Día de los Derechos Humanos: Con paso firme hacia el reconocimiento y garantía de los derechos fundamentales para todas las personas

Día de los Derechos Humanos: Con paso firme hacia el reconocimiento y garantía de los derechos fundamentales para todas las personas

Washington D.C., 10 de diciembre de 2020.– A 72 años de que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptara la Declaración Universal de Derechos Humanos, el cumplimiento y respeto de los derechos inherentes a cada persona representa un reto a nivel mundial, y en el caso de América Latina y el Caribe, se mantienen y exacerban escenarios en los que se violan estos derechos, sobre todo en poblaciones que han sido históricamente marginadas.

Este 10 de diciembre, el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), se une a la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos ofreciendo un panorama sobre la situación de los derechos humanos en la región, con énfasis en aquellos países donde trabajamos de la mano con organizaciones de la sociedad civil: Brasil, Colombia, Cuba, Nicaragua, México, Panamá, Perú y República Dominicana.

El asesinato de George Floyd

Como organización que trabaja en la protección y defensa de los derechos humanos de las personas indígenas y afrodescendientes, el 25 de mayo nos unimos a la consternación mundial por el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd, a manos de cuatro policías blancos en la ciudad de Minneapolis, Minnesota. El hecho fue grabado por un testigo y el video circuló rápidamente por redes sociales, provocando gran indignación y una especie de despertar de conciencia sobre el racismo y la brutalidad policial.

Valoramos como positivo que desde los sistemas de protección de derechos humanos haya habido una respuesta rápida, como el debate urgente sobre las violaciones de derechos humanos por motivos raciales, el racismo sistémico, la brutalidad policial y la violencia contra protestas pacíficas, que tuvo lugar el 17 de junio en el seno del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y llevó a la adopción de la resolución 43/1; sin embargo, vemos con preocupación la laguna de protección ante la dificultad de los mecanismos de derechos humanos para monitorear las obligaciones de los países.

Pandemia de Covid-19, multiplicador de desigualdad

La pandemia de Covid-19 puso en evidencia la profunda desigualdad que padece la región, no solo en términos de ingresos económicos, sino también en acceso a salud y educación, a lo cual se sumó el hecho que la respuesta de los Estados no tomó en cuenta las interseccionalidades de la población, por lo que grupos históricamente marginados y discriminados como las comunidades indígenas y afrodescendientes, y las personas LGBTI, fueron impactadas de forma particular por esta pandemia.

En Brasil, por ejemplo, la población negra vio seriamente vulnerado su derecho a la vida, pues debido la negación de la pandemia por parte del gobierno de Jair Bolsonaro, no se tomaron las medidas de prevención y atención adecuadas, siendo las personas afrodescendientes las más afectadas. Además, durante los meses más críticos de la emergencia sanitaria, 1 mujer fue asesinada cada 9 horas, y de estas, el 73% fueron mujeres negras.

La discriminación por orientación e identidad de género también puso de manifiesto un trato discriminatorio hacia las personas LGBTI en el contexto del Covid-19. En Colombia, Alejandra Monocuco, una mujer trans y trabajadora sexual, murió a finales de mayo luego de que personal médico que acudió al llamado de sus compañeras porque no podía respirar, se negó a atenderla al conocer que vivía con VIH y argumentar que seguramente estaba bajo los efectos de una “sobredosis”.

La pandemia de Covid-19 coincidió con la realización del Censo de Población y Vivienda 2020 en México, por lo que las y los activistas afromexicanos temen que se haya afectado la calidad y cantidad de los datos recolectados, que hubieran permitido una mayor autoidentificación afrodescendiente, principalmente en los Estados identificados como no afrodescendientes.

Derechos LGBTI, entre la violencia y la negación

América Latina sigue siendo la región del mundo que acumula más casos de asesinatos contra personas trans. Brasil, país en el que persiste un discurso LGBTIfóbico liderado y alentado por el Gobierno, acumulaba hasta octubre pasado 151 crímenes de este tipo. En Colombia, en tanto, Raza e Igualdad ha registrado hasta la fecha 65 hechos de discriminación, hostigamiento, ataques físicos y asesinatos en los que las víctimas son personas con orientación sexual e identidad de género diversa.

La negación de derechos a las personas LGBT es otro escenario preocupante en la región, tal es el caso de Perú, donde el Tribunal Constitucional rechazó la demanda de amparo de Óscar Ugarteche contra el RENIEC para lograr la inscripción de su matrimonio con Fidel Aroche, celebrado en 2010 en México. Además, en este país la implementación de la política pico y desembocó en múltiples actos de discriminación contra la población trans y no binarie.

En Panamá, la sociedad civil sigue demandando la apertura del Gobierno para debatir y aprobar una ley que permita el matrimonio igualitario, mientras que en República Dominicana organizaciones que velan por los derechos de las personas LGBTI desarrollan una campaña por la aprobación del proyecto de Ley General de Igualdad y No Discriminación, la cual sería un importante paso en un país donde la población afro y LGBTI se encuentra desprotegida.

Asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos

Tras cuatro años de la firma del histórico Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC para terminar con más de 50 años de conflicto armado, el país se encuentra en uno de sus peores momentos en términos de violencia a nivel nacional, por el alarmante aumento de asesinatos de líderes sociales, defensores de derechos humanos y excombatientes, y de masacres de civiles, entre ellas la perpetrada el 11 de agosto en contra de cinco jóvenes afrocolombianos en el barrio Llano Verde, en Cali.

Según la Fundación Ideas para la Paz (Indepaz), al 7 de diciembre habían sido asesinados 287 líderes y defensores de derechos humanos en este 2020, 1,086 desde la firma del Acuerdo de Paz y 688 desde que Iván Duque asumió la Presidencia. Ante este panorama, la sociedad civil reclama una respuesta urgente y adecuada del Gobierno, pero este no da visos de reconocer la gravedad de la situación e insiste en dar cumplimiento a su plan “Paz con Legalidad” por encima del Acuerdo de Paz, por lo que este presenta graves rezagos, principalmente en lo relacionado al enfoque de género y el capítulo étnico.

Represión contra la sociedad civil

En Cuba, la situación de represión contra activistas, periodistas, artistas y personas defensoras de derechos humanos se intensificó dado que el Gobierno usó la pandemia de COVID-19 para restringir el ejercicio de derechos humanos y recrudecer el hostigamiento contra la sociedad civil independiente. La persecución contra la sociedad civil independiente ha adoptado diversas formas, entre las que se incluyen detenciones de corta duración, allanamiento de viviendas, decomiso de bienes, procesos judiciales sumarios y condenas por delitos comunes como “desacato” y “desorden público”.

En Nicaragua, país sumergido en una crisis social y de derechos humanos desde 2018, y en el contexto de nuevas crisis económicas y sanitarias, las autoridades siguen violando los derechos humanos de la población que disiente y que exige el cumplimiento de sus derechos fundamentales: a la fecha, 109 personas continúan encarceladas por participar en expresiones de protesta, y se han aprobado dos leyes (Ley de Agentes Extranjeros y Ley Especial de Ciberdelitos) y una reforma parcial a la Constitución para instaurar la cadena perpetua por “crímenes de odio”, todas acciones legislativas que atentan contra los derechos a la libertad de asociación y de reunión, a la libertad de expresión y de acceso a la información.

Asimismo, se ha continuado una estrategia represiva contra opositores, familiares de víctimas de la represión y defensores de derechos humanos, quienes son asediados, vigilados e incluso impedidos de movilizarse libremente por agentes policiales. Mientras tanto, la prensa independiente continúa siendo objeto de agresiones estatales, reportándose en promedio 40 casos mensuales de violaciones a la libertad de prensa, incluidas agresiones, ataques y procesos judiciales.

Desde Raza e Igualdad, aprovechamos esta fecha para reafirmar nuestro compromiso de fortalecer las capacidades de organizaciones locales en la denuncia de violaciones de derechos humanos, haciendo uso de los mecanismos de protección en el Sistema Interamericano y en Naciones Unidas, con el fin de obtener justicia de parte de los Estados e incidir en la adopción de leyes y políticas públicas para garantizar los derechos humanos de todas las personas sin ningún tipo de discriminación. Hacemos un llamado a los países para que cumplan con sus obligaciones en materia de derechos humanos, sobre todo en este tiempo de crisis generada por la pandemia de Covid-19.

En Raza e Igualdad seguiremos trabajando para avanzar en el reconocimiento y respeto de los derechos humanos de todas las personas de los países donde trabajamos, independientemente de su raza, sexo, género, orientación sexual, identidad de género o creencias políticas. En ese sentido, reconocemos el trabajo que realizan la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, los Órganos de Tratado y los Procedimientos Especiales, y esperamos que se mantengan firmes en su labor.

Lideresas afrodescendientes de la región llaman a incluir el enfoque étnico-racial en las leyes y políticas sobre la participación de las mujeres en cargos públicos y de elección popular

Bogotá, 27 de noviembre de 2020.– En ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) reunió en un evento virtual a seis lideresas de América Latina y el Caribe, para conversar sobre los retos y oportunidades de la participación política de las mujeres afrodescendientes en la región. Las panelistas coincidieron en que ha habido un aumento en la participación de mujeres en puestos de poder y/o elección popular, pero es necesario incluir el enfoque étnico-racial en las leyes y políticas sobre la participación de las mujeres en dichos espacios.

