Raza e Igualdad: El prisionero político José Rolando Casares Soto debe obtener libertad definitiva

Raza e Igualdad: El prisionero político José Rolando Casares Soto debe obtener libertad definitiva

Washington D.C., August 20, 2020.– Este miércoles se conoció que el prisionero político José Rolando Casares Soto fue puesto en libertad condicional, noticia que él mismo comunicó vía telefónica al Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos. Como organización que promueve y defiende los derechos humanos, celebramos que el activista e integrante de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana no permanezca más en prisión y pueda convivir nuevamente con su familia, pero mantenemos nuestra demanda para que el Gobierno le otorgue la libertad definitiva y se le retiren los cargos que le fueron impuestos a él y a su esposa Yamilka Abascal Sánchez en un proceso viciado en el año 2017.

Casares Soto fue uno de los activistas destacados en nuestro informe Condenas Premeditadas, como ejemplo de la estrategia empleada por el Gobierno cubano para criminalizar a las personas que lo critican. En julio de 2016, Casares Soto fue detenido por una semana cuando él y su esposa, Yamilka Abascal Sánchez, salieron a la defensa de un amigo que estaba siendo detenido por un oficial de la Policia. En la delegación policial, fue obligado a desnudarse para registrarlo y lo sometieron a un interrogatorio. Las autoridades le informaron que estaba acusado de “atentado” y “resistencia”, pero no escuchó nada más del asunto hasta casi seis meses después cuando Casares Soto y Abascal Sánchez recibieron citaciones para juicio oral.

La sentencia

La pareja fue enjuiciada al mismo tiempo durante un juicio cerrado al público que no respetó las normas del debido proceso. Abascal Sanchez fue condenada por “desacato” y cumplió una condena de dos años de limitación de libertad desde su casa, mientras que Casares Soto fue condenado por “atentado” y “ultraje sexual”. El Gobierno lo acusó de “ultraje sexual” porque se desnudó en la estación de Policía durante su arresto en julio de 2016, pero su versión indica que fue obligado a desnudarse para buscar una memoria flash que contenía información sobre las actividades de la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana.

En el caso de Casares Soto la pena fue de cinco años de privación de libertad subsidiada por trabajo correccional sin internamiento y el 24 de mayo de 2017 le notificaron que debía cumplirla en la empresa de Construcción Civil del municipio, pero no se presentó. Por eso, su condena luego fue cambiada a cinco años de privación de libertad. Cabe destacar que después de la citación del 24 de mayo, Casares Soto no volvió a recibir ninguna otra comunicación del Tribunal o del Ministerio del Interior y luego solo se conoció de su detención el 3 de agosto de 2017 en plena calle, cuando iba a comprar medicinas para sus hijos. También se debe mencionar que cinco años de privación de libertad es una condena más larga de lo normal. Los presos políticos en Cuba frecuentemente reciben condenas entre uno y tres años.

Tres años de sufrimiento

Caseres Soto permaneció en la Prisión Kilo 5 de Pinar del Río hasta agosto de 2019, cuando fue trasladado al Centro Penitenciario de mínima seguridad “Kilo 4”. Durante su tiempo en la cárcel, presentó problemas de salud relacionados con una prótesis dental que se le rompió al momento de ser detenido, y a una prótesis en el intestino que tiene desde que era niño. Además, el 11 de mayo de 2020 fue trasladado a un hospital después de varios días con un fuerte dolor de estómago. En el centro asistencial le encontraron que tenía un cálculo renal que fue tratado con una inyección para el dolor sin que se le prescribiera ningún otro tratamiento curativo.

Casares Soto perdió tres años de su vida en prisión solo por sus creencias políticas y sufrió mucho por no poder estar con su esposa e hijos todo ese tiempo, pues cuando lo arrestaron en agosto de 2017 para cumplir su condena en la cárcel, su hija tenía un año y su hijo menor había nacido en abril pasado. “Al fin nuestros hijos disfrutarán del amor que se perdieron de su papá por tres años lucha contra el régimen totalitario (…) seguiré apoyando y exigiendo la liberación de los demás presos políticos que aún continúan encarcelados injustamente”, escribió en la red social Facebook su esposa Yamilka Abascal Sánchez, quien llegó a ser amenazada por la Seguridad del Estado con quitarle a sus hijos si continuaba con su demanda.

Este martes 18 de agosto, el Gobierno por fin aprobó una de sus varias solicitudes para libertad condicional y Casares Soto regresó a su casa. Sin embargo, todavía está sujeto a varias condiciones. Tras obtener la libertad condicional, Casares Soto denunció que en la cárcel hay personas que no han cometido ningún delito y expresó que está dispuesto a denunciar las condiciones infrahumanas en que se encuentran otros pesos políticos.

Irregularidades

Raza e Igualdad presentó peticiones ante el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de las Naciones Unidas en nombre de Casares Soto y Abascal Sánchez, considerando que ambos han sido sometidos a detenciones arbitrarias en violación de las obligaciones internacionales de Cuba en materia de derechos humanos.

Encontramos en su caso una serie de irregularidades como la falta de un fundamento jurídico par su detención, la violación de sus derechos al mantenerlo en prisión sin una orden judicial y sin informarle sobre los motivos, así como la falta de supervisión judicial en los siete días que permaneció detenido en régimen de incomunicación en 2016. Las autoridades cubanas violaron su derecho a la libertad de opinión y de expresión consagrados en los artículos 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y del Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos.

Todo ello motivado por su participación en la Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana, desde donde se manejan posiciones críticas al Gobierno y se aboga por una reforma al sistema electoral cubano. Por tanto, Raza e Igualdad demanda que a Casares Soto se le otorgue la libertad definitiva y se le respeten sus derechos a la libertad de opinión y expresión.

