La Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) -utilizando datos de los Censos 2020 de toda América Latina- estima que alrededor de 134 millones de personas se autoidentifícan como afrodescendientes. Esto representa, aproximadamente, el 20,9% de la población total de la región distribuida por todo el país y, en algunos países, viven en tierras rurales ancestrales. Actualmente, la mayoría de los afrodescendientes viven predominantemente en zonas urbanas, casi el 70% en algunos países.
La población afrodescendiente en América Latina sigue enfrentándose al racismo estructural y a la discriminación racial, lo que se traduce en una mayor incidencia de la pobreza y la pobreza extrema, un acceso desigual a una educación de calidad, desempleo y violencia basada en el perfil racial, entre otras circunstancias. Además, debemos entender que factores como la edad, el lugar de residencia, la discapacidad, el estatus migratorio, la orientación sexual, el sexo y la identidad de género -entre otros- son factores que causan una vulnerabilidad aún mayor dentro de la misma población afrodescendiente.
Nuestro trabajo con las poblaciones afrodescendientes
Raza e Igualdad ha centrado su trabajo en los siguientes ejes:
- Promover la necesaria incorporación de la variable étnico/racial (pregunta de autoreconocimiento afrodescendiente) en los censos nacionales de población de los países latinoamericanos. Esto representa un elemento clave para conocer la calidad de vida de la población afrodescendiente y poder generar soluciones adecuadas a estas realidades. Aunque algunos Estados ya han iniciado esta tarea, todavía existen muchas carencias a la hora de incorporar, analizar y hacer uso de esta variable.
- Promover la participación efectiva de las organizaciones y activistas de la sociedad civil afrodescendiente ante la Organización de los Estados Americanos (OEA). Lo hacemos a través de la promoción de inscripciones en la OEA, promoviendo la participación en la Cumbre de las Américas y en las Asambleas Generales de la OEA, estando en permanente comunicación con la Relatoría sobre los Derechos de las Personas Afrodescendientes y contra la Discriminación Racial de la CIDH, y promoviendo la ratificación e implementación efectiva de la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia (CIRDI). Asimismo, apoyando la labor de la Coalición Afrodescendiente de las Américas, la cual hace parte de las 31 coaliciones reconocidas a participar ante las Asambleas Generales de la OEA.
- Incidir ante el Sistema Universal de Protección de los Derechos Humanos (SUDH) por medio de la participación efectiva de nuestras contrapartes mediante la documentación y testimonio de estes ante los diferentes comités y relatorías que promueven la lucha contra el racismo, la discriminación racial y xenofobia, incluyendo su participación ante los recientes mecanismos creados como el Foro Permanente sobre Personas Afrodescendientes (PFPAD por sus siglas en ingles) y el Mecanismo de Expertos para Promover la Justicia e Igualdad Racial en la Aplicación de la Ley (EMLER por sus siglas en inglés).
- Resaltar la importancia de los diferentes acuerdos realizados entre diferentes Estados para avanzar en equidad racial, inclusión y derechos humanos en la región, tales como el Plan de Acción Conjunto entre Estados Unidos y Brasil para Eliminar la Discriminación Racial, Étnica y Promover la Igualdad (JAPER por sus siglas en ingles), el Plan de Acción entre Estados Unidos y Colombia sobre Igualdad Racial y Étnica (CAPREE por sus siglas en ingles) y la Declaración que establece la Alianza de América del Norte para la Igualdad y la Justicia Racial entre México, Estados Unidos y Canadá, siendo espacios igualmente claves para fortalecer el trabajo de nuestras contrapartes.