El webinar “Participación política de las mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe: Retos y Oportunidades” se llevó a cabo el martes 24 de noviembre y contó con la participación de la Vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell Barr; la diputada del Congreso de Honduras, Johana Bermúdez; la activista y precandidata a la Presidencia de Colombia, Francia Márquez; la secretaria LGBTI del Partido de los Trabajadores de Brasil, Yanaina Oliveira; la activista cubana e integrante del Comité Ciudadanos por la Integración Racial, Marthadela Tamayo González, y la coordinadora de la Red de Mujeres Afrolatinoamericana, Afrocaribeñas y de la Diáspora, Paola Yáñez, quien estuvo a cargo de moderar el evento.

La Vicepresidenta de Costa Rica señaló que la participación de mujeres en general en los Congresos de la región se ubica actualmente en un 30%, cuando antes era de entre 10% y 15%; sin embargo, dijo que en el caso de los pueblos y mujeres afrodescendientes esa participación es mucho más limitada. En ese sentido, planteó la necesidad incluir el enfoque étnico-racial en las leyes sobre participación política de las mujeres, así como trabajar con los partidos políticos para que asuman dicha perspectiva. “Promover la participación y desconocer la diversidad de mujeres que hay en una sociedad genera más brechas de desigualdad”, expresó.

Violencia política

Francia Márquez, activista por los derechos humanos y precandidata a la Presidencia de Colombia, indicó que como potencial aspirante a dicho cargo se enfrenta a muchos retos, entre ellos el racismo estructural y el conflicto armado que persisten en el país. “Ya dije que quiero ser candidata a la Presidencia y ya comenzaron los ‘peros’, acusaciones, excusas, ‘no sabe’, ‘no puede’, ‘no conoce’; eso es una estrategia para que no ocupemos espacios de poder, y si no hay una decisión nuestra para participar y hacer entender a nuestra gente que el voto es importante, difícilmente vamos a cerrar esas brechas de igualdad e inequidad”, apuntó.

La congresista hondureña Johana Bermúdez señaló en ese sentido que la violencia contra las mujeres en cualquier escenario es terrible, pero cuando ocupan cargos en espacios públicos es peor. Refirió que actualmente la violencia digital es una de las principales expresiones de dicha violencia y que, por tanto, hay mujeres que no se animan a participar en la política, pues tienen miedo de ser víctimas del escarnio público. La congresista resaltó además que en medio de la pandemia de Covid-19 ha quedado demostrada la capacidad de gestión y liderazgo de las mujeres, ya que los países con mayor transparencia y mejor comunicación en el manejo de la emergencia sanitaria son aquellos que están liderados por mujeres.

Yanaina Oliveira, secretaria LGBTI del Partido de los Trabajadores de Brasil, agregó que las mujeres negras que corren como candidatas a puestos de elección popular, son víctimas de ofensas racistas y sexistas, un discurso que está principalmente promovido por el presidente Jair Bolsonaro, quien insiste en que en el país no hay racismo y se caracteriza por hacer comentarios misóginos, dijo. “Nuestros cuerpos son víctima de violencia de parte de los representantes del Estado”, enfatizó. La lideresa afrobrasileña recordó sin embargo que, en las últimas elecciones de legisladores e intendentes, quedaron electas 25 personas trans, algo histórico es Brasil, donde la política ha estado dominada por personas blancas y hombres.

En tanto, la activista cubana e integrante del Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR), Marthadela Tamayo, se refirió a la persecución y criminalización que enfrentan las personas que intentan promover prácticas electorales democráticas en Cuba, sobre todo si se trata de mujeres racializadas. Mencionó en particular la agresión que sufrieron ella y otros miembros del CIR, así como periodistas independientes, de parte de oficiales de la Seguridad del Estado, la Policía y simpatizantes del Gobierno, el domingo 22 de noviembre en el Parque Central de La Habana, a donde se habían congregado para manifestarse contra la detención del músico y activista Denis Solís.

Desde Raza e Igualdad acompañamos las demandas de las mujeres afrodescendientes para hacer efectiva su participación en espacios de poder, y hacemos eco del llamado a incluir el enfoque étnico-racial en las leyes y políticas que promueven su participación política.

Puede mirar nuevamente el evento virtual por medio de este enlace: https://fb.watch/20S-Qux7zv/ 

Día Internacional de la Memoria Trans: una fecha para recordar y reafirmar la lucha por la igualdad y no discriminación

Washington D.C., 20 de noviembre de 2020.– Este 20 de noviembre, Día Internacional de la Memoria Trans, el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) quiere recordar a todas las personas trans que han sido asesinadas alrededor del mundo, especialmente en América Latina y el Caribe, región donde según registros de organizaciones de la sociedad civil se concentra la mayoría de los asesinatos. Para ello, hablamos con seis activistas trans de diferentes países y que, desde sus espacios y realidades, buscan mantener viva la memoria de quienes ya no están y reivindicar su derecho a la igualdad y no discriminación.

Un caso, una realidad

Brandy Carolina tenía 32 años cuando fue asesinada de varias puñaladas—una de ellas en el cuello—que le propinó un hombre desconocido en el barrio La Chinita, en Barranquilla, Colombia. Era extrovertida y soñaba con regalarle una casa a su mamá, pero en junio pasado le arrebataron la vida por ser una mujer trans, denuncian organizaciones que defienden los derechos de las personas con orientación sexual e identidad de género diversas.

“No expresaba temor, era bien segura de sí misma, y es que una no presiente la muerte, sino que llega de repente y en los sitios menos esperados”, expresa Andra Hernández, representante de la Red LGBTI de Boyacá e integrante de Femidiversas, al referirse al asesinato de Brandy Carolina, aunque a la vez refiere que en ese mismo barrio barranquillero habían sido asesinadas una mujer lesbiana y una mujer trans el 26 de marzo y el 16 de abril de este año, respectivamente. “No esperábamos que una persona tan cercana cayera en manos de una sociedad tan indolente que no respeta la diversidad y las disidencias, nunca estamos preparadas para una muerte, menos para una muerte por ser trans”, insiste.

Cada año, en vísperas del Día Internacional de la Memoria Trans, la organización internacional Trans Respect vs Trans Phobia publica un amplio informe sobre el asesinato de personas trans y género-diversas alrededor del mundo. El reporte correspondiente a este año revela que entre el 1 octubre de 2019 y el 30 de septiembre de 2020 hubo 350 asesinatos, de los cuales el 82% ocurrió en América Latina, donde Brasil (152[i]), México (45) y Colombia (16[ii]) encabezan la lista de países con más casos.

Morir dos veces

Santiago Balvin, activista trans masculino no binario de Perú, afirma que es necesario conmemorar a todas las personas trans que han sido asesinadas porque, incluso después de su muerte, son discriminadas e invisibilizadas. “Queda un sentimiento de frustración porque no se puede hacer nada, las familias no reconocen sus nombres y los medios no las citan según su nombre identitario, es muy doloroso que se trate así la muerte de una hermana y que siga pasando con tanta impunidad”, comparte.

En esta fecha, Balvin recuerda la Masacre de Tarapoto, también conocida como Noche de las Gardenias, pues fue una matanza selectiva ocurrida el 31 de mayo de 1989 y está catalogada como el mayor crimen de odio contra personas transgénero en la historia del país. Al mismo tiempo, indica que este año las organizaciones de la sociedad civil peruana contabilizan 5 personas trans asesinadas hasta la fecha.

Victoria Obando, activista por los derechos humanos en Nicaragua y exprisionera política, coindice en la importancia de conmemorar el Día Internacional de la Memoria Trans, pues para ella es un día para recordar la lucha que la mayoría de las personas asesinadas libraron para defender y promover los derechos de la comunidad trans. “Vivimos en una sociedad que no nos reconoce como parte de esta, siento que es una tragedia lo que vive la población trans, especialmente las mujeres trans, porque no entienden que también somos seres humanos”, dijo.

En Nicaragua no se manejan datos sobre violencia y asesinatos contra personas trans, lo cual Obando trata de entender por la crisis sociopolítica que vive el país; sin embargo, asegura que aun en medio de las discusiones para devolver la democracia al país, se trata de hacer a un lado a las personas trans. “Hay quienes consideran que hay categorías para acomodar las temáticas y las trans siempre van como algo secundario, nos quieren encajonar, como activista me ha costado tener aceptación, subestiman mis capacidades por el hecho de tener una identidad de género diversa”, refiere.

Exclusión e impunidad

Para Athiany Larios Fonseca, mujer trans nicaragüense exiliada en Costa Rica, aún es doloroso recordar uno de los primeros casos que conoció acerca de violencia por discriminación en contra de una persona trans. “Mi amiga y su pareja fueron apedreados camino a su casa y me preguntaba ‘por qué la gente nos molesta tanto’, y me eché a llorar porque nos agreden y hasta nos asesinan por ese odio por no ser hombre o mujer según los mandatos biológicos-genitales”, afirma.

Christian King, de la organización TRANSSA de República Dominicana, expresa que el Día Internacional de la Memoria Trans “representa el reconocimiento y la reivindicación de todas las compañeras trans que han perdido la vida víctimas de la discriminación, la transfobia y los prejuicios como consecuencia de la falta de voluntad política y políticas públicas que garanticen los derechos de esta base poblacional y penalice la discriminación”.

