Aproximándose el Decenio Internacional para los Afrodescendientes, el Estado cubano sigue sin abordar el racismo en la isla

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“Exigimos por este medio que se cumpla el artículo 42 de la Constitución vigente que proscribe la discriminación por el color de la piel y otros tipos de discriminaciones. Para ello proponemos que se analicen estos comentarios discriminatorios y se ofrezca una disculpa pública mediante los medios de difusión masiva que tengan a su alcance”. […]

“Exigimos por este medio que se cumpla el artículo 42 de la Constitución vigente que proscribe la discriminación por el color de la piel y otros tipos de discriminaciones. Para ello proponemos que se analicen estos comentarios discriminatorios y se ofrezca una disculpa pública mediante los medios de difusión masiva que tengan a su alcance”.

Así termina la carta que presentó el 30 de octubre del año 2019, Raúl Soublett, Coordinador general de Alianza Afrocubana, una de las organizaciones afrocubanas que defiende los derechos LGBT, al director del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), Alfonso Noya Martínez.

La carta surgió después de que el martes 29 de octubre se televisara el programa Con 2 que se quieran, en el cual se transmitió una entrevista con el historiador del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera, quien se refirió al reconocido bailarín Andrés William como “Azul”, burlándose de su color de piel y diciéndolo en tono despectivo.

Hasta el día de hoy, la Alianza Afrocubana no ha recibido respuesta alguna sobre este inconveniente que causó la indignación de una gran parte de la sociedad cubana. Pero este caso no solo se queda en la televisión, sino que se extrapola a la sociedad y las instituciones, en donde aún existen fuertes sesgos discriminatorios hacia los afrocubanos y miembros de la comunidad LGBTI.

Un caso que ejemplifica esta problemática es el de Luis Ángel, un chico afrodescendiente gay que vive en la provincia de Santa Clara, quien fue agredido verbalmente y luego físicamente por varios policías.

“Eran más o menos la una de la mañana de un sábado. Nos encontrábamos un grupo de amigos en Parque de Las Arcadas de Santa Clara y se acercaron dos policías a pedirnos los documentos de identidad, pero yo no tenía el mío debido a que hacía dos semanas los había perdido en una guagua (buseta)”, cuenta Luis Ángel.

Como no pudo mostrar sus documentos, los policías lo trasladaron a la estación más cercana. “Al llegar me sometieron a un interrogatorio como si yo fuera un criminal. Me sentí sucio, como si por ser homosexual y además negro fuera algo malo. Uno de esos oficiales me dijo que eso lo hacían porque nos vieron ‘mariconeando’ en el parque y que ellos no querían maricones en Santa Clara, que ya la ciudad tenia bastantes pájaros. Que nosotros éramos unos inmorales, cuando en realidad lo que estábamos haciendo era conversando y riéndonos y haciendo cuentos”.

Tras pedirle al oficial que lo respetara, uno de los oficiales le cayó a golpes a Luis Ángel. Posteriormente le pusieron una multa de 500 pesos, aunque no había cometido ningún delito. “Cuando iba saliendo de la estación, varios de los policías que estaban allí se empezaron a burlar de mí, a decirme, Margarita, amapola, maricona, negra pordiosera, entre otras ofensas”, recuerda el joven.

Varios organismos internacionales han emitido recomendaciones al Estado cubano en materia de discriminación racial.  Por ejemplo, a la luz de la resolución 68/237 de la Asamblea General proclamando el Decenio Internacional para los Afrodescendientes (2015-2024) y de la resolución 69/16 sobre el programa de actividades del Decenio, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD, por sus siglas en inglés) recomienda al Estado cubano que en su próximo informe incluya información precisa sobre la implementación de su Plan de Acción para el Año Internacional de los Afrodescendientes y de su programa nacional así como de las medidas concretas adoptadas en este marco, a la luz de su recomendación general núm. 34 (2011) sobre discriminación racial contra afrodescendientes.

La CIDH apoyó lo señalado por el CERD aduciendo que la población afrodescendiente cubana continúa siendo víctima de racismo y discriminación estructural, con una brecha de desigualdad para el ejercicio de los derechos económicos, sociales, cultuales con relación al resto de la población. Finalmente, la CIDH también reafirmó su preocupación con respecto a la falta de inclusión del enfoque de género en las políticas contra la discriminación.

No obstante, hasta el día de hoy Cuba no ha enviado a la CIDH ningún informe sobre medidas concretas para minimizar y acabar con el racismo en la isla.

Desde la sociedad civil cubana, y especialmente desde la Alianza Afrocubana, se realiza un amplio plan de acciones para llegar a los sectores más desfavorecidos, pero esta organización no es reconocida por el Gobierno cubano, por lo que muchas veces sus activistas son maltratados por las autoridades.

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