Víctor Madrigal: “Que los Estados consideren los valiosos aportes de las personas LGBTI para la construcción del tejido social es una de las formas de garantizar su reconocimiento e inclusión”
Fotografía tomada de: Agencia Presentes
En su más reciente informe, el Experto Independiente sobre orientación sexual e identidad de género de las Naciones Unidas, Víctor Madrigal, presentó un análisis de las formas en que leyes, normas sociales y culturales discriminatorias siguen marginando y excluyendo a las personas en razón a su orientación sexual y/o identidad de género en diferentes esferas de la sociedad, situaciones que según el documento, se ven agravadas cuando al inter-relacionarse con otras formas de discriminación como la etnia, raza, la condición socio-económica, origen nacional, entre otras, conducen a estados definitivos de exclusión y marginación.
El Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad
y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) habló con el experto Independiente sobre
Orientación Sexual e Identidad de Género de la Naciones para que a la luz de la
realidad de los pueblos de América Latina presentara algunas consideraciones
sobre la situación de las personas LGBTI, las formas múltiples de violencia que
hoy experimentan, y algunas propuestas que posibiliten la superación de estás
formas de exclusión.
¿Cuál es la situación
actual de las personas LGBTI en América Latina, cómo la caracterizaría y en
este sentido ¿Cuál es su lectura sobre el escenario actual de derecho de las
personas LGBTI en América Latina?
Víctor Madrigal
(V.M): La problemática que enfrentan los derechos
humanos de las personas LGBTI está condicionada, primero por un marco histórico
que se ha construido a través de siglos, sistemas de exclusión y estigma que
están basados en nociones acerca de cuáles deben ser los roles que adquieren
las personas de acuerdo con sus configuraciones genitales. La idea aquí es tratar de comprender cuáles
son esas estructuras, entender, además, cuáles son las maneras en que se estructura
el poder en la sociedad y así entender cómo las existencias de las personas
LGBTI, que son subversivas a estos sistemas construidos a lo largo de décadas y
siglos, se ven vulneradas a través de esquemas que lo que pretenden es defender
estas estructuras de poder.
Lo que el Mandato ha hecho a lo largo de este
tiempo es estudiar las causas básicas del estigma y la discriminación y ha
llegado a entender que existen ciertas manifestaciones estructurales: La primera de ella es lo que se conoce como
la “negación” relacionada
con la idea existente en algunos ordenamientos ( o el mensaje político que se
ha intentado difundir), es que las personas LGBT realmente no existen en ese
contexto determinado, justificando su posición sobre la premisa de que estás
son ideas importadas de algún otro contexto.
La segunda manifestación o mecanismo es el de
la “estigma”,
que yo he categorizado dentro de tres categorías: 1. Atribuir a las existencias LGBT una
naturaleza delictiva, es decir, a través del crimen, de la legislación
criminal. En este momento todavía
existen en el mundo 69 países que criminalizan la homosexualidad, y de ellos 9
están en la Región del Caribe.
2. Otro de los mecanismos es la idea de que las
vidas de las personas LGBT son pecaminosas en su naturaleza. De aquí es toda la estructura de la iglesia
que es utilizada para crear mensajes de exclusión y discriminación; y la última
manifestación o mecanismo es la idea de la patologización, que está conectada
con la idea básica de que las existencias LGBTI son de alguna manera u otra
enfermizas o son reflejo de patologías.
Entonces la fenomenología de los problemas de
derechos humanos que enfrentan las personas LGBT está inscrita en este contexto
y está enraizada profundamente en estructura patriarcales, en estructuras
sociales que son prevalentes en América Latina y que tienen como resultados
altísimos niveles de exclusión social y de violencias.
En su informe sobre “Recopilación y gestión de datos como medio para fomentar la sensibilización acerca de la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género” A/HRC/41/45 plantea el uso de datos como parte de la estrategia de superación de estos contextos y discriminación de violencias. Podría explicarnos un poco ¿de qué manera se expresa esto?
Víctor Madrigal:
El contexto en el que yo planteo esto es mi convicción de que los procesos
de estigma están basados en pre-concepciones, en prejuicios y en una
explotación de preocupaciones que la generalidad de las personas tienen sobre
la existencia misma de las personas LGBT que no está basada en ninguna base
empírica, es decir, que no está basada en evidencia, y por lo tanto, considero
que la estrategia para contrarrestar estas estructuras de prejuicio es la producción
de evidencia y en esto la data es esencial.
Cuando yo empecé a trabajar en la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y creamos la relatoría LGBT, una de las
primeras cosas que hicimos fue crear un registro de violencia y nos dimos cuenta,
por ejemplo, que la problemática de violencia contra las mujeres trans estaba
completamente invisibilizada en la data, y por lo tanto en la política pública,
esto porque la mujeres trans que eran asesinadas y violentadas usualmente eran
registradas en los registros policiales como hombres y por lo tanto existía una
completa invisibilización de su problemática desde el punto de vista de la
política pública, pero también con respecto a la conciencia social; entonces
los mensajes eran muy poderosos desde todo nivel, era poderoso el hecho de que
no existía data desagregada desde el punto de vista de esta población,
reconocimiento de la existencia de esta población a la base de la violencia,
pero también habían mensajes muy poderosos por parte de los medios escritos que
constantemente reportaban asesinatos de mujeres trans como asesinatos de un
hombre vestido de mujer, o un hombre travesti, o un hombre etiquetado
automáticamente como un trabajador sexual, en fin, una cantidad de
pre-conceptos que no tenían realmente ningún asidero desde la base
empírica.