En este país, el Observatorio de Derechos Humanos de Personas Trans registra 49 crímenes de odio cometidos contra mujeres trans, de los cuales solo 5 han sido judicializados y con sentencias. Además, junto a TRANSSA, demandan la aprobación del Proyecto de Ley General de Igualdad y no Discriminación, el cumplimiento del Plan Nacional de Derechos Humanos y una Ley de Identidad de Género.

Una deuda del Estado

Para Bruna Benevides, de la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA), de Brasil, entre los factores que intensifican la violencia contra las personas trans destacan el proceso histórico de invisibilización de esta población y su fata de acceso a derechos básicos, pero sobre todo el fracaso del Estado en atender sus necesidades. “Además, vemos una creciente ola global neoliberal que trae el fascismo, este espantapájaros de la ideología de género y, sobre todo, la idea de que las personas trans, mujeres y negras, deben continuar en un lugar de subordinación”, añade.

La activista destaca también la influencia que tuvo la pandemia de COVID-19 en la exacerbación de la violencia contra las personas trans, pues junto a la emergencia sanitaria ha habido un aumento de la desigualdad, el desempleo, el hambre y la invisibilidad en que se encuentra esta población. Efectivamente, el informe de Trans Respect vs Trans Phobia da fe del impacto desproporcionado que tuvo la pandemia sobre las personas trans, especialmente en las más excluidas, tales como mujeres negras y racializadas, trabajadoras sexuales, migrantes, jóvenes y que viven en condiciones de pobreza.

“Lamentablemente, la falta de acciones, pero también la falta de atención a nuestra población y un proceso total de invisibilidad en el trato con nuestra población nos deja sin ayuda del Estado. Como resultado, somos más susceptibles y vulnerables a la violencia. Quizás esto sea parte de este plan que elige cuerpos que son matables, desechables, que no forman parte de la estructura hegemónica y que, por eso, pueden ser fácilmente exterminados. No es de extrañar, somos el país que más personas trans mata en el mundo y, este año, una vez más estamos en lo más alto de este triste ranking”, dice Benevides.

A propósito del Día Internacional de la Memoria Trans, desde Raza e Igualdad queremos recordarle a los Estados su obligación de respetar y garantizar los derechos de todas las personas sin ningún tipo de discriminación, y en lo concerniente a la situación de violencia y asesinatos contra personas trans, realizamos las siguientes recomendaciones:

  • Adoptar las leyes y políticas necesarias para garantizar el reconocimiento, respeto e inclusión de las personas con orientación sexual e identidad de género diversas.
  • Establecer mecanismos especiales de respuesta a las acciones de violencia y asesinatos contra personas LGBI y trans, los cuales lleven al esclarecimiento de los hechos y al castigo de los responsables, así como al establecimiento de garantías de no repetición.
  • Promover a través de la institucionalidad y canales oficiales una campaña para educar y sensibilizar a la población sobre la orientación sexual e identidad de género, con miras a generar un contexto de reconocimiento y respeto de la integridad y vida de las personas LGBTI.

[i]  Cifra registrada por ANTRA de Brasil

[ii] Organizaciones de la sociedad civil de Colombia registran 30 asesinatos de personas trans este año.

Colectivo de Resistencia Lésbica crea proyecto para mapear la situación sociocultural y el estado emocional de lesbianas y mujeres bisexuales en el Complejo de la Favela de Maré en Río de Janeiro

Con la esperanza de presentar las experiencias diarias de las mujeres lesbianas y bisexuales de los barrios pobres, especialmente aquellas que viven en el Complejo de la Favela de Maré en Río de Janeiro, el Colectivo de Resistencia Lésbica creó un proyecto para mapear la situación sociocultural y emocional de lesbianas y mujeres bisexuales. El proyecto fue organizado por Beatriz Adura Martins y Dayana Gusmão (Lee: https://bit.ly/2TDB5ES), y la investigación se llevó a cabo en alianza con el Instituto de Psicología de la Universidad Federal Fluminense (UFF) entre noviembre de 2019 y junio de 2020. El proyecto de mapeo está disponible para su descarga en el sitio web de Metanoia Editoras, dirigido por Léa Carvalho y Malu Santos, mujeres lesbianas.

Sus experiencias fueron compartidas dentro del Espaço Casulo, o Espacio Capullo en español, donde el encuentro terapéutico se llevó a cabo, así como en otros espacios sociales utilizados por el Colectivo, permitiendo que el mapeo pudiera tomar lugar junto a lxs residentes de la región, en lugar de desarrollarse en algún lugar distante de sus realidades cotidianas. Antes de que la investigación comenzara, las estudiantes de psicología que lideran el proyecto aprendieron primero acerca de las situaciones que han permeado las experiencias de lesbianas y mujeres bisexuales dentro de las favelas mediante la exploración en persona de las realidades del Complejo de la Favela de Maré. De esta exploración nacieron inquietudes fundamentales que ahora forman parte del proyecto cartográfico.

El documento tiene por objetivo registrar y denunciar la falta de información sobre las experiencias de las lesbianas en las favelas, particularmente aquellas experiencias no violentas, ya que las representaciones hegemónicas sobre las favelas remiten a la violencia y al abandono del poder estatal. “Generalmente, estas encuestas solo se refieren a las mujeres lesbianas de clase media y/o las lesbianas on track, y la realidad de las lesbianas en las favelas termina siendo ignorada. Por esta razón, la idea del proyecto de mapeo es reafirmar estas existencias en Maré y no decirles cómo deben ser” explica Beatriz Adura. Enseguida, presenta la siguiente pregunta: ¿cómo pueden los números y las encuestas servir para trazar experiencias subjetivas?

Con base en estas reflexiones, las organizadoras afirman que esta es una investigación pionera, ya que no conocen de ningún otro mapeo sociocultural y emocional de las lesbianas y bisexuales con en las favelas brasileñas. Con esto, esperan ampliar la discusión a muchos otros proyectos de mapeos acerca de las realidades de estas mujeres en todo el país. Las organizadoras enfatizan que la pluralidad de “lesbianidades” debe hacerse más visible, como lo refleja la investigación que indica que, incluso en Maré, existen diferencias únicas entre sus realidades y las de otras mujeres. Como esbozaron en sus objetivos, el mapeo busca incidir en la construcción de políticas públicas que consideren las vivencias específicas de las mujeres lesbianas y bisexuales de las comunidades, así como abrir el debate y aportar a que exista una afabilidad que contribuya a la eliminación de la marginación social que enfrentan las lesbianas en las favelas de Maré.

Ocho de las 16 favelas dentro del complejo se incluyeron en el proyecto de mapeo. El largo cuestionario de 40 preguntas se aplicó a un total de 59 encuestadas que respondieron preguntas sobre la raza, la vivienda, la maternidad, la religión, el saneamiento básico, y las relaciones familiares, entre otros. Con una mayoría de respuestas por parte de estudiantes universitarias, el proyecto destaca la importancia de los exámenes de ingreso a los colegios comunitarios en Maré. En cuanto a las cuestiones relacionadas con el género, las investigadoras observaron que estas preguntas resultan ser más cuestiones académicas avanzadas. El género no es un tema común que se considere en el día a día de estas mujeres, tanto que el 20% optó por no responder a estas preguntas y tres se autodenominaron como no binarias.

En cuanto a la raza, el 70% se declaró no blanca, hecho que las organizadoras ven como vital para crear políticas públicas que contemplen la realidad de las favelas, ya que, en general, estas encuestas se enfocan en las perspectivas de las lesbianas blancas y de clase media. Concretamente, el 47,5% se auto identificó como negra; 28,8%, blanca; 20,3%, morena; 3,4%, Indígena; y ninguna persona afirmó ser asiática. “Basamos nuestra atención en la importancia de estudios específicos sobre los métodos de sociabilidad dentro de la favela que a menudo no aparecen en las estadísticas de las encuestas genéricas, destinando a la población de las favelas a hablar de sus problemas y de la violencia. Las lesbianas que viven en las favelas de Maré existen y son en su mayoría negras, morenas e indígenas, lo que representa el 71,2% de esta población” indica el informe.

En cuanto a la violencia, las entrevistadas manifestaron sentirse más seguras y cómodas para expresar su sexualidad dentro de la favela, pues ya han sufrido ataques fuera de ella. Con esto, la investigación revela que la violencia doméstica es algo que caracteriza la vida diaria de las lesbianas en Maré. Muchas de ellas ya han sido remitidas por familiares a algún tipo de terapia de conversión basada en prácticas religiosas. En este sentido, este datos reflejan cómo el avance de la agenda conservadora y el crecimiento de las iglesias neo-pentecostales en la región influyen en la situación de violencia y negación de la existencia lesbiana. Para estas mujeres, la violencia psicológica representa el doble de la opresión en relación con la violencia física, lo que resulta en que el 70% de ellas declare que no tiene religión.

Ante este escenario, las organizadoras explican que la unión de las lesbianas en Maré fue importante para la construcción de la investigación, sin embargo, esta fue solo la primera etapa. Por el momento, el Colectivo de Resistencia Lésbica de Maré está buscando patrocinio para la segunda fase del proyecto de mapeo con el fin de cubrir más favelas en todo el complejo. La falta de recursos financieros, la falta de material tecnológico e incluso la dificultad de acceso a Internet han hecho que el proyecto sea difícil de completar, sin mencionar que la pandemia por COVID-19 ha retrasado la terminación de su investigación.

