe, las desapariciones forzadas entorpecen la democracia

Washington D.C., 30 de agosto de 2024 – En Venezuela, luego de que se cumpliera un mes de las cuestionadas elecciones presidenciales en este país, más de dos mil personas han sido víctimas de desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias, de acuerdo con las organizaciones Provea y Foro Penal.  En México, “son alrededor de 110 mil las personas que a la fecha se encuentran desaparecidas”, según el Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU (CED, por sus siglas en inglés). Mientras, en Cuba se registran casos de activistas “víctimas de desapariciones forzadas que no se prolongan en el tiempo”, de acuerdo con el Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias

La situación en estos tres países evidencia parte de las graves violaciones a los derechos humanos en América Latina y el Caribe, según el miembro del Comité contra la Desaparición Forzada, el abogado ecuatoriano Juan Pablo Albán, con quien dialogamos a propósito de la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, este viernes 30 de agosto. 

Las desapariciones forzadas ocurren “siempre que se arreste, detenga o traslade contra su voluntad a las personas, o que estas resulten privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre del Gobierno o con su apoyo directo o indirecto, y que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas, o a reconocer que están privadas de la libertad”, de acuerdo con Naciones Unidas

Esto es, precisamente, lo que ocurre de manera constante en América Latina y el Caribe, donde, según Albán, se registra el número más elevado de desapariciones forzadas en el mundo, siendo México el país en el que más se han documentado este tipo de violaciones a los derechos humanos. 

“Las tendencias más notables que se registran en la región y en el mundo, tienen que ver con las desapariciones cometidas por actores no estatales, las desapariciones en el entorno migratorio, las desapariciones en contextos de represión de la protesta o bajo el argumento de la lucha contra el terrorismo, o contra la delincuencia organizada; y las desapariciones de personas que son etiquetadas como potenciales miembros de pandillas, de bandas de delincuencia organizada o grupos terroristas”, afirma el integrante del Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas. 

Albán asegura que cuando en un país se registran casos de desaparición forzada, se pierde la calidad de la democracia porque no hay debate social. “Los Estados pierden mucho cuando no responden, no afrontan este fenómeno y peor todavía, cuando practican la desaparición forzada como una política estatal”, agrega.

Colombia

El fenómeno de las desapariciones forzadas en Colombia ha sido un problema persistente durante más de seis décadas, estrechamente vinculado al conflicto armado que ha asolado el país. Según la Comisión de la Verdad, entre 1985 y 2016 se reportaron aproximadamente 121,768 casos de desapariciones forzadas, aunque se estima que la cifra podría alcanzar las 210,000 víctimas. Esta problemática también ha afectado a la población migrante, especialmente a las y los venezolanos. De acuerdo con la Universidad Católica Andrés Bello, de 2015 a 2020 se reportaron 836 personas venezolanas desaparecidas en Colombia. Sin embargo, la ausencia de datos precisos ha dificultado una evaluación completa de la magnitud de estas violaciones a los derechos humanos.

En el marco del Paro Nacional de 2021, se documentaron 4,846 traslados por protección temporal, una figura legal que ha sido cuestionada por su uso arbitrario y su impacto en los derechos de las y los manifestantes. A pesar de la resolución de la Corte Constitucional de exigir reportes detallados y el derecho a solicitar la cesación del traslado, estas prácticas continúan en la actualidad y siguen siendo problemáticas, con numerosos casos de abuso reportados, incluyendo tortura y violencia sexual.

El manejo de las desapariciones forzadas en Colombia enfrenta varios desafíos críticos, como la falta de activación del Mecanismo de Búsqueda Urgente (MBU) por parte de la Fiscalía; la falta de cumplimiento de recomendaciones internacionales y el uso de eufemismos por parte del Gobierno para minimizar la gravedad del problema. Además, el subregistro de casos y la discrepancia entre las cifras oficiales y las reportadas por organizaciones de la sociedad civil complican la evaluación precisa del fenómeno. Estas cuestiones subrayan la necesidad de una reforma integral en las prácticas policiales, y una mejora en la transparencia y eficacia en la respuesta del Estado ante las desapariciones forzadas.

Cuba

En la Isla, entre enero de 2022 y julio de 2024, se registraron “93 incidentes violatorios de derechos humanos, que incluyeron condiciones de desaparición forzada durante varias horas, días, e incluso por más de una semana”, de acuerdo con la organización Cubalex. El movimiento Damas de Blanco, por su parte, ha denunciado que entre 2013 y junio de 2024, se han documentado 3,904 detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas contra mujeres integrantes de este colectivo. La mayoría han sido víctimas en repetidas ocasiones, y por periodos que van de las 24 a las 72 horas.  