Raza e Igualdad condena masacre de cinco jóvenes afrocolombianos en Cali y realiza recomendaciones para el esclarecimiento y no repetición de este tipo de crímenes

Bogotá, 14 de agosto de 2020.– El Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) condena la masacre en la que fueron asesinados cinco jóvenes de familias afrocolombianas víctimas del conflicto armado residentes en el barrio Llano Verde, en la ciudad de Cali. Como organización que trabaja en la promoción y defensa de los derechos humanos, Raza e Igualdad expresa su solidaridad a las familias y comunidad dolientes, y se une a las acciones de denuncia e incidencia para que este crimen no quede impune y el Gobierno adopte las medidas necesarias para evitar que hechos como este se repitan.

Los jóvenes asesinados fueron identificados como: Juan Manuel Montaño (15 años), Jean Paul Perlaza (15 años), Leyder Cárdenas Hurtado (15 años), Álvaro José Caicedo Silva (14 años) y Jair Andrés Cortes Castro (14 años). La mañana del martes 11 de agosto habían salido juntos a una actividad recreativa, y al final del día sus cuerpos fueron encontrados con signos de tortura y tiros de gracia en un cañaduzal (plantación de caña de azúcar) con el que colinda el barrio.

Además, el jueves 13 de agosto una persona falleció y 15 resultaron heridas en esta misma localidad, luego de que una persona no identificada activara un artefacto explosivo con el que pretendía atentar contra el Comando de Acción Inmediata (CAI) de la Policía en Llano Verde, de acuerdo con el reporte de medios de comunicación.

Compresión del contexto

Raza e Igualdad hace un llamado al cumplimiento de medidas de reparación y no repetición, destacando la importancia que para ello se tome en cuenta el contexto de la población afrocolombiana desplazada por el conflicto armado, el cual se configura desde la expulsión de sus territorios ancestrales y se caracteriza hoy en día por nuevos desplazamientos, amenazas y asesinatos de líderes, lideresas, jóvenes, niñas y niños; reclutamiento forzado por parte de grupos ilegales y bandas de narcotráfico, explotación sexual de jóvenes, y carencia de oportunidades educativas y laborales.

“Detener la violencia contra comunidades afrocolombianas requiere reconocer y enfrentar los factores estructurales que subyacen: discriminación y racismo estructural históricos que han negado condiciones para garantizar igualdad y derecho a ser sujetos étnicos”, señala Pedro Cortes, asesor de Raza e Igualdad en Colombia, función desde la cual brinda acompañamiento a organizaciones afrocolombianas en la denuncia de violaciones a derechos humanos y búsqueda de justicia ante el Gobierno y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

En ese sentido, Raza e Igualdad hace una serie de recomendaciones a las autoridades locales para garantizar procesos investigativos que reconozcan la identidad étnico-racial de los jóvenes asesinados, y el contexto de afectaciones diferenciales de la población joven afrocolombiana, pero también para implementar medidas de atención y protección a las familias de las víctimas, la comunidad y sus organizaciones.

Asimismo, solicita a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a los Comités de Tratados y Procedimientos Especiales de las Naciones Unidas, reaccionar ante esta masacre y acompañar al Estado de Colombia en el proceso de esclarecimiento.

Lee el comunicado y las recomendaciones aquí.

Raza e Igualdad formula ocho recomendaciones para proteger a la población afrodescendiente de América Latina en medio de la pandemia de COVID-19

Washington D.C., 6 de agosto de 2020.- Ante la pandemia de COVID-19 que enfrenta el mundo entero, el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) se propuso analizar el contexto en que la población afrodescendiente de América Latina está viviendo esta emergencia de salud, y formuló ocho recomendaciones para los Estados e instancias de protección de derechos humanos y de cooperación internacional para generar respuestas consensuadas y ajustadas a las realidades y necesidades de las personas afrodescendientes en la región.

El análisis se realizó a partir de la información compartida en seminarios virtuales (webinars) y en diálogos sostenidos por oficiales de Raza e Igualdad con líderes y lideresas afrodescendientes, entre el 27 de marzo y el 17 de mayo del 2020. Asimismo, se analizaron los pronunciamientos de organizaciones de afrodescendientes y de organismos especializados en el tema de discriminación racial de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la población afrodescendiente en Latinoamérica está conformada por 130 millones de personas, que equivalen al 21% de la población total en la región. A la fecha no se cuenta con cifras oficiales sobre cuántas personas afrodescendientes han resultado contagiadas y cuántas han fallecido por COVID-19; sin embargo, información recopilada por organizaciones de la sociedad civil dan cuenta de las condiciones de vulnerabilidad y desigualdad en que estas enfrentan la pandemia.

La falta de información adecuada, las dificultades para acceder a los sistemas de salud y el recrudecimiento de la violencia, tanto de grupos criminales como de la policía, son factores que colocan en gran desventaja a la población, principalmente a aquella que vive en condiciones de marginalidad, como es la población afrodescendiente e indígena. «Para Raza e Igualdad es muy importante conocer a fondo la situación de las personas afrodescendientes en medio de la pandemia de Covid-19 porque esto nos permite diseñar acciones de apoyo junto a nuestras co-partes, pero también hacer recomendaciones a los Estados e instancias de protección de derechos humanos y de cooperación internacional, para que apliquen medidas adecuadas que garanticen los derechos de esta población», dijo Elvia Duque, Oficial de Programa para América Latina del Instituto y encargada de la elaboración de este análisis.