“La violencia policial fue otro factor que dificultó la investigación. En varios momentos en los que pudimos movilizar a las mujeres para que respondieran el cuestionario, se estaban llevando a cabo operativos policiales. La militarización solo causa daños. Por ello, esta investigación se realiza desde una perspectiva de desmilitarización de la favela y la vida de las personas. Es necesario crear un territorio de cuidado, de producción de vida y no de control”, dice Dayana Gusmão.

El Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos felicita a todas las involucradas en la elaboración del dossier y apoya todas las investigaciones que reafirmen a la favela como un lugar de producción de conocimiento. En este sentido, recomendamos al Estado brasileño:

  1. Crear políticas públicas que contemplen la diversidad e interseccionalidad de las mujeres lesbianas de los barrios marginales;
  2. Promulgar políticas que apunten a la desmilitarización los barrios marginales, no solo durante la pandemia, sino como una política local continua;
  3. Implementar las recomendaciones de la CIDH contenidas en su informe sobre la violencia contra las personas LGBTI (2015) en relación con las acciones para analizar y evaluar la prevalencia de la violencia contra las lesbianas y mujeres bisexuales: adoptar medidas específicas para prevenir e investigar este tipo de violencia con un enfoque diferencial que considere las relaciones de poder en la intersección de sexo, género, orientación sexual y expresión de género.

 

[1] Acceso al mapeo: https://bit.ly/2TDB5ES

[2] [4] Discursos presentados durante el lanzamiento de lo Mapeo en YouTube en el Museu da Maré, que ocurrió el 17 de octubre.

[3] Acceda al informe sobre Terapias de Conversión de la ONU IESOGI, Victor Madrigal-Borloz: https://bit.ly/2GH6za2

[4] CIDH. Violencia contra personas LGBTI. 2015, pág. 311, párr. 69. Disponible en: www.oas.org/pt/cidh/docs/pdf/ViolenciaPessoasLGBTI.pdf

El lanzamiento del informe “¿De qué color es lo invisible?” llama al Estado brasileño a producir datos y reconocer la agenda racial de la población LGBTI

“Raza e Igualdad quiere dar un espacio a las voces que denuncian las violaciones a los derechos humanos de la población LGBTI negra del Estado brasileño”. Con estas palabras, Carlos Quesada, Director Ejecutivo del Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), dio inicio al evento de lanzamiento del informe ¿De qué color es lo Invisible? La situación de derechos humanos de la población Afro-LGBTI en Brasil.  El evento permitió a Raza e Igualdad reafirmar su compromiso con la población Afro- LGBTI en Brasil. Escrito por Isaac Porto, Oficial del Programa LGBTI en Brasil para Raza e Igualdad, y coordinado por Zuleika Rivera, Oficial del Programa LGBTI de Raza e Igualdad en Washington D.C., el informe pide al Estado brasileño que proporcione datos públicos sobre la situación de esta comunidad en específico en Brasil y que reconozca la agenda racial desde una perspectiva interseccional.

  • Panel 1: Violencia y acceso a la justicia para la población afro- LGBTI

Recordando la importancia del Mes de la Conciencia Negra en Brasil, Carlos Quesada moderó el debate poniendo de relieve el papel del informe en la visibilización de la experiencia Afro-LGBTI, que está a menudo ausente de la agenda política del Estado. Al abrir el panel, el autor, Isaac Porto, compartió cómo el proceso de redacción del informe se conectó con su historia de vida y con muchas otras historias que también han estado marcadas por el racismo y la LGBTIfobia, formas de opresión que simultáneamente invisibilizan estas experiencias.

Porto indicó que el objetivo del informe es “incentivar la racialización de las discusiones sobre las vidas LGBTI en el país y, así, verificar los impactos específicos del racismo en la vida de este grupo de personas”.

 “Se debe mencionar que, a partir de ahora, el informe no es un documento finalizado porque no hay ninguna pretensión de presentar argumentos y conclusiones que formen una especie de veredicto que declare que cuál es la situación de derechos humanos que sufre esta población y elimine cualquier discusión que identifique caminos alternativos a seguir. Al contrario: no creemos que, en la lucha por los derechos humanos, sea posible llegar a una conclusión. Luchar por los derechos es estar siempre en un punto de partida. Es nunca dejar de avanzar”.

Bruna Benevides, secretaria de articulación política de la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA), enfatizó que el mérito del documento es que confronta al movimiento LGBTI y trae una discusión interseccional en torno a la raza y las personas LGBTI. “Es por eso que este documento es simbólico y representativo, ya que demuestra la importancia y la urgencia de organizarnos colectivamente,” dijo, resaltando la importancia de construir una agenda política colectiva.

La activista trans Gilmara Cunha denunció la invisibilidad de esta población, especialmente cuando se trata de la población afro- LGBTI que vive en barrios brasileños marginados. “El informe da visibilidad a lo que es invisible en nuestro país y para nuestros líderes, que además de negar nuestra existencia a nivel nacional, también la niegan a nivel territorial. Abogamos por la existencia que se nos niega a nosotrxs todo el tiempo,” explica. Washington Dias, coordinador de la Red Afro-LGBT, establece que la violencia a la que la población negra LGBTI en Brasil se somete, está vinculada a las características históricas del racismo estructural, y la ausencia de datos es un resultado de este racismo.

Livia Casseres, coordinadora de Equidad Racial para la Oficina de la Defensoría Pública de Río de Janeiro, destacó la gran brecha en la producción de datos en el país y reconoció la demora en la promulgación de un plan normativo que dé cuenta de la ausencia de derechos derivados del racismo. “El informe demuestra cómo estamos avanzando en formas de producir ciudadanía en Brasil junto a las organizaciones LGBTI, que es una forma de hacer frente a la colonialidad del sistema legal” afirmó, celebrando el lanzamiento del dossier.

Cerrando el primer panel, la artista y poeta MC Carol Dall Farra presentó una intervención artística, aportando luz y visibilidad a las múltiples experiencias de la negritude en Brasil.

  • Panel 2: Derechos sociales de la población negra

Zuleika Rivera, moderadora del panel, destacó la importancia de discutir la discriminación que enfrentan las personas Afro-LGBTI en el acceso a salud, educación y trabajo, mencionando específicamente las dificultades de las personas transgénero. A modo de ejemplo, citó el proyecto de la Escola Sem Partido, que propone evitar que las discusiones sobre el racismo, la misoginia y LGBTIfobia se den en el campo de la educación, un avance en la agenda conservadora del Gobierno. Por lo tanto, en su opinión, el informe es un hito importante en la lucha por los derechos LGBTI.

En la presentación de la segunda parte del documento, Isaac Porto llamó la atención sobre el mito de la democracia racial en Brasil, que ha sido denunciado por el movimiento Afrobrasileño durante décadas. El mito de la democracia racial ha marcado la ideología del blanqueamiento, según la cual los valores blancos son únicos y universales, forjando la construcción de la sociedad en su conjunto. Con esto, Porto reiteró la urgencia de racializar las reflexiones sobre los derechos humanos de la población LGBTI, haciendo hincapié en que las diferencias entre las experiencias LGBTI de blancxs y negrxs se vuelven más sorprendentes cuando se comparan las de personas cisgénero y transgénero.

“Está claro que las personas LGBTI negras son las más afectadas en términos de homicidios en Brasil, y suelen ser los objetivos de la violencia policial, enfrentando además dificultades en el acceso a la justicia, la salud, la educación y el trabajo. Por lo tanto, es esencial fortalecer el trabajo de las organizaciones de Brasil y lxs activistas para que tengan las condiciones necesarias para hacer que la situación de los derechos humanos de la población LGBTI en Brasil sea más visible, así como las formas en las que ellas han resistido a las más diversas y perversas violaciones”, comentó.

Leonardo Peçanha, un hombre trans negro activista del Instituto Brasileño de Transmasculinidades (IBRAT) y del Foro Nacional de Travestis y Transexuales Negros (FONATRANS), hizo hincapié en los problemas de acceso a la salud de personas AfroLGBTI. Se hizo énfasis en que hay muchos hombres trans que quedan embarazados y se enfrentan a tratamientos ginecológicos que se ven atravesados por prejuicios misóginos. Entre estas creencias que afectan a los hombres trans negros, se encuentra el mito de que las personas negras cuentan con una mayor tolerancia al dolor, la cual es solo una de las muchas consecuencias del racismo.

Janaína Oliveira, Coordinadora Administrativa de la Red Afro-LGBT, cree que ser negrx en Brasil significa que incluso la muerte de la población negra necesita ser debatida constantemente porque en Brasil la población negra primero tiene que luchar por su vida, y luego luchar por sus derechos. “El lanzamiento de este informe no sólo está generando visibilidad internacional, sino que también está concientizando a la población brasileña de nuestra invisibilidad. Es un documento que rescata la falta de acceso y tratamiento de nuestros cuerpos por parte del Estado. El informe nos permite pensar en políticas públicas que generen condiciones equitativas de acceso para la población brasileña Afro-LGBTI” comentó.

