Rechazamos atentado contra los defensores venezolanos Yendri Velásquez y Luis Peche, muestra de represión transnacional
Este hecho de violencia refleja la creciente vulnerabilidad que enfrentan las personas defensoras en la región. Raza e Igualdad insta a los Estados y organismos internacionales a adoptar medidas urgentes de protección.

Bogotá, 14 de octubre de 2025 – Este lunes 13 de octubre de 2025, los activistas venezolanos Yendri Velásquez y Luis Alejandro Peche fueron víctimas de un atentado a tiros en el norte de Bogotá. Ambos resultaron heridos en las piernas y se recuperan fuera de peligro. Según información oficial, tres hombres armados los interceptaron y dispararon en repetidas ocasiones antes de huir del lugar. El Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) expresa su enérgico rechazo ante este ataque, que representa un nuevo caso de represión transnacional, una forma de persecución política que busca silenciar a quienes defienden derechos humanos incluso más allá de sus fronteras.
“Nos alarma el crecimiento de la represión transnacional en América Latina: una práctica que pretende castigar el activismo y callar las voces críticas, aun en el exilio. Este atentado contra Yendri y Luis vulnera no solo sus vidas, sino también el derecho colectivo a defender los derechos humanos”, señaló Carlos Quesada, director ejecutivo de Raza e Igualdad.
Yendri Omar Velásquez Rodríguez es un reconocido defensor LGBTIQ+ venezolano y fundador del Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+. En 2024 recibió el Premio de Derechos Humanos y Estado de Derecho otorgado por las embajadas de Francia y Alemania, pero ese mismo año fue víctima de persecución estatal que lo obligó a exiliarse.
Luis Alejandro Peche Arteaga, de 34 años, es internacionalista y consultor político. Fue asesor en la Asamblea Nacional de Venezuela entre 2017 y 2018, durante la presidencia parlamentaria de la oposición, y colaboró con organizaciones de participación ciudadana como Voto Joven. En 2025 abandonó Caracas tras recibir amenazas.
Este atentado se inscribe en un patrón de violencia transnacional cada vez más visible en la región. En junio de 2025, Raza e Igualdad condenó el asesinato del Mayor en retiro del Ejército de Nicaragua, Roberto Samcam, ocurrido en San José, Costa Rica, un hecho que evidenció que la persecución contra voces críticas y opositoras trasciende las fronteras nacionales.
Llamado urgente al Estado colombiano
En este contexto, Raza e Igualdad hace un llamado urgente y respetuoso al Estado colombiano para que adopte medidas inmediatas y efectivas de protección, a través de la Unidad Nacional de Protección (UNP), con el fin de salvaguardar la vida, la integridad y la seguridad de Yendri Velásquez, Luis Peche y sus familias. Asimismo, insta a la Fiscalía General de la Nación a adelantar una investigación pronta, exhaustiva y con la debida celeridad que permita identificar a los responsables materiales e intelectuales del ataque, y garantizar que no haya impunidad.
De igual forma, exhorta a las autoridades a coordinar acciones con organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), con el propósito de fortalecer la respuesta institucional y brindar acompañamiento especializado.
Raza e Igualdad también llama al Estado a reforzar las políticas nacionales de protección para personas defensoras, periodistas y líderes sociales, incorporando un enfoque interseccional, diferencial y de género que reconozca las múltiples vulnerabilidades que enfrentan los defensores migrantes y LGBTIQ+.
Finalmente, exhortamos a la comunidad internacional, a las organizaciones sociales y a la sociedad civil a no guardar silencio frente a estos hechos. Condenamos enérgicamente las expresiones de represión transnacional en América Latina y el Caribe, y reafirmamos nuestro compromiso de acompañamiento y solidaridad con las víctimas de estos actos de violencia.
Proteger la vida de quienes defienden derechos humanos es un compromiso colectivo y una obligación ética universal. Defender derechos no puede seguir siendo un riesgo que se pague con la vida. Colombia y toda la región deben ser territorios de refugio y esperanza, no espacios donde se prolonguen el miedo y la persecución.