En ese sentido, Raza e Igualdad formuló ocho recomendaciones relacionadas a combatir el racismo estructural y la discriminación racial, mejorar los sistemas de salud y educación, principalmente de cara a reducir la brecha entre el sector rural y urbano; garantizar la protección de derechos humanos, recopilar datos estadísticos confiables y desagregados por etnia/raza con enfoques interseccionales, entre otras, haciendo énfasis en la necesidad que las políticas que se tomen en esta materia deben ser consultadas y elaboradas en coordinación con los líderes y lideresas afrodescendientes.

Acceda al documento con el análisis y las recomendaciones aquí.

Las fotografías que acompañan este artículo fueron facilitadas por la Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados (Afrodes) y por Sello Negro ONG.

Un mensaje de unión y fortaleza en el Día Internacional de la Mujer Afrolatinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora

Washington D.C. 24 de julio de 2020.– Desde 1992, cada 25 de julio se celebra el Día Internacional de la mujer Afrolatinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora para conmemorar el Primer Encuentro de Mujeres Afrolatinas y Afrocaribeñas que tuvo lugar ese año en República Dominicana, y que fue el punto de partida para la lucha por la reivindicación y la visibilización de la mujer afro y todo su aporte cultural y social en la conformación de los Estados.

Por eso, en el Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), de la mano de nuestras contrapartes y con el apoyo de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora (RMAAD), diseñamos una postal* con la participación de mujeres activistas afrodescendientes y lideresas lesbianas y trans representantes de 11 países de América Latina, para reconocer la invaluable labor de las mujeres afrodescendientes de las Américas en su compromiso por preservar su cultura, combatir la discriminación racial, de género y por orientación sexual, y por ser el pilar de sus hogares y comunidades.

Raza e Igualdad concuerda con la premisa de la RMAAD que describe cómo las mujeres afrodescendientes sufren una triple discriminación originada por género, raza y pobreza, por lo que este 25 de julio nos comprometemos a continuar visibilizando los desafíos que estas enfrentan, así como revisar nuestras acciones para valorar su aporte a mejorar la calidad de vida de las mujeres afrodescendientes en la región.

Si bien se estima que la población afrodescendiente en las Américas es de un 30%, que equivale a unas 300 millones de personas, el Banco Mundial considera que en América Latina y el Caribe viven aproximadamente 133 millones de personas afrodescendientes. Reconociendo que actualmente persisten vacíos estadísticos sobre la condición de las mujeres afrodescendientes, hacemos un llamado para mejorar la recolección de estos datos y así contar con las herramientas básicas para dar una adecuada respuesta a las principales demandas de las mujeres afrodescendientes en América Latina.

Ahora que la pandemia del COVID-19 ha incrementado las afectaciones y vulnerabilidad de las mujeres afrodescendientes, queremos alzar sus voces y llevar un mensaje de aliento que motive a muchas otras mujeres a sobrepasar sus crudas realidades, y recomendamos a los Estados crear y/o fortalecer los proyectos, programas y mecanismos necesarios para combatir la violencia y discriminación que afectan a las mujeres afrodescendientes de las Américas, pues solo trabajando unidos podremos cerrar las grandes brechas que enfrentan las mujeres afrodescendientes en nuestro continente.

*Como un homenaje póstumo se incluyó a Marianita Minda, lideresa ecuatoriana y fundadora de la Coordinadora Nacional de Mujeres Negras de Ecuador, quien falleció en mayo pasado.

 

CIDH otorga medidas cautelares solicitadas por Raza e Igualdad a favor del preso político cubano Silverio Portal Contreras

Washington, D.C. 23 de julio de 2020.- El Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) celebra que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) haya aceptado nuestra solicitud de medidas cautelares a favor del preso político cubano Silverio Portal Contreras. La solicitud fue enviada el 5 de junio de 2020 y la notificación de su aceptación fue recibida este miércoles. Portal Contreras enfrenta una situación de riesgo grave y el gobierno cubano debe seguir las recomendaciones de la CIDH para proteger su vida e integridad personal.

Silverio Portal Contreras es un preso político cubano que fue detenido en julio de 2018 mientras participaba en una manifestación pública. Portal Contreras es un activista independiente que ha apoyado a varios movimientos en Cuba, tales como las Damas de Blanco y el Movimiento Opositor Nueva República. Durante su tiempo en prisión, su salud se ha deteriorado severamente; ha sufrido trombosis y consecutivos ataques isquémicos y ataques isquémicos transitorios (AIT) que lo han dejado parcialmente paralizado, además que está perdiendo la visión por no recibir el tratamiento que necesita por una afectación cardíaca y por las golpizas que ha recibido de parte de autoridades penitenciarias.

En una resolución de octubre de 2019 en la que el Tribunal Provincial de La Habana negó una solicitud de licencia extrapenal a favor de Portal Contreras, se reconoce que este padece enfermedades que ponen en grave riesgo su salud y su vida, como hipertensión arterial sistodiastólica complicada, enfermedad cardiovascular isquémica, hiperglicemia para estudio e hiperlipidemia y que, por tanto, requiere “llevar seguimiento especializado para mantener compensadas sus enfermedades”. Sin embargo, los jueces resolvieron en esa ocasión que su estado de salud es compatible con el régimen penitenciario.

Raza e Igualdad solicitó medidas cautelares a favor de Portal Contreras después de que su esposa, Lucinda González Gómez, informó que no estaba recibiendo las llamadas telefónicas programadas aún después de que él reportó haber sufrido otro AIT. González Gómez también recibió varias llamadas de otros reclusos informándole que Portal Contreras había sido golpeado brutalmente por autoridades penitenciarias y colocado en una celda de aislamiento, y que esto –sumado a la falta de atención médica—lo estaba haciendo perder la vista. Al momento que la solicitud para la medida cautelar fue enviada, a inicios de junio pasado, González Gómez no había tenido comunicación con Portal Contreras por varias semanas y temía por su vida.