Alessandra Ramos, Presidenta del Instituto Transformar Shelida Ayana, ha denunciado que el acceso a la asistencia sanitaria no está garantizado en igualdad de condiciones para las personas trans, que a menudo son recibidas en medio de burlas y cuentan con más barreras en lo que se refiere a la búsqueda de opciones del cuidado de la salud. Estas situaciones demuestran que es necesario reconocer los derechos específicos de la población trans. “Es importante saber que las personas trans son las más afectadas cuando hablamos de la interseccionalidad de género y raza. Estas personas no tienen pleno disfrute de sus derechos, y debido a esto, este reporte es un hito” explicó.

Al concluir la discusión, el Experto Independiente sobre Orientación Sexual e Identidad de Género de la ONU (IE SOGI por sus siglas en inglés), Víctor Madrigal Borloz, celebró la finalización del informe y su papel en el fortalecimiento de la construcción de las políticas públicas sobre el acceso a la salud, trabajo y justicia. Madrigal-Borloz cree que “el informe presenta las diferentes identidades dentro del movimiento LGBTI y la necesidad de reconocer estas agendas a través de la racialización de la discusión. Este reporte conecta diferentes identidades sociales y la importancia de ocupar espacios políticos” Con esto, el IE SOGI reafirmó el compromiso de su mandato de continuar su trabajo desde un punto de vista racial.

A la luz de la investigación y el debate generado entre varias organizaciones de la sociedad civil LGBTI que participaron en la construcción del informe, Raza e Igualdad concluye el documento presentando recomendaciones al Estado brasileño, a las organizaciones internacionales de derechos humanos, la sociedad civil y otras agencias gubernamentales, dentro de las cuales resaltamos:

  1. La ratificación de la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia, así como la Convención Interamericana contra todas las Formas de Discriminación e Intolerancia.
  2. El establecimiento de un plan para combatir la violencia LGBTIfóbica en Brasil, a través de una acción intersectorial que establezca pautas unificadas para combatir la LGBTIfobia y el racismo.
  3. Que el Ministerio Público de Trabajo lleve a cabo campañas específicas contra la discriminación de la población Afro-LGBTI a fin de garantizar criterios justos de selección, promoción, salario y condiciones laborales.
  4. Que se brinde el apoyo necesario a las organizaciones de la sociedad civil que se dedican a la producción de datos relacionados con las muertes de las personas LGBTI, con la garantía de que no van a encontrar obstáculos burocráticos innecesarios para su correcto funcionamiento, y que se respetará su trabajo por parte de los funcionarios gubernamentales.
Descárgalo gratis en español/portugués y comparte: https://bit.ly/3evTMnm
También puedes ver de nuevo el debate aquí: https://bit.ly/350lGF5

Rebeldías Lésbicas: encuentro de voces lesbianas de Brasil y Colombia

“¡Lesbianas contra la guerra! ¡Lesbianas contra el capital! ¡Lesbianas contra el racismo, contra el terrorismo neoliberal!” Fue con estas palabras de liberación que, en febrero de 2007, durante el VII Foro de Lesbianas Feministas de América Latina y el Caribe, se declaró el 13 de octubre como el día de las Rebeldías Lésbicas [1]. Durante este encuentro de lucha antipatriarcal, con cerca de 200 mujeres lesbianas feministas de varios países, que la Asamblea General del Foro decidió honrar colectivamente el I Foro Regional de Lesbianas Feministas que se llevó a cabo en México, el 13 de octubre 1987.

Según Angelina Marín, activista feminista lesbiana del colectivo Moiras, el 13 de octubre fue consagrado como el día de las brujas y también representa el día de la llegada de los colonizadores a tierras indígenas. Así lo pronunció Marín durante su discurso en Santiago, en una plaza de la ciudad de la capital Chilena, en un encuentro con otras feministas lesbianas para celebrar este día [2]. Esta fecha reúne a colectivos y organizaciones de lesbianas feministas de la región para celebrar la existencia lésbica a través del arte y la cultura como un acto de rebelión contra las opresiones impuestas por un sistema patriarcal que oprime la existencia de quienes desafían una sociedad cis-heteronormativa.

Para honrar los cuerpos de estas mujeres que persisten y resisten el borrado de sus identidades y sus expresiones políticas, el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) invitó a mujeres lesbianas de Brasil y Colombia a compartir sus voces, puntos de vista y experiencias sobre el significado de este día y los desafíos que enfrentan en sus países. Conoce sus historias rebeldes:

Colombia

Para María Vélez, activista de Caribe Afirmativo, “este 13 de octubre es un día para recordar y agradecer a nuestras hermanas lesbianas mayores por la lucha que iniciaron hace años. Desde el nombramiento, el autorreconocimiento, hasta la convivencia de parejas del mismo sexo, estos fueron los primeros pasos para que hoy podamos disfrutar del reconocimiento de estos derechos”.

María llama la atención sobre el hecho de que las rebeldías lesbianas plantean desafíos, especialmente en un país marcado por un conflicto armado como Colombia. Estas adversidades hacen que las mujeres lesbianas constantemente enfrenten situaciones de violencia íntima en la experiencia privada, desplazamiento forzado, violación en grupo y el embarazo forzado. Ella enfatiza que, por ser un país multicultural y multiétnico, en todas las identidades indígenas y negras se incrusta el racismo estructural y el machismo.

“Por eso, siendo indígenas-LGBTI o Afro-LGBTI, enfrentamos la opresión dentro de nuestras propias comunidades y un tipo particular de violencia en cada territorio. Cuando eres lesbiana y afrodescendiente la violencia toma una forma particular relacionada con la naturaleza exótica de nuestra identidad y la sexualización de nuestros cuerpos como mujeres negras. La sociedad considera que, si usted es una mujer negra, entonces debe ser heterosexual, de lo contrario no conviene”.

Sami Arazabaleta, directora de la ONG Somos Identidad, pone de relieve la importancia del reconocimiento de las mujeres lesbianas de sí mismas como seres sexuales que admiran sus propios cuerpos fuera de las normas heteronormativas y machistas. “Las Rebeldías Lésbicas son un llamado necesario para visibilizar a las lesbianas, nos negamos a seguir siendo invisibles desde la norma global “homosexual”. Hemos aprendido que lo que no se nombra no existe. Una rebelión lésbica es ser y amar a una mujer cara a cara”.

Las Rebeldías Lésbicas son también un acto de repudio a lo binario, las lesbianas feministas denuncian que la forma binaria de ver y estar en el mundo confina a las lesbianas a ciertos estereotipos. Como acto de liberación, las Rebeldías Lesbianas proclaman que sus cuerpos existen para sí mismos, en una relación de interdependencia y co-existencia con la naturaleza. Sami traduce su rebeldía en poesía: “el amor lésbico es sublime, permite a las mujeres ser queridas y reconocidas sin la aprobación masculina. ¡Soy lesbiana porque me amo a mí misma y amo a una mujer! “

Brasil

La cineasta Naira Évine, activista del colectivo Levante Negro, reflexiona sobre la afirmación de que la existencia lésbica dentro de la industria audiovisual es ya en sí mismo un acto de rebeldía. “Porque vamos en contra de todo sistema heterosexual y cis-heteronormativo que se esfuerza por borrar nuestra existencia. Esto lleva a que nuestra memoria no se transmita de generación en generación, que nuestras historias no se cuenten, que nuestras perspectivas no se comenten ni se filmen. Por lo tanto, cuando una directora de cine lésbico, y en mi caso, una mujer negra, se asegura de que todas estas demarcaciones se coloquen en la agenda y se hable de ellas y sean respetadas, creo que eso es ser una mujer rebelde” dice ella.

En 2019, Naira lanzó la película corta “O dia em que resolvi voar” [3] (El día que decidí volar, en español) que retrata historias lésbicas. La cineasta hace énfasis en que las películas hechas por mujeres lesbianas, que hablan de experiencias lésbicas y que tienen una perspectiva racializada o no, de una mujer lesbiana, y son latinoamericanas, ya son un gran acto de rebeldía. La directora recuerda que las lesbianas son diversas y merecen respeto, una vida digna, una vida sana y un buen vivir en el ámbito de los derechos humanos básicos. Por eso, resisten cuando insisten en que se comprenda y respete su existencia.

“No creo que haya una sola forma de ser lesbiana, una forma de demostrar tu orientación sexual. Muchas veces el armario es un lugar de protección, es un lugar de autodefensa y estar dentro del armario no siempre significa cobardía. A veces también es muy valiente no hablar de ello, hay muchos casos. No hay una única forma de soñar con una sociedad más igualitaria. Esta sociedad sería el conglomerado de la existencia de varias lesbianas, bisexuales, homosexuales y las diversas experiencias de diferentes grupos sociales. ¡Estamos rodeadxs de lesbianas rebeldes! ¡Me alegro de que este día exista! ¡Celebremos más y hablemos más de estas valientes mujeres!” ella dice.

Camila Carmo, profesora, investigadora, escritora y activista del colectivo LesbiBahia, destaca que al pensar en cómo sería la rebelión lésbica en un país como Brasil, la construcción de un proyecto político que sea emancipatorio para todas las mujeres y que desafíe el sistema heterosexual es la clave. Como mujer negra lesbiana, entiende que “ser lesbiana en Brasil es lidiar todos los días con el racismo, el machismo, el sexismo y también ponerme en esos movimientos de re-existencia para la construcción de otros modos de existencia[4].

