Mensaje de Carlos Quesada – Director Ejecutivo – Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) – Con ocasión del Día Internacional por la Eliminación de la Discriminación Racial

Al recordar el Día Internacional por la Eliminación de la Discriminación Racial implica reconocer que todo tipo de discriminación, racismo, xenofobia e intolerancia conexas se constituyen un flagelo que quebranta las estructuras sociales políticas, económicas y culturales de los Estados, imposibilitando la configuración de sociedades justas, equitativas y pacíficas.  Luchar por la eliminación de todas […]

Al recordar el Día Internacional por la Eliminación de la Discriminación Racial implica reconocer que todo tipo de discriminación, racismo, xenofobia e intolerancia conexas se constituyen un flagelo que quebranta las estructuras sociales políticas, económicas y culturales de los Estados, imposibilitando la configuración de sociedades justas, equitativas y pacíficas.  Luchar por la eliminación de todas las formas de discriminación es uno de los pilares fundamentales para promover la cohesión social, el derecho a la vida y la diversidad de los pueblos, esto como mecanismo que afianza la seguridad y la convivencia dentro de un mismo Estado.

En nuestra región el problema de la discriminación racial se sigue manifestando de distintas maneras. En Colombia los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) no han impedido que decenas de líderes y lideresas afrodescendientes hayan sido asesinados en el último año. En Brasil, la brutalidad policial contra los jóvenes afrodescendientes y los asesinatos de mujeres Trans afrodescendientes son alarmantes y quedan en la impunidad; en la República Dominicana continúa acentuándose el racismo estructural contra los dominicanos de ascendencia haitiana; en Cuba sigue habiendo una negación total del problema de discriminación racial y una represión brutal hacia quienes quieren visibilizarlo;  en Perú hasta el 2017 se realizó un censo nacional para cuantificar la cantidad de afrodescendientes; y en Panamá sigue existiendo una invisibilidad estadística acerca número real y de los problemas que enfrentan los afrodescendientes, por citar solo unos ejemplos.

Las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA) han creado instrumentos de orden internacional para contrarrestar los nocivos efectos de prácticas discriminatorias por distinción de raza, sexo, idioma, orientación sexual e identidad de género o religión; entre ellos La Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia, que reafirma el compromiso de los Estados en las Américas con la eliminación de la discriminación racial y la realización efectiva del principio de igualdad en la región, donde se avanza en la definición legal de formas contemporáneas de racismo,  así como también, consolida estándares internacionales., estipulados también, en la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial.  Es imperativo reconocer los esfuerzos que los Estados y organismos Internacionales han promovido como dispositivos de protección del derecho universal a una vida digna y la realización efectiva al principio de igualdad y la libertad de los pueblos étnicos; sin embargo,  las transformaciones que ha sufrido el fenómeno de la segregación y la marginalidad en la región, hoy por hoy, se siguen manifestando en los índices de pobreza, desempleo, desplazamiento forzado, y en la ausencia de políticas públicas efectivas que garanticen el derecho a la educación, la salud y la vida digna de las comunidades afrodescendientes e indígenas, especialmente de las mujeres.

Por lo anterior, hacemos un llamado urgente a los organismos internacionales y a los Estados  para redoblar esfuerzos y adoptar las medidas necesarias para erradicar cualquier forma de discriminación en todas sus formas y manifestaciones, de tal manera, que se prevengan y combatan las doctrinas y prácticas racistas que menoscaban los ideales de toda sociedad humana. Así mismo, hacemos un llamado enérgico para que los Estados, en su efectivo compromiso por combatir la discriminación y toda forma de intolerancia en los territorios, ratifiquen La convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia, ratificada hasta la fecha, por Costa Rica y Uruguay, esto como una forma de avanzar en la lucha por el respeto universal y efectivo de todos los derechos humanos fundamentales y la protección de la vida de los que hoy están siendo segregados.

La lucha contra la discriminación racial es labor de todas y todos sin importar edad, sexo, religión, origen nacional o étnico, orientación sexual o identidad de género; por tanto, el pleno conocimiento de los alcances de la segregación y separación que este problema produce, en hombres y mujeres, jóvenes, niños y niñas incumbe a todas las instituciones sociales; esto como alternativa que contrarresta la banalización de los discursos que sustentan la discriminación racial y formas conexas de intolerancia; y que permiten la construcción de ideales de respeto, comprensión y altruismo en todos los grupos sociales.

Raza e Igualdad desde su labor misional por la defensa, protección y promoción de los derechos humanos de poblaciones en condiciones de marginalidad, ya sea por origen nacional o étnico; orientación sexual o identidad de género, se compromete a seguir luchando contra el flagelo de la discriminación racial, así como a seguir denunciando y luchando contra toda forma de discriminación donde quiera que se manifieste trascendiendo a toda forma de criminalización de la protesta y denuncia social.

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