En la resolución otorgando las medidas cautelares, la CIDH reconoce la situación de riesgo extremo que enfrenta Portal Contreras y señala la “especial seriedad” de los hechos dado que los perpetradores de los hechos denunciados son las mismas autoridades responsables por su custodia como prisionero, y advierte sobre los efectos debilitantes y permanentes que puede sufrir Portal Contreras debido a la falta de atención médica. La Comisión también resalta el contexto que enfrentan defensores de derechos humanos en Cuba, el cual describe como “caracterizado generalmente por un clima de hostilidad, persecución y hostigamiento, particularmente respecto de aquellos que habrían manifestado su oposición al gobierno”.

Aunque el otorgamiento de las medidas cautelares es un paso importante para llamar la atención internacional sobre el caso de Portal Contreras, él todavía está en riesgo. Las autoridades penitenciarias siguen negándole la atención médica que necesita. Este miércoles, su esposa Lucinda González Gómez sostuvo una llamada telefónica con Portal Contreras y este le informó no está recibiendo los medicamentos que necesita para su condición del corazón, y como resultado está perdiendo la vista. El médico de la prisión niega que Portal Contreras tiene una condición del corazón.

Raza e Igualdad hace una llamada al gobierno cubano a implementar las recomendaciones que la CIDH hizo en la resolución con la que otorga las medidas cautelares a Portal Contreras, entre las que incluso le solicita que investigue los hechos denunciados para “evitar su repetición”. Raza e Igualdad está dispuesta a dialogar con el gobierno cubano para ayudarlos a implementar estas medidas. También urgimos a la comunidad internacional a seguir el caso del prisionero político Silverio Portal Contreras y presionar al gobierno cubano para proveerle la atención médica que necesita y dejarlo en libertad.

Lea la resolución de la CIDH aquí

Sociedad civil llama la atención de juezas y jueces mexicanos sobre la obligación del Estado de promover y defender los derechos de la población afrodescendiente en el país

Washington D.C., 15 de julio de 2020.– Representantes de organizaciones que trabajan en la promoción y defensa de la población afrodescendiente en México presentaron ante el Consejo de la Judicatura—adscrito al Poder Judicial—la situación de las personas afrodescendientes en el país, haciendo énfasis en la obligatoriedad que tiene el Estado en cumplir los mandatos y tratados internacionales que ha suscrito en esa materia y que tienen igual importancia que la Constitución Política.

El encuentro fue convocado por la Dirección General de Derechos Humanos, Igualdad de Género y Asuntos Internacionales del Consejo de la Judicatura y se dio de forma virtual el pasado 9 de julio con la participación de aproximadamente 120 jueces y juezas de todo el país. Por parte de la sociedad civil, las exponentes fueron Sagrario Cruz Carretero, profesora investigadora del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana; Tobyanne Ledesma, activista de derechos humanos, y Tanya Duarte, socióloga afromexicana y fundadora del Proyecto Afrodescendencia México.

Racismo arraigado

Cruz Carretero apuntó que la invisibilización y discriminación de la población afrodescendiente es un problema arraigado en los diferentes ámbitos de la sociedad mexicana, a la cual describió como “pigmentocéntrica”, pues asegura que desde las familias hasta las esferas públicas las personas son categorizadas según el color de su piel.  La antropóloga recordó que al 2015 las personas afrodescendientes sumaban 1.6 millones, es decir, el 1.2% de la población total, y se encontraban principalmente en los estados de Guerrero, Oaxaca, Veracruz y el Estado de la Ciudad de México.

Tanya Duarte conoce de cerca ese racismo y esa discriminación, pues gran parte de su vida ha tenido que enfrentarse con oficiales de Migración que la detienen y ponen en tela de juicio su nacionalidad mexicana simplemente por su apariencia, al punto que en varias ocasiones intentaron deportarla de su propio país. “Normalmente la credencial para votar es usada como documento de identificación, pero en mi caso no es suficiente, entonces tengo que cargar con mi pasaporte, mi CURP (Clave Única de Registro de Población) y a veces hasta con mi partida de nacimiento”, contó.

Por tal razón, su presentación ante la Judicatura se centró en la necesidad de que la población conozca y entienda la herencia africana que persiste hasta la actualidad. Entre las acciones y políticas que propuso esta activista está incluir en los libros de texto de educación básica la historia de la contribución afrodescendiente en México, mantener una campaña a nivel nacional sobre la afrodescendencia y capacitar a las autoridades y oficiales de Migración para evitar abusos como los que ella ha sufrido en reiteradas ocasiones.

Nueva conciencia para impartir justicia

Por su parte, la activista de derechos humanos Tobyanne Ledesma, se enfocó en señalar las obligaciones que el Estado ha adquirido para la protección de personas afrodescendientes. Ella reconoce algunos avances, como el reconocimiento de los pueblos afrodescendiente en la Constitución Política con la reforma que se hizo a este texto en 2019, la existencia del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la inclusión de la pregunta sobre autorreconocimiento como afrodescendiente en el censo de este año, que se logró gracias al trabajo de incidencia de organizaciones civiles que, a la vez, contaron con el apoyo del Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos.

Sin embargo, expresó que es importante que las autoridades, especialmente las del ámbito judicial, conozcan las herramientas para fallar o sentar sus posiciones a favor de los derechos de las personas afrodescendientes. Precisó que en México son muy comunes las actitudes racistas y discriminatorias en contra de personas afrodescendientes o indígenas, pero que hasta la fecha no ha habido un fallo a nivel de la Suprema Corte condenando estos actos, como sí lo ha habido en otros países de la región.

“No se puede impartir una justicia equitativa si la población no vive en condiciones equitativas; es necesario que los jueces tomen consciencia de cómo permea su juicio una posición racista o discriminatoria, lamentablemente las leyes están, pero no se conocen”, dijo al respecto la antropóloga Sagrario Cruz Carretero.