Entonces, para mí la creación de una base de
evidencia, que permita reflejar la verdadera naturaleza del problema de
violencia, pero también la verdadera naturaleza de la existencia social de las
personas LGBT es una parte esencial de la solución del problema del ejercicio.
Acorde a su último
informe sobre inclusión socio-cultural y económica de la población (https://undocs.org/A/74/181) ¿Qué aspectos considera más fundamentales para la sociedad civil y los
Estados en Latino-América?
Víctor Madrigal:
Sobre la base de todo está la producción de conocimiento con respecto a
las realidad de vida de las personas LGBTI, insisto: obtener data desagregada que nos permita
entender la situación de las personas LGBT con relación a los sectores de
educación, salud, vivienda y otros sectores resaltados en mi informe es
fundamental, sin esa base de conocimiento, sin esa base de evidencia va a ser
absolutamente imposible tener políticas públicas que dialoguen y tengan
incidencia con estas realidades vividas de las personas LGBT.
Seguidamente, es importante que haya esta
voluntad de conectar esta base empírica con la política pública, es fundamental
asegurarse que la política pública esté informada por la base empírica, pero
además cuando esté siendo realizada haya un ejercicio consciente de involucrar
las comunidades, pueblos y poblaciones que están siendo afectadas.
Todo formador de política pública debe conocer
de una manera muy clara las limitaciones sobre lo que no conocemos, sobre las
realidades de estas poblaciones; en tanto, traerlas a los procesos de consulta,
realizar procesos participativos es la única manera de asegurar que las
políticas públicas vayan a tener un impacto sustentable.
Un tercer elemento, estaría relacionado con que
en estos procesos existan manifestaciones políticas muy claras, sobre la manera
en que los Estados reciben y promueven el mensaje de las vidas y existencias de
las personas LGBT, en tanto, consideren que estas aportan al tejido social, que
son existencias valiosas y dignas en el tejido social y que la habilidad y
posibilidad de estas personas de vivir libres e iguales en el contexto de estas
sociedades es una manifestaciones de sus derechos humanos, que no son derechos
especiales, que no son derechos únicos, sino que es una base esencial de su
derecho humano el poder vivir en esta igual y esta libertad.
Y sobre la base de estas condiciones, creo que
el último elemento que debe darse ahí, es el hecho que los Estados reconozcan
que en estos reconocimientos y en esta manera de proceder existe una clave
fundamental de asegurar todo el potencial de la contribución de las personas
LGBT nuestra sociedad, de realzar y hacer posible que se desencadene y se
asegure todo el potencial de la contribución social de estas personas en
nuestros contextos.
Desde el ejercicio de su mandato, ha
tenido la experiencia de trabajar con diversos activismos LGBTI del mundo. Que
particularidades en el activismo, vulneraciones de derechos humanos o
resultados exitosos ha podido identificar en sectores LGBTI racializados y/o
pauperizados?
Víctor Madrigal:
Creo que el primer logro a resaltar es lo relacionado con el litigio
estratégico en materia de descriminalización.
Es extraordinario lo que se ha logrado a través del activismo judicial,
por ejemplo, en desmantelar sistemas de criminalización en la India, en el Caribe
mismo tenemos el ejemplo de Trinidad y Tobago, tenemos el ejemplo de Belice.
Otros logros que podría mencionar estar
relacionados con el acceso a servicios y disposiciones de no discriminación.
Yo no participo en la disposición de políticas
de creación y disposición del Mandato, pero me ha parecido muy importante como
la creación de coaliciones de la sociedad civil ha generado el mandato y ahora
ha generado una renovación extraordinaria a través de la coalición de más de
1300 organizaciones de la sociedad civil que vienen de 174 países y que han
creado realmente una sinergia maravillosa para que el mandato sea renovado con
una mayoría bastante contundente por parte de la comunidad internacional.
También creo que la creación de redes es un gran logro para la incidencia en
materia de exigibilidad de los derechos de las personas LGBT.
Si alguna prueba tenemos de la experiencia vivida de los últimos 25 años es que el cambio social es posible en nuestra generación, hemos pasado de contextos de criminalización y patologización ha contextos de dignidad, y yo creo que esa energía de cambios, ese cambio de paradigmas es algo que cabe esperar que continúe. Para los siguientes 25 años tengo la expectativa de un mundo libre de criminalización para el año 2030 y la expectativa de un mundo en el cual va a existir una verdadera inclusión social para la próxima generación.
Vea aquí presentación del informe sobre inclusión socio-cultural y económica de la población LGBTI a partir del minuto 47:34
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