La Declaración Universal de los Derechos Humanos: Un instrumento vivo que guía la defensa y protección de los derechos humanos en las Américas

Washington DC, 10 de diciembre de 2023.– ¿Qué son los derechos humanos? ¿Cómo gozar de los derechos humanos de forma plena? ¿Quién tiene la obligación de garantizar el respeto y […]

Washington DC, 10 de diciembre de 2023.– ¿Qué son los derechos humanos? ¿Cómo gozar de los derechos humanos de forma plena? ¿Quién tiene la obligación de garantizar el respeto y cumplimiento de los derechos humanos? Las respuestas a estas preguntas son tan obvias como complejas. Y es que, a pesar de que los derechos humanos son inherentes a todas las personas, el disfrute de estos está determinado por una diversidad de factores que cada día, en cada rincón del mundo, acercan o alejan a las personas del objetivo de vivir en libertad, justicia y paz.

Al conmemorar 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), quiere reivindicar la relevancia de la DUDH para el trabajo de defensa y protección de los derechos humanos que día a día realizan organizaciones de la sociedad civil y activistas en las Américas. Aunque en la región persisten y se agudizan escenarios de violaciones de derechos humanos, creemos que la Declaración es la herramienta que empuja y fortalece la lucha por los derechos humanos.

“En estos 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es importante mirar atrás y reconocer todo lo que se ha logrado a partir de su adopción. Gracias a la Declaración, el mundo, y la región latinoamericana en particular, cuenta hoy en día con un sólido engranaje para la protección de los derechos de todas las personas. Desde la sociedad civil sabemos que hay mucho trabajo por hacer para alcanzar una plena garantía, sobre todo a nivel de las obligaciones de los Estados, pero vemos a la Declaración como un instrumento vivo que guía nuestra labor”, afirma Carlos Quesada, Director Ejecutivo de Raza e Igualdad.

Un poco de historia

Tras las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial y la creación de las Naciones Unidas, la comunidad internacional se propuso crear una hoja de ruta para garantizar los derechos de todas las personas en cualquier lugar y en todo momento. Fue así como, el 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de la ONU adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Pero ¿Cómo llegaron hasta ahí? La Asamblea General de la ONU examinó un primer documento en el primer periodo de sesiones de 1946, y posteriormente lo transmitió al Consejo Económico y Social para que lo sometiera al análisis de la Comisión de Derechos Humanos, encargándole a esta la tarea de redactar lo que en un primer momento llamaron “carta internacional de derechos humanos”.

En su primer periodo de sesiones, llevada a cabo a principios de 1947, la Comisión de Derechos Humanos orientó a sus integrantes formular un anteproyecto de dicha carta, labor que después fue asumida por un Comité de Redacción conformado por representantes de ocho países, que fueron elegidos teniendo en cuenta la distribución geográfica. Eleanor Roosevelt, la viuda del Presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, presidió el Comité de Redacción de la DUDH.

El primer proyecto de la Declaración se propuso en septiembre de 1948 y más de 50 Estados Miembros participaron en la redacción final. En su resolución 217 A (III) del 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General, reunida en París, aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Ocho naciones se abstuvieron de votar, pero ninguna votó en contra.

¿Sabías que…?

Las delegadas de varios países desempeñaron un papel clave para que los derechos de la mujer se incluyan en la Declaración. Hansa Mehta, de India, es ampliamente reconocida por cambiar la frase “Todos los hombres nacen libres e iguales” por “Todos los seres humanos nacen libres e iguales” en el Artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Conoce más.

75 años después

Ese documento que se formuló bajo el ideal común de que todas las personas vivan en libertad, justicia y paz, ha allanado el camino para la adopción de más de setenta tratados de derechos humanos, que se aplican hoy en día de manera permanente a nivel mundial y regional. Raza e Igualdad, en su trabajo de defender y proteger los derechos de poblaciones afrodescendientes e indígenas, personas LGBTI+ y otros colectivos vulnerables, reconoce y reivindica el derecho internacional de los derechos humanos.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos es una base permanente en nuestra labor de documentación, fortalecimiento de capacidades, incidencia y litigio estratégico. Por mencionar un ejemplo, la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (CERD, por sus siglas en inglés) ha sido una herramienta clave para fortalecer a organizaciones aliadas en sus procesos de incidencia ante los Estados y los Sistemas Interamericano y Universal de Derechos Humanos, en materia de derechos de las personas afrodescendientes.

En tanto, la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) ha sido pieza fundamental en procesos de documentación e incidencia de la mano de organizaciones aliadas en la defensa y protección de mujeres afrodescendientes, indígenas y LGBT+. En 2022, Raza e Igualdad apoyó y acompañó a un colectivo de organizaciones feministas peruanas en su participación en la revisión del Comité CEDAW al Perú, logrando que incluyera por primera vez recomendaciones al Estado basadas en las demandas de mujeres lesbianas.

En estos 75 años de la DUDH, Raza e Igualdad quiere recordar que la aplicación de los derechos humanos debe regirse por los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. Creemos que es imperativo el reconocimiento y respeto de: a) que todas las personas son titulares de todos los derechos humanos, b) que los derechos humanos se encuentra ligados entre y, por tanto, el reconocimiento y ejercicio de uno de ellos implica el respeto y protección de muchos otros; c) que los derechos humanos deben ser reconocidos, protegidos y garantizados en su totalidad, que no pueden ser fragmentados, y d) que es obligación de los Estados asegurar el progreso en el desarrollo constructivo de los derechos humanos, siendo completamente prohibido cualquier tipo de retroceso.

Además, como una forma de homenajear estos 75 años de la vigencia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, elaboramos una ilustración que reconoce la diversidad de personas en las Américas—y, por tanto, la diversidad de circunstancias que les atraviesan—y pone en el centro de forma simbólica la Declaración que, en los días de su redacción, Eleanor Roosevelt lo visionó como un documento de apoyo, guía e inspiración, señalando: “este es el primer paso de un proceso evolutivo”.

Asimismo, recordamos y ponemos nuevamente como punto de reflexión un extracto del discurso “¿Dónde comienzan los derechos humanos?” que Eleanor Roosevelt dio en 1958 en ocasión del décimo aniversario de la DUDH:

“¿Dónde, después de todo, comienzan los Derechos Humanos? En lugares pequeños, cercanos a casa. Tan cercanos y tan pequeños que no pueden localizarse en ningún mapamundi: el entorno de cada persona, el barrio en el que vive, la escuela o universidad a la que asiste; la granja, la fábrica o la oficina en la que trabaja. Esos son los lugares en los que todo hombre, mujer y niño busca justicia igualitaria, igualdad de oportunidades, igualdad de dignidad, sin discriminaciones. Si estos derechos no significan nada allí, no significan nada en ningún sitio. Sin una acción ciudadana concertada para hacer valer estos derechos cerca de casa, en vano buscamos el progreso a mayor escala“.

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