Movilidad humana en clave Interseccional: mujeres afrodescendientes en contexto migratorio

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Colombia, 16 de diciembre del 2022.-de diciembre de 2022. Las personas en situación de movilidad humana se enfrentan cotidianamente a una estructura de desigualdad social que promueve la ocurrencia y la impunidad de violencias en su contra y que, además, se materializa en la falta de protección y garantía de sus derechos. En marco de […]

Colombia, 16 de diciembre del 2022.-de diciembre de 2022. Las personas en situación de movilidad humana se enfrentan cotidianamente a una estructura de desigualdad social que promueve la ocurrencia y la impunidad de violencias en su contra y que, además, se materializa en la falta de protección y garantía de sus derechos. En marco de la conmemoración del Día Internacional de las personas Migrantes, Raza e Igualdad insta a los Estados de la región a formular e implementar políticas públicas dirigidas a garantizar el reconocimiento de las distintas formas en las que se interseccionan las injusticias sociales y que profundizan las situaciones de riesgo de las personas que integran los flujos migratorios mixtos provenientes de Venezuela. Así mismo, y en vista del cierre de los 16 días de activismo en contra de las violencias hacia las mujeres, resaltamos que en estos contextos las mujeres enfrentan múltiples vulneraciones a sus derechos asociadas a violencias basadas en género, xenofobia, LGTBIfobia y racismo.

¿Por qué es relevante pensar en clave interseccional en los contextos de movilidad humana?

Los estudios sobre interseccionalidad y migración[1] han señalado cómo la configuración de estas desigualdades y relaciones de poder basadas en jerarquías sociales, clasificaciones sociales y diversas posicionalidades históricas que se han consolidado, por ejemplo, a partir del género, la pertenencia étnico-racial, la condición migratoria, la nacionalidad, la orientación sexual de personas en situación de movilidad, se traducen en grandes barreras y brechas en el mercado laboral, condiciones socieconómicas, violencias físicas, psicológicas, sexuales y feminicidios. Asimismo, explican la manera en la cual se reproducen estas desigualdades, considerando factores estructurales y analizando realidades específicas (situación espacial-temporal[2]) y relacionales de estas jerarquías sociales.

En ese sentido, resaltamos que, estos estudios han servido para defender que no se puede equiparar la experiencia que tienen los hombres y las mujeres del fenómeno de la migración. Ana Silva Cuesta[3] en “Women: Facing the Challenge of Migration hace énfasis en cómo en las situaciones de necesidad de supervivencia los cuerpos de las mujeres tienen una experiencia diferenciada de la migración. A través de su estudio se demuestra cómo las mujeres están sometidas a un doble proceso de discriminación: por un lado, el que se refiere a las dificultades que toda persona migrante debe soportar para obtener la ciudadanía del lugar al que migraron; y, por otro lado, el que tiene que ver la frontera de género en la que se dan, en muchas ocasiones simultáneamente, procesos de “feminización de la pobreza” y de violencia sexual.

Desde Raza e Igualdad señalamos la importancia de utilizar siempre una perspectiva interseccional en los estudios sobre movilidad humana. Defendemos que las injusticias estructurales y las formas de opresión y dominación de los cuerpos -incluidos todos los grupos sociales oprimidos – deben pensarse desde la matriz de dominación (para usar el concepto de Patricia Hill Collins[4]) que funciona al interior de nuestra sociedad, para entender la manera en la que, las relaciones de poder configuran escenarios que vulneran los derechos y oportunidades de grupos humanos específicos.

Las mujeres afrodescendientes que migran hacia Colombia

Numerosos estudios académicos, informes e instrumentos internacionales de derechos humanos, han resaltado la importancia de analizar los impactos diferenciados que producen las crisis humanitarias para las experiencias de vida en clave de género.  Este ejercicio demanda la comprensión de las relaciones históricas, culturales y de poder que se gestan entre los roles de género asignados socialmente, para dar cuenta de las formas de violencia y las situaciones que pueden devenir en la violación de los derechos humanos de un grupo poblacional específico. Así lo reconoce la CIDH[5] en su informe,  observaciones y recomendaciones preliminares tras la histórica visita in loco a Venezuela para monitorear situación de derechos humanos, al señalar qué:

La Comisión pudo observar y recibir testimonios que dan cuenta de la situación precaria en que se encuentran grupos de personas en situación de discriminación y exclusión histórica, como es el caso de las niñas, niños y adolescentes; mujeres; mujeres embarazadas; personas mayores; personas viviendo en condición de pobreza; personas con discapacidad; pueblos indígenas; personas LGBTI; personas afrodescendientes; entre otras. En vista de los riesgos particulares que enfrentan estos colectivos, que los sitúa en extrema vulnerabilidad con afectaciones a sus derechos humanos, la Comisión considera que el impacto de la migración forzada debe encararse con una visión diferenciada”.

En este contexto afirmamos que las mujeres afrodescendientes sufren afectaciones diferenciales en la configuración de estas desigualdades que profundizan las violencias que se surten en los contextos migratorios, pues; por una parte, son víctimas de racismo estructural y de discriminación fundamentadas en la pertenencia étnico racial; y, por otro lado, viven a diario violencias basadas en género que se traducen en fetichización y cosificación de los cuerpos de mujeres afrodescendientes. Asimismo, son víctimas de las violencias a razón de su orientación sexual, identidad y/o expresión de género (OSIEG).