Este tipo de desapariciones forzadas, que no se prolongan en el tiempo como sí ocurre en Colombia, afectan principalmente a activistas, periodistas independientes, artistas y, en general, a todas las personas que discrepan del discurso oficial.

Un informe del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias de julio de 2024, también ha expresado su preocupación por las detenciones y el uso excesivo de la fuerza ejercida por la Policía durante las históricas manifestaciones del 11 de julio de 2021, conocidas como 11J. De acuerdo con este Procedimiento Especial de Naciones Unidas, la mayoría de las personas detenidas en ese contexto no comparecieron ante una autoridad judicial hasta muchos días, semanas o meses después, y antes de eso se desconocía la suerte y el paradero de los detenidos, lo que constituyó un acto de desaparición forzada.

Nicaragua 

En Nicaragua nueve personas se encuentran en situación de desaparición forzada, según la Unidad de Registro (UDR).  Entre estas personas se encuentran el líder indígena Brooklyn Rivera, y la periodista y gestora cultural Fabiola Tercero. 

Brooklyn Rivera, 72 años, es indígena miskitu, diputado regional (2022-2026) y líder máximo del pueblo misquito (Ta Upla), y del partido idígena YATAMA (Yapti Tasba Masraka Nanih Aslatakanka, “Hijos de la madre tierra unidos”). Su familia no tiene conocimiento de su paradero desde el 29 de septiembre de 2023. En enero de este año, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) señaló que Rivera se encuentra en “desaparición forzada” y abogó por su liberación.

Fabiola Tercero es periodista, activista y fundadora de “El rincón de Fabi”, un proyecto que tiene como objetivo promover la lectura entre jóvenes nicaragüenses. Su vivienda fue allanada el pasado 12 de julio y desde entonces se desconoce su paradero, al igual que el de su madre y su hermana. 

En una entrevista con el periódico español El País, la directora de la Unidad de Defensa Jurídica (UDJ), Alexandra Salazar, afirmó que las autoridades se niegan a proporcionar información sobre el paradero de estas personas. “De tal manera que no se tiene certeza de sus condiciones de detención, ni constatación de su estado de salud y vida”, añadió. Además, la UDJ identificó casos en los que las autoridades penitenciarias recomendaron a los familiares buscar a las personas detenidas políticas “en las morgues”, lo cual incrementa la angustia y constituye una forma adicional de tortura.

Por su parte, el Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias, en su informe de julio de 2024, afirmó que las desapariciones forzadas “de corta duración” están siendo utilizadas como “instrumento para reprimir a opositores y críticos del Gobierno” desde el año 2018. Asimismo, el Grupo puso en relieve que el Estado debe proporcionar rápidamente información exacta sobre la detención de las personas privadas de libertad y el lugar o lugares a los miembros de su familia y a cualquier otra persona que tenga interés legítimo (art. 10, párr. 2, de la Declaración), y que el hecho de no hacerlo constituye una desaparición forzada. 

Perú 

En el caso de Perú, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y Sitios de Entierro (Renade) del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, entre los años 1980 y 2000, durante el conflicto armado interno, hubo 21,918 personas desaparecidas, de las cuales aún falta determinar el paradero de 19,200 casos. A la fecha, solo se ha concluido con la búsqueda de 2,718 personas desaparecidas, en las que 39 fueron halladas con vida. Además, se pudo identificar y restituir 682 restos óseos que fueron entregados a las familias. A inicios de julio de 2024, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se pronunció sobre la restitución de restos del caso Putis, alentando al Estado a continuar la búsqueda, identificación, restitución digna y juzgamiento de los responsables.

Lamentablemente, el país ha retrocedido en el acceso de justicia, derecho a la verdad y a la reparación de las víctimas de desapariciones forzadas. Recientemente, el Congreso de la República aprobó la Ley 32107 que prescribe los crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra cometidos antes de 1 de julio de 2002, es decir, antes de la entrada en vigencia del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y de la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad. Con esta ley, nadie podrá ser procesado, condenado o castigado por desapariciones forzadas, genocidio, esclavitud, terrorismo, tortura sistemática y generalizada, y otros crímenes de lesa humanidad. 

