Cinco años trabajando por la inclusión, igualdad y diversidad en America Latina

Al cumplirse cinco años de fundado el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), se vuelve necesario hacer un repaso por nuestros comienzos, los logros que […]

Al cumplirse cinco años de fundado el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), se vuelve necesario hacer un repaso por nuestros comienzos, los logros que hemos alcanzado, el trabajo desarrollado y sus transformaciones, y los desafíos que aún enfrentamos como organización social en las Américas.

En noviembre de 2014 se abrió una oportunidad de crear una organización enfocada en temas de discriminación racial y discriminación por orientación sexual e identidad de género, y dos meses después, en enero de 2015, empezó a funcionar Raza e Igualdad. Somos hasta la fecha la única organización en la región que trabaja estas dos temáticas de cara al Sistema Interamericano y al Sistema Universal de Derechos Humanos, especialmente con un enfoque de interseccionalidad (Afro-LGBT).

Hace cinco años, iniciamos nuestro trabajo con ocho contrapartes en Cuba, Colombia, Brasil y Perú, desde nuestra oficina en Washington D.C. Hoy en día, nuestro equipo está compuesto por 25 personas, distribuidas en las oficinas de Washington, Bogotá y Ginebra, desde donde colaboramos con más de 50 contrapartes en ocho países y tres redes regionales, con quienes tenemos relaciones contractuales o de alianzas. En la actualidad trabajamos no solamente los enfoques de discriminación, sino también violaciones de derechos humanos centradas en los derechos civiles y políticos, especialmente en Cuba y Nicaragua, y los censos poblacionales para incluir la variable étnica, como lo hemos hecho recientemente en Panamá, Perú y México.

El método de trabajo de Raza e Igualdad se basa en fortalecer la capacidad técnica de nuestras contrapartes para que sean ellas quienes puedan utilizar tanto el Sistema Interamericano como el Sistema Universal de Derechos Humanos. Hemos logrado que nuestras contrapartes conozcan cómo funcionan los mecanismos de protección regional e internacional de derechos humanos, y que además logren utilizarlos. Bajo este enfoque, no somos nosotros los protagonistas, sino que estamos detrás del escenario ayudando a nuestras contrapartes para que ellas lo sean.

En el Sistema Interamericano, hemos apoyado a organizaciones para asistir a audiencias temáticas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a las Asambleas Generales de la Organización de Estados Americanos (OEA), para visibilizar violaciones de derechos humanos y la situación de la población Afro-LGBT de manera más contundente, para esto último seguimos trabajando con la Relatoría Afrodescendiente de la CIDH. Asimismo, hemos logrado gestionar medidas cautelares de la CIDH para nuestras contrapartes en Cuba, Colombia y Nicaragua, así como medidas provisionales por parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) para algunas de nuestras contrapartes en Nicaragua.

En el Sistema Universal, nuestros equipos han facilitado que activistas y aliados de toda la región participen de este mecanismo para denunciar de primera mano las violaciones que están ocurriendo en su país, a través de reuniones con la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet, de las evaluaciones del Examen Periódico Universal (EPU), de las revisiones ante los Comites de la Convención sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y de la  Convencion  para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (ICERD).

En Nicaragua, país que atraviesa una profunda crisis de derechos humanos desde abril de 2018, hemos logrado dar respuesta brindando acompañamiento técnico para documentar violaciones de derechos humanos, propiciando espacios de encuentro con organismos internacionales, visibilizando la situación de las y los prisioneros políticos. En Cuba, seguimos visibilizando las constantes violaciones a los derechos humanos que sufren nuestras contrapartes, solo por el hecho de pensar distinto e intentar que el gobierno respete los derechos humanos de acuerdo a los estándares internacionales. En Colombia continuamos monitoreando el Capítulo Étnico de los Acuerdos de Paz y la situación de la población Afro-LGBT, dada la situación de violencia que persiste y la cantidad de asesinatos de líderes sociales.

Otro de nuestros grandes logros durante estos cinco años de trabajo fue la ratificación de la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas conexas de intolerancia por parte de los Gobiernos de Costa Rica y Uruguay, que permitió que la misma entrara en vigencia.

Seguimos creciendo, aunque desgraciadamente por las razones equivocadas: la situación de derechos humanos en la región es realmente preocupante. En los últimos cinco años el tema de discriminación racial se ha recrudecido en la región. Hay un discurso racista, pero además homofóbico, transfóbico y lesbofóbico que está siendo legitimado por mandatarios; esto ha hecho que los derechos que se habían logrado en los últimos 10 o 15 años, se vean amenazados. En materia de derechos civiles y políticos el retroceso quedó reflejado en lo que viene ocurriendo en Nicaragua, Venezuela, Colombia, Cuba, Brasil y Chile, por mencionar solo algunos. Aunque hay muchos retos en América Latina en materia de derechos humanos, confiamos en que estamos bien posicionados para ofrecer asistencia técnica a nuestras contrapartes y poder seguir denunciando las situaciones de violaciones a los derechos humanos en la región.

Quiero agradecer a quienes han confiado en nosotros y en nuestra capacidad: Nuestras contrapartes y un especial agradecimiento a los donantes, quienes con su apoyo han permitido que podamos hacer frente de una manera eficaz y eficiente a las violaciones de los derechos humanos.

Carlos Quesada
Director Ejecutivo
Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos

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