Algunos datos para entender la violencia estructural en estos contextos

En relación con la situación de la población afrodescendiente venezolana migrante, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)[6] desarrolló el estudio “Personas migrantes y refugiadas venezolanas afrodescendientes en cinco países de América Latina. Estudio exploratorio«, en el cual se caracteriza a la población, se analiza el acceso a derechos y las experiencias de desigualdad y discriminación basadas en la pertenencia étnico-racial en los países de acogida, en el caso del estudio se analiza la situación en Colombia, Chile, Ecuador, Panamá y Perú.

Entre los resultados del estudio, el 44,2% de las personas encuestadas, indican que son más discriminadas las personas afrodescendientes en situación de movilidad humana, con respecto a las personas no afrodescendientes. De igual forma, se registran las diversas experiencias y desigualdades que viven a diario mujeres afrodescendientes venezolanas en situación de movilidad humana, como el siguiente caso en Colombia:

Yo estudié hasta segundo año de secundaria, pero aquí yo no salgo a trabajar porque tengo cuatro niños pequeños. Actualmente vivo en una casa pequeña de dos habitaciones donde estamos 10 personas, mi esposo, mis cuatro hijos, mi hermana y mis sobrinos. Si me pregunta le digo que vivimos un poco mejor a como estábamos en Venezuela.

Pero siento que en Colombia me tratan de manera despectiva. Tengo muchos ejemplos de personas en la calle que me dicen palabras ofensivas a mí y a mis hijos por su color de piel y por ser venezolanos. Dos de mis hijos son de piel muy clara y a veces la gente se acerca a decirle cosas bonitas por sus rasgos mientras que a mis otros dos hijos los ignoran o les dicen palabras despectivas[7]

La situación de la población afrodescendiente en situación de movilidad humana haitiana en Colombia y en diversos países de la región, señala el patrón global desigual y exclusión que afecta diferencialmente a personas afrodescendientes migrantes. La migración reciente y más antigua se caracteriza por la situación de precariedad socioeconómica y de desigualdad social que se vive en el país, desastres naturales, violencia política y la sistemática discriminación racial como lo señala Daymar Martínez en su artículo «Migración en América Latina y el Caribe: Haití, Colombia y Venezuela[8].

En Colombia, se ha presentado un alto flujo migratorio de población haitiana en el Tapón del Darién, que tiene como destino el paso entre Panamá y Estados Unidos, una de las rutas más peligrosas y en la cual se han registrado casos de abuso sexual hacia mujeres y niñas como lo ha indicado la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)[9]. Como el caso de Loutianie[10] quién vivió este trayecto con su familia: Caminar siete días por la selva con niños chiquitos es muy difícil. Nos robaron dinero, comida, la leche de Neymar, los pañales.”

En esta situación, a nivel nacional no se ha contado con una respuesta que garantice la protección de sus derechos y acciones en contra de las graves vulneraciones que viven personas haitianas en situación de movilidad humana en el país. De igual forma, es poca la información disponible sobre la situación diferencial que viven mujeres haitianas en el país y de las barreras que viven para acceder a sus derechos.

 

*Este documento fue posible gracias al apoyo del pueblo Americano y el Gobierno de Estados Unidos, a través de su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID). Los contenidos son responsabilidad exclusiva de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de USAID ni del Gobierno de los Estados Unidos. 

 

 

 

[1] 1 Magliano, María. (2015). Interseccionalidad y migraciones. Potencialidades y Desafíos. Estudos Feministas, Florianópolis, 23(3), 691-712. Piscitelli, Adriana. (2008). Interseccionalidades, categorías de articulação e experiências de Migrantes brasileiras. Socie- dade e Cultura, v.11, n.2, p. 263-274. Defensoría del Pueblo y Fondo de Población de las Naciones Unidas en el Perú. (2021). Violencias basadas en género contra migrantes en el Perú.

[2] ANDERSON, Cynthia. “Understanding the Inequality Problematic: from Scholarly Rhetoric to Theoretical Reconstruction”. Gender and Society, v. 10, n. 6, p. 729- 746, dic. 1996.

[3] Silva Cuesta, Ana (2021). Women: Facing the Challenge of Migration, En: Human Displacement from a Global South Perspective. Cham: Palgrave Macmillan. doi.org/10.1007/978-3-030-64819-0

[4] Collins, Patricia Hill  (2000).  Black feminist thought: Knowledge, consciousness, and the politics of empowerment.  NY: Routledge.

[5] IDH (2020) observaciones y recomendaciones preliminares tras la histórica visita in loco a Venezuela para monitorear situación de derechos humanos. Recuperado de: https://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2020/106.asp

[6] Organización Internacional para las Migraciones- OIM. (2022). Personas migrantes y refugiadas venezolanas afrodescendientes en cinco países de América Latina – Estudio exploratorio.

[7] Historia de vida registrada en el informe: Personas migrantes y refugiadas venezolanas afrodescendientes en cinco países de América Latina – Estudio exploratorio de la Organización Internacional para las Migraciones (2022).

[8] Daymar Martínez. (2022). Migración en América Latina y el Caribe.  Tricontiental. Consultado en: https://thetricontinental.org/es/argentina/nuestraamerica2-martes/

[9] Organización Internacional para las Migraciones- OIM. (2022). Poder en Movimiento. Historias de Mujeres Migrantes Haitianas. https://rosanjose.iom.int/es/stories/poder-en-movimiento-historias-de-mujeres-migrantes-haitianas

[10] ibidem para 12.

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