“Todo esto para darle impunidad a Fujimori y otras personas involucradas en graves violaciones a los derechos humanos”, enfatiza Albán. De hecho, los actos cometidos por el expresidente Alberto Fujimori dieron paso a la declaratoria de responsabilidad internacional de Perú dentro de  los casos Barrios Altos y La Cantuta, que fueron resueltos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) y en los cuales varias de estas acciones han sido calificadas como crímenes de lesa humanidad.

En junio pasado, a través de un comunicado, la CIDH expresó que la propuesta de ley es contraria al derecho internacional y alertó que «desobedece abiertamente las sentencias de la Corte IDH”. En la misma línea, Volker Turk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dijo en una reciente declaración que estos delitos no deben ser objeto de amnistías ni prescripción. Sin embargo, nada de eso impidió que el Congreso aprobara la norma.

Los casos de desapariciones forzadas que se describen en Colombia, Cuba, Nicaragua y Perú, evidencian las graves violaciones a los derechos humanos que también se registran en toda América Latina y el Caribe, y que, al mismo tiempo, entorpecen la democracia en la región. 

De acuerdo con el miembro del CED, Juan Pablo Albán, es necesario que en cada uno de estos países se promueva una cultura de denuncia, se documenten los casos, se utilicen las vías de protección, y más Estados que conforman la Asamblea General de Naciones Unidas se comprometan a luchar contra este fenómeno, para reducir las cifras de desapariciones forzadas en todo el mundo. 

Desde el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) conmemoramos el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, y enfatizamos que este tipo de violencia afecta a miles de seres humanos incluidos activistas, personas defensoras de derechos humanos, indígenas, artistas de la región, personas opositoras o percibidas como tales, así como a sus familias, entre las que se encuentran niños y niñas que sufren por esta violencia institucional, o por parte de otros actores. Condenamos este fenómeno y hacemos un llamado a las autoridades de América Latina y el Caribe, para que se comprometan a buscar a las personas que aún siguen desaparecidas, y protejan a las voces críticas y disidentes. También instamos a la sociedad civil independiente a que siga denunciando estas violencias ante los mecanismos internacionales de protección de derechos humanos. 



Nicaragua: Pueblos indígenas se encuentran ante un posible “etnocidio”, denuncian ONGs ante la CIDH

Washington D.C., 11 de julio de 2024.- En el 190 período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organizaciones defensoras de derechos de pueblos indígenas denunciaron la violencia contra los pueblos Mayangna y Miskitu de la Costa Caribe Norte de Nicaragua que desde el año 2018, se ha intensificado debido a un proceso de colonización que, sumado a la crisis sociopolítica que enfrenta Nicaragua, ha llevado a las comunidades, según sus propias palabras, al borde de un “etnocidio”

En la audiencia participaron Tininiska Rivera, exiliada e hija de Brooklyn, líder indígena y preso político de la dictadura Ortega-Murillo; Camila Ormar, abogada del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL); Rendel Hebertt López, indígena mayagna Ulwa, en representación del Centro de Asistencia Legal de Pueblos Indígenas (CALPI) y de la Fundación del Río; Tsáitami Ordóñez, abogada del Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), y autoridades de la CIDH. 

Según el testimonio de Tininiska Rivera, el proceso de colonización hacia los pueblos indígenas de la Costa Caribe Norte se sigue agudizando, lo que se ilustra con el despojo de tierras, así como con la imposición por parte del gobierno de autoridades indígenas paralelas. Ello, con el fin de anular la autonomía indígena, facilitar el control de recursos y perpetuar la impunidad estatal. Asimismo, el régimen no ha cumplido con el saneamiento de territorios indígenas ordenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH), lo cual deja a 304 comunidades vulnerables a invasiones.

Inversión extranjera oxigena al régimen

El Estado promueve la inversión extranjera mediante la venta y arriendo ilegal de territorios indígenas, impulsando la ganadería extensiva y actividades extractivas. Esto ha generado una cohabitación forzada entre colonos e indígenas, mientras estos últimos enfrentan amenazas, agresiones y asesinatos. Sumado a esto, los ataques a comunidades indígenas por colonos armados han aumentado exponencialmente, con 643 casos de violaciones de derechos humanos registrados en los primeros seis meses de 2024.

Entre los años 2007 y 2022, el sector minero ha recibido $2.524 millones de inversión extranjera directa, principalmente de capital chino, canadiense y colombiano. “Se instalan en los territorios Miskitu y Mayagna sin realizar consultas. Las concesiones son otorgadas por el Estado con el apoyo de gobiernos regionales, municipales y autoridades impuestas en los Gobiernos Territoriales Indígenas, quienes coaccionan a la población indígena para simular consentimientos”, denunció Rendel Hebertt López.

