Día Internacional del Periodista: en Nicaragua “es una profesión de alto riesgo”

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Washington, D.C. 8 de septiembre de 2020. En este Día Internacional del Periodista, el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) reconoce el trabajo de las y los periodistas nicaragüenses que realizan su labor en un contexto de pandemia, pero también en medio de una crisis de derechos humanos que se ha […]

Washington, D.C. 8 de septiembre de 2020. En este Día Internacional del Periodista, el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) reconoce el trabajo de las y los periodistas nicaragüenses que realizan su labor en un contexto de pandemia, pero también en medio de una crisis de derechos humanos que se ha extendido ya por más de dos años y que ha significado para ellas y ellos ataques, persecución, amenazas, prisión, criminalización, exilio y el cierre de varios de sus medios de comunicación.

Los más recientes embates para el periodismo independiente en Nicaragua incluyen la judicialización de al menos cinco periodistas por los supuestos delitos de injurias, calumnias y amenazas; y el cobro millonario de impuestos al Canal 100% Noticias, que desde diciembre de 2018 fue confiscado por la Policía, e imposibilitado de transmitir su programación a través de la televisión abierta.

En el primer semestre del año, además fallecieron seis periodistas tras enfermarse con COVID-19 en el ejercicio de sus labores, y otros han reportado haberse contagiado, pero lograron recuperarse.

En este sentido, las libertades de prensa y de expresión se han visto mayormente limitadas por las autoridades. “Han usado la pandemia, han usado el tema del COVID-19 para aumentar la represión e impedir que la gente esté informada”, refiere Cristiana Chamorro, directora ejecutiva de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), una organización nicaragüense que defiende la libertad de expresión y el acceso a la información pública en Nicaragua.

Raza e Igualdad conversó con Cristiana sobre la situación actual del periodismo independiente en su país, y estas son sus valoraciones.

¿Cómo está al día de hoy la situación del periodismo independiente en Nicaragua, hay nuevas formas de represión al cumplirse dos años y medio de crisis?

Sí, desde el 2018 hasta el presente, llevamos documentados 2,213 distintos casos de violaciones a la libertad de prensa. En el 2020, estos casos continúan aumentando, hemos tenido 52 violaciones en los primeros tres meses del año, es decir 17 en cada mes. En julio tuvimos una violación cada día, o sea 30 casos de violaciones a la libertad de expresión y por otra parte estos casos, estos nuevos, se han revelado nuevos métodos de acoso y de represión como son la judicialización de los periodistas. Obviamente se mantiene el acceso a la información bloqueada, se mantienen los abusos de poder, la intimidación, la persecución, ya sabemos las confiscaciones que están pendientes y es una forma del régimen de seguir intimidando a la libertad de expresión.

Han usado la pandemia, han usado el tema del COVID-19 para aumentar la represión e impedir que la gente esté informada. Es necesario destacar que en la pandemia murieron varios periodistas: Gustavo Bermúdez, Sergio León Corea, José Francisco Ruíz, Alexander Espinoza, Lorenzo Larios, Mario Torres, Sandoval. Ellos murieron en el cumplimiento de su deber para informarnos a todos nosotros y a todos sus colegas, la situación de este virus y cómo protegerse. Y ellos por las razones que ya sabemos de la situación del gobierno, estaban desprotegidos. Tenemos que hacerles ese reconocimiento permanentemente, porque se mantuvieron en la primera fila, no sólo del combate contra la lucha de la represión, sino también en el servicio ciudadano.

¿Estos nuevos formatos son parte de la reinvención del periodismo bajo riesgo?

Es bien interesante cómo ha evolucionado el periodismo en dar respuesta a la censura y a la represión, es decir, ha logrado, usando las herramientas digitales, derrotar la censura y la represión que se nos impone. Porque si te das cuenta han surgido una serie de plataformas digitales, este año recibimos alrededor de 31 trabajos y el año pasado que también recibimos muchos, estos trabajos son valorados por un jurado internacional, que nosotros convocamos, y te digo, destacaron enormemente la coherencia, la valentía y la integridad, la creatividad que tenía, el nivel de profesionalismo.