Camila también señala los problemas estructurales de racismo, pobreza y feminicidio que están presentes dentro del sistema cis-heteronormativo y cómo esto se agrava en territorios marcados por dictaduras e invasiones coloniales. “Creo que el desafío tiene que ver con eliminar los ataques contra los pueblos indígenas y la explotación de las personas, los animales y la naturaleza. Esta reflexión nos atraviesa y nos define a todos, aunque yo diga ‘yo’. Porque cuando digo ‘yo’, también hablo de nosotrxs. No creo que las alianzas sean posibles fuera de un colectivo, por lo que nuestro gran reto es pensar en la manera de actuar de manera colectiva, respetando las diferencias e individualidades,” analiza.

A partir de las historias de estas inspiradoras lesbianas rebeldes, Raza e Igualdad apoya el desafío que surge de fortalecer los lazos afectivos entre la mujer y la naturaleza, entre los derechos humanos y la desobediencia como ruptura con el colonialismo. Reafirmamos nuestro compromiso de visibilizar la agenda y las voces que representan a América Latina, en alianza con activistas y organizaciones de la sociedad civil, y de denunciar las violaciones que afecten la construcción pacífica de una sociedad democrática.

Raza e Igualdad recomienda a los Estados de la región:

  1. Adelantar todos los esfuerzos necesarios para combatir la lesbofobia en la sociedad, impulsar acciones que promuevan y respeten la diversidad sexual, y combatan los prejuicios y la discriminación;
  2.  Crear políticas públicas para combatir la lesbofobia en el ámbito educativo y para inhibir las iniciativas que busquen prohibir los debates sobre raza, género y sexualidad en las escuelas y universidades;
  3. Firmar y ratificar la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y otras Formas Conexas de Intolerancia y la Convención Interamericana contra toda forma de Discriminación e Intolerancia.

[1] http://feministautonoma.blogspot.com/2007/10/13-de-octubre-da-de-rebeldas-lesbianas.html

[2] http://feministautonoma.blogspot.com/2007/10/13-de-octubre-da-de-rebeldas-lesbianas.html

[3] https://www.youtube.com/watch?v=FYjs54EfwxY&t=26s&ab_channel=Naira%C3%89vine

[4] Sobre el concepto de (re) existencias, Camila hace referencia a la profesora Ana Lúcia da Silva Souza.

Colombia: Urgen acciones gubernamentales para contrarrestar alarmantes y crecientes cifras de violencia contra la población LGBTI

Bogotá, 6 de octubre de 2020.– El Instituto Internacional de Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), rechaza el alarmante incremento en los índices de violencia y discriminación que sufre la población LGBTI en Colombia en medio de la emergencia sanitaria por COVID-19 y hace un llamado para que el Gobierno Nacional desarrolle acciones concretas para prevenir, investigar y sancionar los ataques y asesinatos por prejuicio y la discriminación de la que han sido objeto las personas LGBTI. Aun cuando recientemente se han alcanzado importantes logros para el respeto y la garantía de los derechos de gays, lesbianas, bisexuales y trans, tales como el reconocimiento como sujeto de reparación colectiva a las víctimas LGBTI de El Carmen de Bolívar y el reconocimiento de pensión de una mujer trans de acuerdo con el régimen de pensión exigido para las mujeres, las cifras de asesinatos, amenazas y hostigamientos sigue creciendo exponencialmente.

Al 15 de septiembre de 2020, la Defensoría del Pueblo reportó el asesinato de 63 personas LGBTI y 388 casos de violencia por prejuicio contra personas LGBTI, señalando que durante la pandemia, “se exacerbaron el prejuicio y la discriminación y aumentaron los obstáculos para el acceso a la justicia en la recepción de las denuncias y las barreras institucionales ligadas a la ausencia de sensibilidad de empatía que deben prevalecer en las autoridades encargadas de atender a esta población.” A la fecha, Raza e Igualdad ha documentado 61 casos de ataques contra personas LGBT en Colombia*, en los que hemos reseñado actos de discriminación en espacios públicos, denegación de derechos como la salud y la alimentación, agresiones físicas con armas cortopunzantes, hostigamientos, amenazas e incluso asesinatos.

El pasado 05 de septiembre, el ataque homofóbico de un hombre, que “en el nombre de Cristo Jesús” abordó públicamente a la Alcaldesa de Bogotá Claudia López, abiertamente lesbiana, para reprocharle por “enseñar cosas irrespetuosas a la niñez” evidenció que el clima de discriminación y exclusión social en contra de las personas LGBTI no es exclusivo de las instituciones. En Colombia, a pesar de los progresos formales en el reconocimiento de derechos, hace falta avanzar en la construcción de un ambiente favorable y respetuoso de la diversidad sexual desde la sociedad, que resulte en verdaderas transformaciones para la inclusión y el reconocimiento de las personas LGBTI.

Cifras alarmantes de asesinatos y agresiones

A octubre de 2020, Raza e Igualdad ha documentado 30 casos de violencia en los que han sido asesinadas y/o agredidas gravemente personas LGBTI. Recientemente, el asesinato de Juliana, una mujer trans, por un disparo de un soldado del Ejército, prendió las alarmas sobre la violencia que se ejerce contra las personas LGBTI, en especial, contra las personas trans. En todo el país, se ha evidenciado el aumento en los índices de violencia en los territorios: En Armenia, Quindío, el 25 de agosto la Defensoría del Pueblo emitió una Alerta Temprana que señala que la población LGBTI se encuentra en alto riesgo; el 01 de septiembre, la Red LGBTI del departamento de Boyacá denunció en sus redes sociales el aumento de los abusos policiales en contra de trabajadoras sexuales, en especial mujeres trans y  en el Caribe, la organización Caribe Afirmativo pidió a través de una carta dirigida a las entidades territoriales, que hagan frente al alarmante aumento en los asesinatos y agresiones en esta zona del país, que ya representan el doble respecto al año 2019.

Liderazgos LGBTI en la mira

Los ataques a los liderazgos y organizaciones LGBTI en diferentes territorios denotan el afán por debilitar las agendas e iniciativas para la garantía de los derechos de gays, lesbianas, bisexuales y trans a lo largo del país. A la fecha, Raza e Igualdad ha documentado 8 casos de ataques, amenazas y asesinatos en contra de liderazgos LGBTI.

Ataques como del que fue víctima Aurora Iglesias, popularmente conocida como “Zunga, la Perra Roja”, lideresa trans de Florencia, Caquetá, quien fue amenazada con un arma de fuego en su vivienda mientras que le exigían cesar con sus labores comunitarias, advierten un patrón de persecución a los procesos LGBTI. El 17 de septiembre, una bandera LGBTI apareció quemada frente al hogar de un líder social en la ciudad de Armenia, Quindío y el 25 de agosto, a un líder gay de El Roble, Sucre, le fue incinerada su casa. Estos sucesos, además de amedrentar a las organizaciones LGBTI que son directamente atacadas, advierten un patrón de hostigamientos que busca también, enviar un mensaje de amenaza a otros procesos organizativos LGBTI a nivel local. Estos hechos se suman a el asesinato de Mateo, un hombre trans líder comunitario y el intento de homicidio de John Restrepo, líder gay que trabaja con víctimas LGBTI del conflicto armado, ambos perpetrados en pleno espacio público, en medio de actividades que adelantaban con la comunidad.

Abusos policiales contra las trabajadoras sexuales, en especial contra personas trans

En medio de un tenso clima de marchas, protestas y discusiones políticas sobre los abusos de la fuerza pública, se han reportado graves violaciones a los derechos humanos por parte de la policía contra las personas LGBTI. Raza e Igualdad ha reportado 12 denuncias públicas de ataques colectivos e individuales por parte de la Policía Nacional en contra las personas trans trabajadoras sexuales. En medio de estos ataques, perpetrados en su mayoría por varios miembros de la Fuerza Pública, se presentan agresiones físicas en procedimientos policiales de requisa injustificados, ataques con armas de fuego y con otras armas de dotación y la exigencia de pagos para permitirles a las trabajadoras sexuales ocupar el espacio público en medio de la pandemia, abusando física y psicológicamente de aquellas que no pueden pagar el monto exigido, como es el caso de Medellín, Caldas y Bogotá.

En otro episodio de abuso policial, se registró la muerte de Juan Luis Guzmán, un joven gay de Arboletes, Antioquia, quien apareció muerto en una estación de policía bajo extrañas condiciones, luego de que fuera trasladado allí por infringir las medidas de restricción de la movilidad expedidas frente al COVID-19.

En Colombia, la Fuerza Pública contribuye en gran medida a la reproducción de patrones de discriminación y exclusión contra de la población LGBTI. Esta situación de vulnerabilidad se profundiza cuando las víctimas de abuso o violencia policial reclaman o intentan exigir justicia, pues deben enfrentar diferentes barreras de acceso como la falta de enfoque diferencial y de género en los formularios de denuncia, las represalias con posterioridad a la misma o el encubrimiento institucional, la omisión, entre otros.