Raza e Igualdad continuará trabajando de la mano con las y los activistas afromexicanos para comprender la importancia de perfeccionar las herramientas que ha obtenido el Pueblo afromexicano en el transcurso de estos últimos años.

Experto Independiente sobre orientación sexual e identidad de género de la ONU hace un llamado para la prohibición mundial de las «terapias de conversión»

Washington D.C., 17 de julio de 2020.-  El 14 de julio, el Experto Independiente sobre protección contra la violencia y la discriminación basada en la Orientación Sexual e Identidad de Género (IE SOGI por sus siglas en inglés), Víctor Madrigal- Borloz, presentó su informe sobre las diversas prácticas de las  denominadas «terapias de conversión» en un evento interactivo en línea en español y portugués, luego de su presentación ante el Consejo de Derechos Humanos del 7 al 9 de julio, donde explicó la gravedad de estas prácticas y la necesidad de una prohibición global de estas prácticas para proteger a las personas LGBTI.

El evento contó con la participación de la Coordinadora Residente de Naciones Unidas en Honduras, Alice Shackelford, y Andrés Sánchez, Representante Adjunto y Oficial a Cargo de la Oficina Regional para Centroamérica, Panamá y República Dominicana del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Según el informe, el término «terapias de conversión» se usa como un término general (o término “sombrilla”) para describir todas aquellas intervenciones de amplio alcance que se llevan a cabo bajo la creencia de que la orientación sexual o identidad de género de una persona puede y debe ser cambiada. Dichas prácticas tienen por objeto (o pretenden tener por objeto) la transformación de las personas homosexuales, lesbianas, o bisexuales a heterosexuales y de trans o género diverso a personas cisgénero.

En el informe, Madrigal- Borloz proporcionó diferentes ejemplos de intervenciones aplicadas al intentar la conversión, que incluyen, entre otros, actos de violencia física, psicológica, abuso sexual, electrocución y medicación forzada, aislamiento y encierro, así como abuso verbal y humillación. También muestra que las “terapias de conversión” someten a las personas LGBTI a muchas formas de abuso físico y mental, lo que constituye un trato inhumano, cruel y degradante y puede constituir tortura dependiendo de la gravedad del dolor y el sufrimiento infligido.  “Todas las prácticas que intentan formas de conversión son inherentemente humillantes, degradantes y discriminatorias», explicó.

El informe también hace referencia a quiénes perpetran y promueven estas prácticas, así como a la economía que las rodea, mostrando que, a menudo, son un negocio lucrativo para diferentes proveedores en todo el mundo. Señala que, en algunos lugares como Ecuador, se puede estimar que el costo mensual promedio de internamiento en estos centros cuesta alrededor de 500USD por mes.

Antes de este evento, Madrigal- Borloz llevó a cabo una serie de consultas y recibió aportes de diferentes regiones del mundo sobre estas prácticas. Esto incluyó una reunión de expertos celebrada en la Universidad de Harvard, donde más de 30 expertos y activistas de varios países se reunieron para discutir este importante tema. La reunión, apoyada por el Instituto Internacional de Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) y el Programa de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de Harvard, abrió un diálogo sobre el tema que fue vital para la elaboración del informe.

Durante el evento, el IE SOGI destacó que “ha habido normas sobre lo que se considera la orientación sexual e identidad de género, y los que quedan fuera de esas normas, tales como las personas LGBTI, sufren el estigma y la discriminación”.

El Representante Adjunto de la ONU, Andrés Sánchez, señaló que “el informe revela que estas terapias de conversión se llevan a cabo en todas las regiones del mundo, por una amplia gama de actores y cuentan con la participación activa de los miembros de la familia y miembros de la comunidad. También se destaca cómo los niños son vulnerables a estas prácticas que causan daños graves e irreversibles a su bienestar”.

Continuó explicando que “la descripción del dolor y el sufrimiento de las personas que han soportado estas denominadas terapias de conversión debe preocupar profundamente a toda la población y a los Estados para asegurar que haya respeto y garantía de sus derechos humanos”.

El evento se transmitió en vivo a través de Facebook y se unieron asistentes de varios países de América Latina, quienes expresaron sus inquietudes, preocupaciones y gratitud, y reconocieron la importancia de estos hallazgos para sus comunidades y cómo estos pueden ser los primeros pasos hacia el cambio.

Con base en los hallazgos de su informe, el Experto Independiente pide una prohibición global de tales prácticas y emite las siguientes recomendaciones a los Estados:

  1. Tomar medidas urgentes para proteger a la niñez y la juventud de las prácticas de «terapias de conversión».
  2. Realizar campañas para sensibilizar a los padres, las familias y las comunidades sobre la invalidez, la ineficacia y el daño causado por las prácticas de «terapias de conversión”.
  3. Adoptar y facilitar la asistencia sanitaria y otros servicios relacionados con la exploración, el libre desarrollo y/o la afirmación de la orientación sexual y/o género de identidad.
  4. Fomentar el diálogo con los principales interesados, incluidas las organizaciones de médicos y profesionales de la salud, organizaciones basadas en la fe, instituciones educativas y las organizaciones comunitarias para aumentar la conciencia acerca de las violaciones de derechos humanos vinculadas a la práctica de las “terapias de conversión».

Raza e Igualdad continúa apoyando el trabajo del Mandato del Experto Independiente SOGI y se une al llamado a una prohibición global de las prácticas de “terapias de conversión”.

