Resistir no es aguantar: cómo entender la violencia desproporcionada del conflicto armado y buscar la reparación integral de los pueblos étnicos en Colombia

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Colombia, 18 de agosto de 2022.– El pasado 2 de agosto de 2022, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (CEV), publicó el volumen Resistir no es aguantar: violencias y daños contra los pueblos étnicos de Colombia, de su informe final Hay futuro si hay verdad.[1] Los pueblos […]

Colombia, 18 de agosto de 2022.– El pasado 2 de agosto de 2022, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (CEV), publicó el volumen Resistir no es aguantar: violencias y daños contra los pueblos étnicos de Colombia, de su informe final Hay futuro si hay verdad.[1] Los pueblos étnicos han enfrentado violencias diferenciadas y desproporcionadas en el marco del conflicto armado en Colombia. Estas violencias y daños fueron documentados por la Comisión a través de testimonios, informes, experiencias y reflexiones, para construir un relato amplio de las afectaciones e impactos del conflicto armado en los pueblos étnicos. El Instituto Raza e Igualdad celebra la presentación de este capítulo del informe y hace un llamado al nuevo Gobierno, a cumplir las recomendaciones señaladas por la Comisión al momento de implementar acciones que busquen mitigar las múltiples violencias que aún enfrenten los pueblos étnicos en el país a causa del conflicto armado.

Este capítulo del informe realiza un aporte fundamental para la comprensión del conflicto armado en Colombia desde un enfoque étnico-racial y una perspectiva interseccional. Para ello, parte de la pregunta de quiénes son los pueblos étnicos, resaltando el carácter pluriétnico y multicultural de Colombia. En este sentido, la Comisión de la Verdad realiza un reconocimiento a la existencia de un contínuum de violencias contra los pueblos étnicos, resultado de una larga historia de trato colonial y racismo estructural que ha dado lugar a la deshumanización y a la naturalización de la violencia. Por ejemplo, la Comisión indicó que violencias como el despojo y su naturalización derivan de prácticas de despojo desde la colonización. De esta manera, se trata de violencias históricas que han configurado un sistema de dominación, discriminación, desigualdad y desterritorialización que se han mantenido y se evidencian en el marco del conflicto armado.

Teniendo en cuenta los antecedentes históricos de los pueblos étnicos en Colombia, este capítulo hace una especial explicación, descripción y análisis de la violencia en los territorios étnicos y sus impactos. En particular, enfatiza en la relación especial, ancestral y territorial de los pueblos étnicos con sus territorios y, por tanto, los impactos diferenciados de la presencia de grupos armados en sus territorios. Para ello, la CEV identifica los corredores del conflicto armado en 17 macroterritorios étnicos. Es importante destacar que no solo toma en cuenta territorios étnicos con titulación colectiva, sino también las áreas no tituladas con mayor presencia de esta población. De esta manera, se aplican enfoques étnico-racial y territorial en el análisis de las dinámicas del conflicto armado, incluyendo el reconocimiento de las dinámicas de desplazamiento forzado que han afectado de manera desproporcional a los pueblos étnicos.

De acuerdo con la CEV, las ideas de que los territorios étnicos son de “nadie”, “salvajes”, “sin desarrollo” y que los pueblos étnicos “aguantan todo”, han llevado a la apropiación de los territorios y cuerpos racializados por parte de los actores armados del conflicto. El informe describe que las violencias contra pueblos étnicos están enmarcadas “en un conjunto amplio de victimizaciones que solo es posible comprender y explicar desde un enfoque de daños, entendidos como universo de tratos crueles, inhumanos y degradantes, que producen graves sufrimientos físicos, morales, psicológicos y espirituales”.[2]

Desde una perspectiva interseccional, el capítulo étnico realiza un reconocimiento de las violencias que derivan de la lógica heredada de las prácticas coloniales, que han evolucionado en formas de opresión racistas y patriarcales contra mujeres indígenas, mujeres negras, personas afro LGBTI+ y personas indígenas LGBTI+. En el caso de personas afrocolombianas LGBTI, haciendo referencia al informe «‘Nos decían: tras de negras, maricas’», entregado por Raza e Igualdad, Caribe Afirmativo, Somos Identidad y Arco Iris de Tumaco, la CEV reconoce que existen imaginarios raciales que enmarcan los prejuicios contra la diversidad sexual y de género que han conducido a la mercantilización e instrumentalización de los cuerpos racializados.[3]

Finalmente, el informe realiza recomendaciones específicas para avanzar en la construcción de paz desde un enfoque étnico-racial y territorial con una perspectiva interseccional. Entre ellas, es importante resaltar la necesidad latente de implementación plena e integral del Capítulo Étnico del Acuerdo de Paz, la restitución de territorios étnicos, el desminado humanitario, la construcción de planes de desarrollo territorial propio y buen vivir en los macroterritorios étnicos más afectados, la recuperación del tejido social, la reincorporación de excombatientes desde un programa de armonización con pueblos étnicos, la protección efectiva de territorios étnicos y su biodiversidad, entre otras recomendaciones.

Desde el Instituto Raza e Igualdad reconocemos los esfuerzos de la Comisión de la Verdad para construir un relato amplio de las violencias y daños contra los pueblos étnicos en el marco del conflicto armado en Colombia. Así mismo, resaltamos el aporte de este volumen en el reconocimiento del racismo estructural y trato colonial que ha derivado en violencias racistas y de género contra personas negras, afrocolombianas, raizales, palenqueras, indígenas y rrom. Al mismo tiempo, hacemos un llamado al Gobierno de Colombia a implementar de manera integral, ágil y eficaz las recomendaciones realizadas por la Comisión de la Verdad desde una perspectiva interseccional.

 

 

[1] Comisión de la Verdad. Resistir no es aguantar: violencias contra los pueblos étnicos de Colombia. 2 de agosto de 2022.

[2] Ibídem, Pág. 93.

[3] Ibídem, Pág. 492.

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