Frente al contexto previamente descrito, Raza e Igualdad se une a los actos de denuncia y rechazo de la sociedad civil colombiana frente al grave contexto de vulneración de derechos de las personas LGBTI y realiza un llamado al Gobierno Colombiano para que:

  1. De celeridad a las investigaciones judiciales y sancione efectivamente a les responsables en los casos de asesinatos y agresiones contra la población LGBTI, garantizando la integración de un enfoque de diversidad sexual y de género en las diligencias a las que haya lugar, a fin de combatir los altos niveles de impunidad que se registran sobre estos casos.
  2. Fortalezca las acciones de monitoreo, sensibilización y formación en DDHH, en especial en DDHH de personas LGBT, con miembros de fuerzas de seguridad, particularmente de la Policía Nacional, así como dar trámite a las denuncias presentadas en contra de funcionarios oficiales y redoblar los esfuerzos para que las investigaciones que se adelanten al interior de estas instituciones por la vulneración a DDHH de personas LGBT no queden en la impunidad.
  3. Asegure a la población LGBTI el acceso sin discriminación a sus derechos como ciudadanes, en particular, el acceso a la justicia, fortaleciendo el monitoreo de las acciones de sensibilización y capacitación en derechos LGBTI a les operadores de justicia y diseñando rutas de atención diferencial para víctimas con orientación sexual e identidad de género diversa.
  4. Rechace públicamente los actos de discriminación y/o violencia en contra de las personas LGBTI y adopte iniciativas de sensibilización y capacitación que permitan desestructurar las conductas y actitudes discriminativas y LGBTfóbicas dentro de la sociedad civil colombiana.

 

*Raza e Igualdad ha realizado un monitoreo de medios y denuncias públicas de ataques y discriminación en contra de la población LGBTI a partir del 25 de marzo de 2020, en el marco de la emergencia sanitaria por COVID-19. Esta cifra se presenta al 05 de octubre de 2020.

 

Experto Independiente sobre orientación sexual e identidad de género de la ONU hace un llamado para la prohibición mundial de las “terapias de conversión”

Washington D.C., 17 de julio de 2020.-  El 14 de julio, el Experto Independiente sobre protección contra la violencia y la discriminación basada en la Orientación Sexual e Identidad de Género (IE SOGI por sus siglas en inglés), Víctor Madrigal- Borloz, presentó su informe sobre las diversas prácticas de las  denominadas “terapias de conversión” en un evento interactivo en línea en español y portugués, luego de su presentación ante el Consejo de Derechos Humanos del 7 al 9 de julio, donde explicó la gravedad de estas prácticas y la necesidad de una prohibición global de estas prácticas para proteger a las personas LGBTI.

El evento contó con la participación de la Coordinadora Residente de Naciones Unidas en Honduras, Alice Shackelford, y Andrés Sánchez, Representante Adjunto y Oficial a Cargo de la Oficina Regional para Centroamérica, Panamá y República Dominicana del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Según el informe, el término “terapias de conversión” se usa como un término general (o término “sombrilla”) para describir todas aquellas intervenciones de amplio alcance que se llevan a cabo bajo la creencia de que la orientación sexual o identidad de género de una persona puede y debe ser cambiada. Dichas prácticas tienen por objeto (o pretenden tener por objeto) la transformación de las personas homosexuales, lesbianas, o bisexuales a heterosexuales y de trans o género diverso a personas cisgénero.

En el informe, Madrigal- Borloz proporcionó diferentes ejemplos de intervenciones aplicadas al intentar la conversión, que incluyen, entre otros, actos de violencia física, psicológica, abuso sexual, electrocución y medicación forzada, aislamiento y encierro, así como abuso verbal y humillación. También muestra que las “terapias de conversión” someten a las personas LGBTI a muchas formas de abuso físico y mental, lo que constituye un trato inhumano, cruel y degradante y puede constituir tortura dependiendo de la gravedad del dolor y el sufrimiento infligido.  “Todas las prácticas que intentan formas de conversión son inherentemente humillantes, degradantes y discriminatorias”, explicó.

El informe también hace referencia a quiénes perpetran y promueven estas prácticas, así como a la economía que las rodea, mostrando que, a menudo, son un negocio lucrativo para diferentes proveedores en todo el mundo. Señala que, en algunos lugares como Ecuador, se puede estimar que el costo mensual promedio de internamiento en estos centros cuesta alrededor de 500USD por mes.

Antes de este evento, Madrigal- Borloz llevó a cabo una serie de consultas y recibió aportes de diferentes regiones del mundo sobre estas prácticas. Esto incluyó una reunión de expertos celebrada en la Universidad de Harvard, donde más de 30 expertos y activistas de varios países se reunieron para discutir este importante tema. La reunión, apoyada por el Instituto Internacional de Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) y el Programa de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de Harvard, abrió un diálogo sobre el tema que fue vital para la elaboración del informe.

Durante el evento, el IE SOGI destacó que “ha habido normas sobre lo que se considera la orientación sexual e identidad de género, y los que quedan fuera de esas normas, tales como las personas LGBTI, sufren el estigma y la discriminación”.

El Representante Adjunto de la ONU, Andrés Sánchez, señaló que “el informe revela que estas terapias de conversión se llevan a cabo en todas las regiones del mundo, por una amplia gama de actores y cuentan con la participación activa de los miembros de la familia y miembros de la comunidad. También se destaca cómo los niños son vulnerables a estas prácticas que causan daños graves e irreversibles a su bienestar”.

Continuó explicando que “la descripción del dolor y el sufrimiento de las personas que han soportado estas denominadas terapias de conversión debe preocupar profundamente a toda la población y a los Estados para asegurar que haya respeto y garantía de sus derechos humanos”.

El evento se transmitió en vivo a través de Facebook y se unieron asistentes de varios países de América Latina, quienes expresaron sus inquietudes, preocupaciones y gratitud, y reconocieron la importancia de estos hallazgos para sus comunidades y cómo estos pueden ser los primeros pasos hacia el cambio.

Con base en los hallazgos de su informe, el Experto Independiente pide una prohibición global de tales prácticas y emite las siguientes recomendaciones a los Estados:

  1. Tomar medidas urgentes para proteger a la niñez y la juventud de las prácticas de “terapias de conversión”.
  2. Realizar campañas para sensibilizar a los padres, las familias y las comunidades sobre la invalidez, la ineficacia y el daño causado por las prácticas de “terapias de conversión”.
  3. Adoptar y facilitar la asistencia sanitaria y otros servicios relacionados con la exploración, el libre desarrollo y/o la afirmación de la orientación sexual y/o género de identidad.
  4. Fomentar el diálogo con los principales interesados, incluidas las organizaciones de médicos y profesionales de la salud, organizaciones basadas en la fe, instituciones educativas y las organizaciones comunitarias para aumentar la conciencia acerca de las violaciones de derechos humanos vinculadas a la práctica de las “terapias de conversión”.

Raza e Igualdad continúa apoyando el trabajo del Mandato del Experto Independiente SOGI y se une al llamado a una prohibición global de las prácticas de “terapias de conversión”.

Para obtener más información sobre el informe y ver esta presentación, siga los enlaces a continuación:

Resumen del informe: https://www.ohchr.org/Documents/Issues/SexualOrientation/ConversionTherapyReport.pdf

Informe completo: https://undocs.org/A/HRC/44/53

Enlace del evento: https://www.facebook.com/IESOGI/videos/277503046670312

Organizaciones Afro-LGBT dialogan con la Comisión de la Verdad sobre los retos para la visibilización de las víctimas Afro-LGBT del conflicto armado en Colombia

El pasado 25 y 26 de junio se llevó a cabo un encuentro virtual entre varios líderes y lideresas de organizaciones Afro-LGBT de los municipios del  Valle del Cauca, Nariño y el Caribe colombiano con la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV). Durante el evento, los y las participantes expusieron ante representantes del Grupo de Trabajo de Género y de la Dirección de Pueblos Étnicos de la CEV la importancia de integrar un enfoque interseccional en la labor de esclarecimiento de los patrones y causas explicativas del conflicto armado interno.

El anterior encuentro se dio en el marco de un proyecto liderado por el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) con el apoyo del Gobierno de Canadá, cuyo objetivo es visibilizar a las víctimas Afro-LGBT del conflicto armado y las causas e impactos diferenciales que estas violencias tienen en las personas con identidades y expresiones sexuales diversas. “Este tipo de espacios resultan de gran importancia para garantizar y fortalecer la participación de las organizaciones Afro-LGBT ante el Sistema Integral de Verdad, Justicia y Reparación, en especial en tiempos en que los espacios de participación se ven limitados a razón de la emergencia sanitaria por COVID-19”, señaló Laura Poveda, abogada consultora para Colombia de Raza e Igualdad.

A través de un diálogo colectivo, los y las participantes ahondaron sobre cómo el racismo y la discriminación por orientación sexual e identidad de género se entrecruzaron en el desarrollo del conflicto armado, y conversaron sobre cuáles son las principales barreras y retos que se tienen para alcanzar la verdad en los casos de vulneraciones a los derechos de las víctimas Afro-LGBT.

Sandra Arizabaleta, directora de la organización Somos Identidad de la ciudad de Cali, señaló que la pertenencia a un grupo étnico de personas sexualmente diversas conllevó un escalamiento de la violencia sobre sus cuerpos, con el fin de eliminar el rastro de su historia como personas afro y personas LGBT en los territorios. El uso del despojo, del desplazamiento, de la violencia sexual y de la desaparición forzada como principales formas de violencia contra las personas Afro-LGBT eran maneras de desarraigar a las víctimas de su territorio y de su comunidad, añadió la participante.