Para obtener más información sobre el informe y ver esta presentación, siga los enlaces a continuación:

Resumen del informe: https://www.ohchr.org/Documents/Issues/SexualOrientation/ConversionTherapyReport.pdf

Informe completo: https://undocs.org/A/HRC/44/53

Enlace del evento: https://www.facebook.com/IESOGI/videos/277503046670312

Organizaciones Afro-LGBT dialogan con la Comisión de la Verdad sobre los retos para la visibilización de las víctimas Afro-LGBT del conflicto armado en Colombia

El pasado 25 y 26 de junio se llevó a cabo un encuentro virtual entre varios líderes y lideresas de organizaciones Afro-LGBT de los municipios del  Valle del Cauca, Nariño y el Caribe colombiano con la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad (CEV). Durante el evento, los y las participantes expusieron ante representantes del Grupo de Trabajo de Género y de la Dirección de Pueblos Étnicos de la CEV la importancia de integrar un enfoque interseccional en la labor de esclarecimiento de los patrones y causas explicativas del conflicto armado interno.

El anterior encuentro se dio en el marco de un proyecto liderado por el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) con el apoyo del Gobierno de Canadá, cuyo objetivo es visibilizar a las víctimas Afro-LGBT del conflicto armado y las causas e impactos diferenciales que estas violencias tienen en las personas con identidades y expresiones sexuales diversas. “Este tipo de espacios resultan de gran importancia para garantizar y fortalecer la participación de las organizaciones Afro-LGBT ante el Sistema Integral de Verdad, Justicia y Reparación, en especial en tiempos en que los espacios de participación se ven limitados a razón de la emergencia sanitaria por COVID-19”, señaló Laura Poveda, abogada consultora para Colombia de Raza e Igualdad.

A través de un diálogo colectivo, los y las participantes ahondaron sobre cómo el racismo y la discriminación por orientación sexual e identidad de género se entrecruzaron en el desarrollo del conflicto armado, y conversaron sobre cuáles son las principales barreras y retos que se tienen para alcanzar la verdad en los casos de vulneraciones a los derechos de las víctimas Afro-LGBT.

Sandra Arizabaleta, directora de la organización Somos Identidad de la ciudad de Cali, señaló que la pertenencia a un grupo étnico de personas sexualmente diversas conllevó un escalamiento de la violencia sobre sus cuerpos, con el fin de eliminar el rastro de su historia como personas afro y personas LGBT en los territorios. El uso del despojo, del desplazamiento, de la violencia sexual y de la desaparición forzada como principales formas de violencia contra las personas Afro-LGBT eran maneras de desarraigar a las víctimas de su territorio y de su comunidad, añadió la participante.

En este sentido, Vivian Cuello, de Caribe Afirmativo, hizo hincapié en la importancia de que, en su informe final, la CEV vaya más allá de las cifras y realice un análisis de las violencias que sufrieron aquellos grupos poblacionales que en general no representan un gran número de casos, pero cuyas experiencias no pueden ser invisibilizadas, como es el caso de las vulneraciones a los derechos humanos de las mujeres LBT, de los hombres trans y de los niños, niñas y adolescentes lesbianas, gays, bisexuales y/o trans.

Por su parte, Angelo Muñoz y Franklin Quiñonez, de la Fundación Arco Iris de Tumaco, señalaron la importancia de contar con cifras oficiales y de establecer mecanismos para superar la impunidad judicial en los casos de violencia contra personas afro-LGBT en el marco del conflicto armado. “La visibilización permitiría avanzar en la desnaturalización de la discriminación y violencia contra las personas Afro-LGBT y facilitaría la construcción de confianza de las víctimas con las entidades estatales”, señaló Quiñonez.

Alejandra Londoño, integrante del Grupo de Trabajo de Género de la CEV, hizo énfasis en que si bien desde el mandato de la CEV se pretende abordar de la manera más precisa los patrones y las causas del conflicto y las implicaciones que tuvieron en la sociedad colombiana, la legitimidad de esta información finalmente deviene de las víctimas y de su ardua labor por acercarse a la verdad de lo que sucedió en el conflicto armado. Por ello, hizo énfasis en la necesidad e importancia de que la CEV y las organizaciones Afro-LGBT trabajen conjuntamente, en especial en el actual contexto, en el que hay que reforzar los esfuerzos para acercar a la sociedad civil a estos espacios.

Así mismo, los representantes de la sociedad civil Afro-LGBT coincidieron en que el racismo y la discriminación de las entidades estatales y el histórico abandono estatal de los territorios jugaron un rol fundamental para el asentamiento de las violencias, y recomendaron a la CEV orientar el ejercicio de no repetición a la transformación de las condiciones de pobreza y exclusión de las víctimas Afro-LGBT y fijar bases para resignificar el rol de las personas LGBT dentro de las comunidades Afro.

Las vidas negras importan: el llamado a una democracia racial resuena en Brasil

Después del brutal asesinato de George Floyd a manos de la policía estadounidense, una ola de protestas ha convocado a la sociedad a salir a la calle para luchar por la erradicación del racismo estructural. En un mundo afectado por la fragmentación de los poderes político-institucionales y que vive en medio de un caos exacerbado por la pandemia de coronavirus, que evidenció la crisis en el sistema mundial de salud, el velo del racismo que sirve de base a los privilegios y formas de explotación del capitalismo neocolonial fue levantado. Ante este escenario, las reacciones antirracistas se encendieron en varios países y, en Brasil, un país que experimenta el trauma del racismo colonial diariamente, el llamado a la democracia racial[1] resuena en su población negra.

Sin embargo, es importante señalar que, debido a los diferentes contextos de colonización y las diferentes políticas raciales adoptadas en las historias de ambos países, cualquier análisis que tenga como objetivo comparar las reacciones de la población brasileña y la población estadounidense en el caso de George Floyd implica reconocer, una vez más, las estrategias de opresión de las políticas mundiales de dominación. En este sistema mundial jerárquico, Estados Unidos sirve como punto de referencia para el análisis comparativo y las comparaciones entre los dos países, representan otra expresión de violencia simbólica.