En este sentido, el Relator de la CIDH para Nicaragua, Arif Bulkan expresó su preocupación por la «respuesta desvergonzada» de países de la región que son considerados «campeones de los derechos humanos», pero continúan colaborando con el Estado nicaragüense en términos de sus empresas mineras, como es el caso de Canadá. Todo esto, pese al conocimiento de los abusos y sufrimientos masivos y generalizados en Nicaragua.  

“Una clara línea de trabajo de esta Comisión debe ser continuar con la incidencia ante la comunidad internacional. Incidir en términos de trabajar para aislar a esta brutal dictadura”, sostuvo Bulka, y agregó “Lo que es importante es que los Estados y la comunidad internacional no continúen realizando negocios con Nicaragua”. 

Por su parte, el Comisionado Carlos Bernal calificó como “paradójico” el hecho de que las violaciones de derechos humanos documentadas contrasten con los informes del «buen clima de inversiones» que promueve el gobierno de Nicaragua; así como con el interés de inversionistas extranjeros -en particular del sector minero- y empresas de países democráticos que quieren explotar recursos naturales de Nicaragua a costa de los derechos humanos de comunidades indígenas, campesinas y personas oprimidas por el régimen y con ayuda de este. 

“Quiero recordar que el respeto a los derechos humanos es un componente de la sostenibilidad corporativa. Esas empresas que están invirtiendo en Nicaragua a este costo de derechos humanos tendrán que ser responsables… por esta explotación y este aprovechamiento con la plataforma del régimen”, enfatizó Bernal.

Impunidad persistente

El recrudecimiento de la violencia contra las comunidades indígenas se manifiesta en la criminalización de líderes y personas defensoras del territorio, especialmente en los territorios Mayangna Sauni As y Wangki Li Aubra, cuyas comunidades son beneficiarias de medidas de protección, explicó Camila Ormar, abogada de CEJIL.

Líderes, defensores y defensoras indígenas enfrentan criminalización y persecución. El Estado les estigmatiza como delincuentes para facilitar la usurpación de tierras. En los primeros seis meses de 2024, se registraron 37 casos de guardabosques criminalizados, con juicios injustos y tratos inhumanos en prisión. Entre estos se encuentran 4 guardabosques Mayangna condenados ilegalmente a cadena perpetua y los liderazgos indígenas Nancy Henríquez y  Brooklyn Rivera, de quien, a la fecha, no se conoce el paradero.

Asimismo, las mujeres y niñas indígenas son víctimas de violencia sexual, psicológica y física. Entre 2018 y 2023, se documentaron 35 casos de violaciones sexuales, y en 2024 se registraron 58 casos de violencia contra mujeres en 15 comunidades. Los colonos secuestran a mujeres y niñas, sometiéndolas a violencia y utilizándolas para reclamar tierras.

Por su parte, Tsáitami Ordóñez, abogada de Raza e Igualdad, expuso que también hay corrupción en los puestos de salud y centros de educación. “Se brinda atención preferencial a quienes tienen carnet del partido oficialista o a colonos… y la desconfianza en las autoridades de salud, los altos niveles de corrupción y el temor a represalias impiden que las comunidades presenten denuncias directamente”, alegó. 

Frente a este contexto, las organizaciones de sociedad civil plantearon una serie de solicitudes a la Comisión. Entre ellas, solicitaron que la CIDH exija al Estado nicaragüense:

  1. El cumplimiento íntegro de las medidas de protección a favor de 15 comunidades indígenas Miskitu y Mayangna, así como la liberación inmediata de las personas privadas de libertad por motivos políticos.
  2. Garantizar el acceso a la justicia a las comunidades indígenas, con especial atención a los casos de agresiones provocados para el despojo de su territorio, cesando también todo tipo de criminalización.
  3. Garantizar los derechos de los Pueblos Indígenas a la Propiedad Comunal y a la Libre Determinación, velando particularmente por el saneamiento de sus territorios.

Finalmente, llamaron a los organismos financieros y mecanismos de cooperación internacional a reforzar las políticas de condicionamiento al otorgar cualquier tipo de financiamiento o crédito al Estado de Nicaragua, a las empresas, al cumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos humanos, especialmente vinculadas a pueblos indígenas, asegurando el consentimiento previo, libre e informado por parte de las comunidades.

Únete a nuestros esfuerzos

Apoya el fortalecimiento de individuos y comunidades para lograr cambios estructurales en América Latina.