En este sentido, Vivian Cuello, de Caribe Afirmativo, hizo hincapié en la importancia de que, en su informe final, la CEV vaya más allá de las cifras y realice un análisis de las violencias que sufrieron aquellos grupos poblacionales que en general no representan un gran número de casos, pero cuyas experiencias no pueden ser invisibilizadas, como es el caso de las vulneraciones a los derechos humanos de las mujeres LBT, de los hombres trans y de los niños, niñas y adolescentes lesbianas, gays, bisexuales y/o trans.

Por su parte, Angelo Muñoz y Franklin Quiñonez, de la Fundación Arco Iris de Tumaco, señalaron la importancia de contar con cifras oficiales y de establecer mecanismos para superar la impunidad judicial en los casos de violencia contra personas afro-LGBT en el marco del conflicto armado. “La visibilización permitiría avanzar en la desnaturalización de la discriminación y violencia contra las personas Afro-LGBT y facilitaría la construcción de confianza de las víctimas con las entidades estatales”, señaló Quiñonez.

Alejandra Londoño, integrante del Grupo de Trabajo de Género de la CEV, hizo énfasis en que si bien desde el mandato de la CEV se pretende abordar de la manera más precisa los patrones y las causas del conflicto y las implicaciones que tuvieron en la sociedad colombiana, la legitimidad de esta información finalmente deviene de las víctimas y de su ardua labor por acercarse a la verdad de lo que sucedió en el conflicto armado. Por ello, hizo énfasis en la necesidad e importancia de que la CEV y las organizaciones Afro-LGBT trabajen conjuntamente, en especial en el actual contexto, en el que hay que reforzar los esfuerzos para acercar a la sociedad civil a estos espacios.

Así mismo, los representantes de la sociedad civil Afro-LGBT coincidieron en que el racismo y la discriminación de las entidades estatales y el histórico abandono estatal de los territorios jugaron un rol fundamental para el asentamiento de las violencias, y recomendaron a la CEV orientar el ejercicio de no repetición a la transformación de las condiciones de pobreza y exclusión de las víctimas Afro-LGBT y fijar bases para resignificar el rol de las personas LGBT dentro de las comunidades Afro.

Movimiento Trans en Colombia alza su voz para denunciar los altos índices de violencia y discriminación que viven en medio de la pandemia

El Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) muestra su preocupación por los altos índices de violencia y discriminación hacia la población LGBTI durante la pandemia de COVID-19. El panorama en Colombia presenta avances, pero también preocupantes situaciones de violación de derechos humanos y violencia contra la población LGBTI, las cuales se han exacerbado durante COVID-19. Según Colombia Diversa, en los primeros seis meses del presente año se han registrado 26 asesinatos de personas LGBTI[1]. De estos casos, 15 ocurrieron durante las medidas de aislamiento obligatorio por la pandemia. De acuerdo con cifras de Caribe Afirmativo, a 100 días de aislamiento en el Caribe colombiano[2], se tiene registro de 12 muertes violentas de personas LGBTI: 4 mujeres trans, 4 lesbianas y 3 hombres gays asesinados, más una mujer trans que murió por COVID- 19 en vía pública esperando atención; además, 3 mujeres trans fueron víctimas de violencia policial[3].

Más allá de las cifras, lo que preocupa es la persistencia de un contexto de discriminación y exclusión que da paso a que estos episodios de violencia sean legitimados o invisibilizados. En especial, preocupa el aumento de violencia en contra de personas trans, quienes se encuentran en especial situación de vulnerabilidad y marginalidad en medio de la pandemia. La sistemática e histórica discriminación a la que ha sido sometida esta población, les limita en herramientas para afrontar la crisis: las cifras de informalidad laboral son mucho más altas que las del resto de la población[4]; temen utilizar los servicios de salud por miedo a ser rechazades y a no recibir una atención de calidad, motivo que les lleva a buscar servicios clandestinos poniendo en riesgo su salud física, emocional y mental[5], y suelen ser blanco de discriminación no únicamente por las instituciones estatales y la policía, sino también por el grueso de la población colombiana.

A las repercusiones y afectaciones desproporcionadas que tienen las personas trans como resultado de la pandemia, se suman los altos índices de asesinatos y agresiones en razón a su identidad de género. Recientemente, el 6 de julio, en Medellín, Shantall, una mujer trans venezolana, fue asesinada[6]. Tan solo dos días antes, en el municipio de Circasia, Quindío, Mateo López Mejía, un joven trans de 25 años, fue atacado con un arma de fuego mientras llevaba a cabo una actividad comunitaria[7]. El 28 de junio, Día Internacional del Orgullo, Eilyn Catalina, una mujer trans trabajadora sexual que tan solo tenía 21 años de edad, fue apuñalada hasta ser asesinada, en la ciudad de Medellín[8]. Estos son sólo algunos casos que retratan el alarmante incremento en los índices de asesinatos contra personas trans, que se extienden a otras ciudades como Santa Marta, Barranquilla y Bogotá[9].

Sumado a lo anterior, han sido constantes los episodios de abuso policial y discriminación institucional, en especial en áreas de la salud y en centro carcelarios[10], lo que se ha convertido en una barrera para la plena garantía de los derechos fundamentales de las personas trans en medio de la pandemia.

Ante esta difícil situación, la Red Comunitaria Trans convocó recientemente a su ya tradicional marcha del Orgullo Trans (#YoMarchoTrans) con un contundente mensaje de denuncia y rechazo en contra de la situación de violencia que se ha agudizado en el contexto de la pandemia[11]. Este ejercicio de protesta se replicó multitudinariamente en ciudades como Medellín, Tunja y Arauca.  Recientemente, también se conoció el fallo de tutela de una jueza que ordena al Ministerio del Interior de Colombia a iniciar las gestiones administrativas para la efectiva implementación del Decreto 762 de 2018, norma que delimita la Política Pública LGBTI del país, luego de la tutela impuesta por Laura Weinstein, directora de la Fundación GAAT (Grupo de Acción y Apoyo a personas Trans[12]). Estos representan tan sólo unos pocos de los ejercicios de resistencia que se extienden a lo largo de todo el país, en el que son las organizaciones y redes de apoyo LGBTI quienes han debido adelantar acciones para garantizar su seguridad, integridad y subsistencia a esta población ante el abandono estatal en medio de la emergencia sanitaria.

Desde Raza e Igualdad respaldamos los actos de denuncia y rechazo de las organizaciones LGBTI y del movimiento trans en particular. De igual manera, invitamos al Gobierno Nacional a:

  1. Acatar el fallo de tutela en el que se le pide que desarrolle acciones para implementar la Política Pública LGBTI desde un enfoque participativo e interseccional que garantice la inclusión de las propuestas del movimiento LGBTI colombiano.
  2. Garantizar la inclusión de las personas LGBTI, en especial de las personas trans, en el diseño, implementación y monitoreo de las medidas que se adopten para hacer frente a la pandemia.
  3. Reforzar los esfuerzos para garantizar la debida investigación y sanción de los hechos de violencia y discriminación de los que han sido víctimas las personas trans, y adelantar las investigaciones disciplinarias pertinentes en los hechos en que se ven envueltos funcionaries públicos y/o miembros de las fuerzas de seguridad.
  4. Fortalecer la coordinación con los gobiernos locales a fin de adelantar todas las acciones necesarias para garantizar los derechos de las personas LGBTI en temas relativos a salud, seguridad alimentaria, hospedaje y en general todas las necesidades básicas insatisfechas.

[1] https://www.kienyke.com/colombia/derechos-legbti-en-colombia-dia-del-orgullo-2020

[2] Que se cumplen el 07 de julio de 2020.

[3] https://www.facebook.com/caribeafirmativo/photos/a.1517908841868740/2737408936585385/?type=3&theater

[4] https://www.dejusticia.org/personas-trans-como-sobrevivir-al-aislamiento-por-coronavirus/

[5] https://telemedellin.tv/por-miedo-al-rechazo-poblacion-trans-no-utiliza-servicios-de-salud/396508/

[6] https://twitter.com/redcomunitariat/status/1280524111270285312

[7] https://www.rcnradio.com/colombia/eje-cafetero/mientras-realizaba-labor-social-lider-trans-fue-asesinado-en-el-quindio

[8] https://www.eltiempo.com/colombia/medellin/denuncian-asesinato-de-mujer-trans-trabajadora-sexual-en-medellin-512210

[9]http://oldrace.wp/es/espanol/raza-e-igualdad-expresa-su-preocupacion-y-hace-un-llamado-a-la-cidh-a-pronunciarse-sobre-la-grave-situacion-de-violencia-y-discriminacion-que-atraviesa-la-poblacion-lgbti-en-colombia-en-medio-de-la-em/.

[10] http://oldrace.wp/es/espanol/raza-e-igualdad-expresa-su-preocupacion-y-hace-un-llamado-a-la-cidh-a-pronunciarse-sobre-la-grave-situacion-de-violencia-y-discriminacion-que-atraviesa-la-poblacion-lgbti-en-colombia-en-medio-de-la-em/

[11] https://www.facebook.com/watch/?v=270476960710160

[12] https://twitter.com/GrupotransGAT/status/1278744385199489031

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