Entonces la represión, podríamos decir paradójicamente, ha logrado que la calidad del periodismo y de la información digital suba. Porque antes se utilizaban las redes sociales para cosas sociales, para hablar cualquier cosa, para comunicaciones vanas y eso, pero ahora se ha encontrado que estamos reprimidos, en lo que es comunicación presencial, en lo que es canales de televisión y espacios mediáticos en general, pero los periodistas, los comunicadores y todo estos profesionales, han sabido cómo evadir esto y cómo ponerse en la primera fila. Y aquellos que han sido confiscados como Confidencial y 100% Noticias, han pasado a explorar el YouTube y los vemos todos los días y muchos de ellos están en YouTube.

Ahora, la otra cara de la moneda, es la reacción que han tenido los periodistas y pareciera que, un dicho de mi padre que decía que mientras haya una plaza pública, mientras haya un micrófono abierto, mientras haya un espacio, siempre tenemos que usar nuestra libertad de expresión. Creo que los periodistas han sabido hacerlo, y en ese sentido, el martes (hoy), la FVBCH va a premiar a periodistas que se han innovado digitalmente en defensa de las libertades públicas y de la constitución de la democracia.

¿Y qué pasa con los periodistas que están siendo judicializados?

Es importante señalar que debemos mantener una solidaridad muy grande con estos periodistas que están siendo judicializados por el régimen. Pareciera que esa es la última arma que están usando en los departamentos y a distintos medios para intimidarlos. Los están acusando de injurias y calumnias sólo por haber cumplido el deber de informar. Ahí hay que destacar el trabajo de Kalúa Salazar de La Costeñísima, de David Quintana de Boletín Ecológico, William Espinoza y todos los otros que han sido víctimas de atrocidades y del uso de la pandemia para aumentar la represión.

¿Por qué cree usted que las autoridades se empecinan en perseguir en acosar a los periodistas independientes? ¿Qué razón hay detrás de eso?

Bueno, detrás de eso está que la libertad de expresión, al final de cuentas, es la primera de todas las libertades, entonces es, para el régimen, el principal enemigo, porque cuando vos tenés un pueblo informado y una sociedad bien informada, fuerte, es una sociedad que toma criterios, que protesta, que puede decir lo que quiere; mientras que si la mantenés desinformada la podés controlar más. Entonces ellos atacan a los periodistas y quisiesen que no hubiese periodismo libre.

Para toda dictadura, el primer enemigo y lo primero que comienzan a atacar son los medios de comunicación y los periodistas independientes y aquí en Nicaragua, ha habido una repuesta tan valiente desde los periodistas, en defensa de su independencia. El régimen no esperaba eso, porque aquí vos has visto muchos periodistas que no se dejan comprar, porque tienen un sentido altísimo de su vocación, y saben que su vocación es servir a la verdad.

Entonces la libertad de expresión para ellos es cómo la cruz al diablo, una cosa así. Siempre ha sido. Y una de las primeras víctimas del 18 de abril, fue un periodista, no es casualidad que eso haya pasado. Y después vimos todo, cómo en el 2018 criminalizaron la labor del periodismo, cómo echaron presos a Miguel Mora y a Lucía Pineda, fue una cosa impresionante. Mantuvieron a La Prensa también limitada en su materia prima para que no diera información.

¿La situación de los periodistas en Nicaragua es particular o es comparable con otras realidades en América Latina?

Sí, es comparable en algunas partes, digamos en Bolivia y en algunos otros han usado la pandemia para restringir la información. Hay otras partes del mundo que sí han usado… en China fue espantoso también. Y como dijo el Papa, cuando no informás, cuando no atendés a la gente, estás comenzando a cometer un genocidio porque la gente muere por estar desinformada.

Sí hay casos, pero el de Nicaragua es particular porque es doble. No sólo es un régimen que quiere controlar el tema del COVID-19, sino que también ya estaba ensañado contra la libertad de expresión desde antes. Desde el 2007 comenzó una escala paso a paso para ir controlando la información, las políticas del secretismo, de no dar información y así fue escalando hasta que llegamos ahora al 2018, que hubo hasta torturas a periodistas y una persecución que de pronto se ha vuelto peligroso ejercer el periodismo. Es una profesión de alto riesgo, en este momento. Ser periodista independiente es ser considerado un enemigo del régimen.

Foto de portada: Jorge Mejía Peralta, vía Flickr.

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