Sin embargo, el racismo es el común denominador de esta estructura de opresión, el vínculo que invita a los descendientes de la diáspora negra en todos los rincones del mundo a unirse a través del lema «Las vidas negras importan«. El quiebre del capitalismo puso en tela de juicio los llamados regímenes democráticos, porque una democracia que se sustenta a través de un sistema necropolítico que busca eliminar a los cuerpos negros, indígenas y otros no blancos, no puede considerarse, como en su significado etimológico, el poder del pueblo. En Brasil, cuando se naturaliza el racismo como inherente a la sociedad, este tiene un impacto en la muerte y exclusión de los cuerpos negros y en su acceso a la ciudadanía plena y los derechos humanos.

Por lo tanto, cualquier suposición de que la lucha para acabar con el racismo en Brasil ha cobrado impulso sólo con las protestas estadounidenses actuales, es ignorar su historia. En la década de 1930, el Frente Negro de Brasil (FNB) [1] tenía como objetivo la igualdad racial en toda la sociedad, pero desaparició a razón de un decreto presidencial durante la dictadura de Vargas. Desde la década de 1970, el Movimiento Negro Unificado (MNU) [2] ha enfrentado de diversas formas la discriminación racial, sin contar los movimientos, las luchas construidas y las ocupaciones en cuclillas que han luchado contra la discriminación racial desde los tiempos de la esclavitud. Durante la abolición, las asociaciones de pueblos negros confirmaron la capacidad de agencia y organización política antirracista.

En 2018, con el asesinato de la concejal Marielle Franco [3], las protestas contra el racismo en Brasil se intensificaron. Miles de personas salieron a las calles reclamando justicia para Marielle y por todo lo que ella representaba: la lucha de resistencia del pueblo negro brasileño. Su cobarde asesinato reveló el racismo estructural e institucional arraigado en la sociedad brasileña: el racismo como estrategia de dominación política que desangra a miles de familias afro. Sin embargo, en Brasil, todavía es necesario demostrar que el racismo existe, mata y encarcela sistemáticamente a la población negra.

Este año, la pandemia de COVID-19 exacerbó unas desigualdades sociales que se materializan de forma racista. En un momento en que la población mundial es llamada a acatar el aislamiento social, en Brasil, la seguridad de quedarse en casa para protegerse contra el coronavirus es un privilegio para una pequeña porción de la sociedad que, por supuesto, es en su mayoría blanca. Irónicamente, la sofocante muerte de George Floyd se traduce como una metáfora en COVID-19, en la que la población negra y pobre es la que más muere debido a las fatales consecuencias respiratorias del virus. En este sentido, la memoria del cautiverio se refleja en el cuerpo negro que, al salir a la calle a trabajar diariamente, se entrega a las manos invisibles de la enfermedad que cuelga en el aire.

Y como el país no puede parar, la política racista del gobierno también se ha ampliado ante la pandemia a través de la arbitrariedad de la violencia policial. Las operaciones de la policía militar, con autorización del Estado de Río de Janeiro, continuaron hasta que se dio la muerte del joven João Pedro, de 14 años, en el municipio de São Gonçalo [4]. En vista de la atención mediática del caso en la sociedad, el Supremo Tribunal Federal tuvo que usar la fuerza de la ley para prohibir que las acciones policiales continuaran en estas comunidades durante el período de aislamiento social [5]. Teniendo en cuenta que, desde una perspectiva racial, los policías que patrullan en las favelas son en su mayoría negros y residentes de estas comunidades, el peso de la violencia racista revela que la policía brasileña es la que más mata, pero también es la que más muere [6].

Frente a esta situación, el peso de las muertes de George Floyd y João Pedro hizo eco en una ola de solidaridad y lucha racial que también llamó a la mayoría blanca a asumir una posición antirracista. Por lo tanto, los movimientos antifascistas se unieron a la lucha antirracista a través del llamado de las organizaciones de clubes antideportivos. Los manifestantes marcharon a las calles para denunciar el genocidio de los negros y exigir una democracia plena [7]. Con el eslogan «Las vidas negras importan» en todo el país, los medios hegemónicos, dominados por la élite brasileña, no tenían forma de evitar el tema del racismo, porque además de Brasil, las manifestaciones están ocurriendo a escala mundial [8].

El movimiento antirracista se está expandiendo estratégicamente y a través de un manifiesto, publicado en periódicos impresos de amplia circulación y virtuales, hace un llamado a toda la población brasileña y sus instituciones a reafirmar y comprometerse con un programa democrático destinado a erradicar las prácticas racistas vigentes en la sociedad brasileña [9]. Titulado «Con el racismo no hay democracia«, el manifiesto fue lanzado por la Coalición Negra, que reúne a organizaciones del movimiento negro de todo el país entre otras organizaciones de la sociedad civil.

Si los efectos asfixiantes de este brote pandémico logran sofocar la violencia racista, allanando el camino para una posible revolución racial, salir a la calle no habrá sido en vano. Las vidas de João Pedro, George Floyd, entre las más de 450 mil muertes por coronavirus en todo el mundo, deben honrarse con lucha y resistencia para que en el futuro, podamos reescribir la historia exaltando a las personas negras a través de sus capacidades.

De esta manera, Raza e Igualdad apoya las manifestaciones antirracistas y antifascistas en curso en Brasil y en todo el mundo, y recomienda al Estado brasileño que apoye a la población negra, con medidas como:

  • La aplicación de un modelo de propuesta de gobierno democrático que garantice la erradicación de prácticas racistas estructurales e institucionales.
  • Acceso total al sistema de salud pública.
  • Ratificar la Convención Interamericana contra el Racismo, Discriminación Racial y formas conexas de Intolerancia [10]
  • Ratificar la Convención Interamericana contra toda forma de Discriminación e Intolerancia [11]
  • Pensar en estrategias antimilitaristas para combatir el crimen dentro de las comunidades.
  • Adoptar políticas públicas con sesgo interseccional que contemplen las especificidades de las opresiones que afectan a las personas negras.

[1] https://www.geledes.org.br/frente-negra-brasileira-2/

[2] https://www.geledes.org.br/movimento-negro-unificado-miltao/

[3] https://theintercept.com/series/caso-marielle-franco/

[4] https://www.bbc.com/portuguese/geral-52731882

[5]https://radioagencianacional.ebc.com.br/justica/audio/2020-06/stf-proibe-operacoes-policiais-em-favelas-do-rio-durante-pandemia

[6] https://jus.com.br/artigos/74146/policia-brasileira-a-que-mais-mata-ea-que-mais-morre

[7] y [8] https://brasil.elpais.com/brasil/2020-06-06/vidas-negras-importam-chacoalha-parcela-de-brasileiros-entorpecida-pela-rotina-de-violencia-racista.html

[9] https://comracismonaohademocracia.org.br/

[10] http://www.oas.org/es/sla/ddi/tratados_multilaterales_interamericanos_A-68_racismo.asp

[11] http://www.oas.org/es/sla/ddi/tratados_multilaterales_interamericanos_A-69_discriminacion_intolerancia.asp

 

[1] La democracia racial es un término usado en Brasil que propaga la idea de que las personas blancas y negras vivirán armoniosamente en Brasil, en una fusión armoniosa de varias razas, que disfrutan de igualdad de oportunidades. Comúnmente se refieren a este como un mito que oculta y garantiza la superioridad blanca en las relaciones raciales en Brasil, porque se cree que las personas negras están en peores condiciones porque no se esfuerzan lo suficiente.

El caso de George Floyd, una expresión de racismo estructural

El Instituto sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad) se une a las voces de denuncia, rechazo e indignación por el asesinato de George Floyd, un hombre afroamericano víctima del racismo y la violencia policial que ocasionaron su muerte el pasado 25 de mayo. Los hechos por los que hoy miles de ciudadanos en Estados Unidos y el mundo se manifiestan son la consecuencia de un racismo estructural que se ha institucionalizado, y el cual reproduce patrones de pobreza, violencia, discriminación y formas sistemáticas de violaciones a los derechos humanos fundamentales de las y los afroamericanos.

El caso de George Floyd no es ajeno ni está aislado de los múltiples patrones de discriminación que se han invisibilizado y/o ignorado por 400 años en los Estados Unidos, sobre todo de la extrema violencia policial contra la comunidad afroamericana que se ha visibilizado en las ultimas décadas. Raza e Igualdad hoy se une a las voces de las personas y representantes de la sociedad civil que están respondiendo a las muertes de George Floyd, Breonna Taylor y muchos otros, gritando “LAS VIDAS NEGRAS IMPORTAN”, ejerciendo su legítimo derecho a la protesta y a la libertad de expresión para exigir un cambio en estos patrones.

Nos preocupa la respuesta del Gobierno de Estados Unidos a las extensas protestas a lo largo y ancho del país, puesto que miles de manifestantes han sido objeto de represión por parte de las fuerzas policiales e incluso de miembros de la Guardia Nacional, quienes se han desplegado en sus vehículos militares cargando bayonetas como forma de intimidación a la población e impedirles que ejerzan sus derechos. Como resultado de esta reacción, incitada abiertamente por el Presidente Donald Trump, se han reportado casos de ciudadanos que han perdido los ojos, han sufrido lesiones e incluso han sido asesinados en el contexto de las manifestaciones de la última semana. Estas acciones violan los derechos a la libertad de opinión, expresión y asamblea, garantizados en la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos y reconocidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Estos derechos son fundamentales para la democracia y para lograr el cambio social.

Hoy levantamos nuestra voz para que las vidas de los pueblos afrodescendientes sean reconocidas, reivindicadas y respetadas. Exigimos a los Estados que transformen las prácticas policiales conocidas como el “perfilamiento racial” e instamos a las autoridades a iniciar un diálogo con organizaciones y comunidades afrodescendientes para buscar y aplicar soluciones conjuntas a este problema.

Las vidas negras importan no sólo por un asunto racial o de color de piel. La situación de George Floyd es la expresión de una realidad que ya no se puede esconder: la discriminación y el racismo son un flagelo que continúa quebrantando las estructuras sociales políticas, económicas y culturales de nuestros Estados, imposibilitando la configuración de sociedades justas, equitativas y pacíficas.

El silencio ante las injusticias, la constante violencia y los estereotipos hacia las personas afroamericanas en Estados Unidos han justificado, por mucho tiempo el maltrato y los asesinatos de los miembros de esta comunidad, los cuales son ignorados por el sistema de justicia, que ha propiciado que ni los agentes policiales y ni las personas que agreden a los afroamericanos sean juzgados y condenados apropiadamente.

Exigimos que los responsables del asesinato de George Floyd sean puestos a disposición de la justicia y juzgados como corresponde, para acabar con el ciclo de la impunidad en que se escudan muchos de los crímenes cometidos en contra de afrodescendientes.

Raza e Igualdad hace un llamado urgente a los organismos internacionales y a los Estados para redoblar esfuerzos y adoptar las medidas necesarias para erradicar cualquier forma de discriminación en todas sus formas y manifestaciones, de tal manera que se prevengan y combatan las doctrinas y prácticas racistas que menoscaban los ideales de toda sociedad humana.

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