El 25N y los 16 Días de Activismo, tiempo para reflexionar y actuar contra la violencia de género

Washington DC, 25 de noviembre de 2022.– En 2021, el 56% de las mujeres asesinadas en el mundo murieron a manos de sus parejas u otros familiares, según ONU Mujeres, la organización de Naciones Unidas dedicada a la promoción de los derechos de las mujeres y niñas. Dicha estadística fue dada a conocer en vísperas […]

Washington DC, 25 de noviembre de 2022.– En 2021, el 56% de las mujeres asesinadas en el mundo murieron a manos de sus parejas u otros familiares, según ONU Mujeres, la organización de Naciones Unidas dedicada a la promoción de los derechos de las mujeres y niñas. Dicha estadística fue dada a conocer en vísperas del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se conmemora este 25 de noviembre y marca el inicio de los 16 Días de activismo contra la violencia de género.

La organización detalló que, cada hora, más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas en el mundo por algún miembro de su entorno más cercano en 2021. En el caso de América Latina y el Caribe, y en el contexto de la Covid-19, la problemática de feminicidios ha sido calificada como “la otra pandemia”. Aunque establecer con exactitud cuántos feminicidios ocurren en la región cada año resulta difícil debido a la falta de datos oficiales o al sesgo con el cual algunos países registran la violencia contra las mujeres, las aproximaciones hechas por organismos internacionales u organizaciones de la sociedad civil dan cuenta de una situación grave.

De acuerdo con el informe La pandemia en la sombra, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), al menos 4,091 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 26 países (17 de América Latina y 9 del Caribe) en 2020. Al hacer una radiografía por país, nos encontramos con cifras igual de preocupantes. En México, en 2021, las autoridades registraron 977 mujeres asesinadas, de las cuales el 18% eran menores de 18 años. En Honduras, ese año hubo 381 feminicidios, para una tasa de 4.7 por cada 100,000 mujeres.

Si bien el feminicidio es la expresión más extrema de la violencia contra las mujeres, es importante tener en cuenta que existen diversas manifestaciones que vulneran sus derechos. Esto, lamentablemente, marca en nuestras sociedades una dinámica generalizada y en tendencia: cada día, a cada momento, una mujer, niña o adolescente es víctima de violencia basada en género. ONU Mujeres cifra esta realidad en que 1 de cada 3 mujeres en el mundo sufre violencia de género durante su vida.

Para el Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos (Raza e Igualdad), monitorear y analizar la situación de violencia contra las mujeres en las Américas, así como hacer recomendaciones a los Estados para combatirla, es un eje fundamental en nuestro trabajo de promoción y defensa de los derechos humanos desde una perspectiva interseccional, pues entendemos que la violencia basada en género es estructural y tiene múltiples expresiones que pueden afectar de forma desproporcionada según el origen nacional, la raza o etnia y la orientación sexual y diversidad de género de las personas.

Una ola que crece y resiste

Sin duda, el movimiento que lucha contra la violencia de género ha venido creciendo significativamente en las Américas. El trabajo de registrar y denunciar las violencias que enfrentan las mujeres en diferentes espacios de la sociedad ha hecho posible que esta problemática constituya un eje clave en la creación públicas para la protección de sus derechos y la eliminación de esta llamada pandemia.

Este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, no solo queremos contribuir a visibilizar la problemática, sino que también queremos exaltar los perfiles de mujeres que hacen frente a la violencia de género y buscan transformar la realidad de sus comunidades para garantizar una vida libre de violencia y con igualdad de oportunidades para las mujeres y niñas.

Luchando contra la violencia de género sin un marco legal

Eroises González es una activista afrocubana que dirige la Plataforma Femenina, una organización que desde hace 12 años trabaja para que las mujeres identifiquen y hagan frente a las diversas manifestaciones de la violencia de género. Ello pese a que Cuba no cuenta con una ley en ese sentido y es uno de los pocos países de la región que no tipifica el delito de feminicidio. “Hoy las cubanas, a pesar de que nos falta mucho por lograr una vida sin violencias, están tratando de romper con el patriarcado impuesto por años”, asegura.

Resistiendo ante la violencia política

Anexa Alfred Cunningham es una mujer indígena mískitu nicaragüense, abogada e integrante del Mecanismo de Expertos sobre Derechos de los Pueblos Indígenas (EMRIP, por sus siglas en inglés) por América Central y del Sur. En julio de 2022, al terminar su primera misión oficial en la decimoquinta sesión del EMRIP, la experta no pudo abordar su vuelo de regreso a Nicaragua por órdenes del régimen autoritario de este país. De este modo, quedó en una situación de exilio ilegal de su propia tierra, donde residía y la esperaban sus familiares, incluidos sus hijos e hijas menores de edad a su cargo.

Haciendo frente a la violencia vicaria

En Perú, Sabrina Rodríguez lucha contra la violencia vicaria a través del Frente de Lucha Materna. Este tipo de violencia es aquella que tiene como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres queridos y especialmente de sus hijas e hijos. Su manifestación más extrema es el asesinato de hijos e hijas, pero también se expresa cuando los progenitores imponen condicionamientos para pensión de alimentos, amenazan con quitar la custodia y hostigan con denuncias judiciales, entre otras acciones, con el fin de continuar ejerciendo control, daño, dolor, desgaste emocional y económico hacia las mujeres que decidieron cortar la relación.

Acompañando a mujeres migrantes

Gaby Arenas, de Colombia, es fundadora y directora de TAAP (Taller de Aprendizaje para las Artes y la Paz), organización que desde hace 15 años trabaja en la construcción de paz, por medio del arte y la promoción de los derechos humanos, con especial en mujeres víctima de violencia de género y mujeres migrantes. Su misión es transformar las realidades de las comunidades a través de las artes y la innovación social para que puedan vivir sin violencia y alcanzar el bienestar.

Trascendiendo escenarios para denunciar y resistir

En Brasil, el caso de extrema violencia política llevó a la concejala Benny Briolly a recurrir a organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para proteger su vida y ejercer su cargo político sin temor. En una decisión histórica, fue la primera vez que la CIDH otorga medidas cautelares a un travesti. Mujer negra y trans, defensora de los derechos humanos y de origen periférico, Benny Briolly tiene una historia de vida atravesada por el racismo y la transfobia y, por tanto, encaminó su carrera política hacia la defensa de estos lineamientos, apuntando a una representación institucional de la población negra, LGBTI+ y personas de la favela.

Comprender para actuar

Siguiendo el lema de este año de las Naciones Unidas para la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, “¡ÚNETE! Activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas”, y entendiendo que para lograr esto se deben abordar las diferentes formas de violencia que afectan a las mujeres, presentamos un ABC sobre temas y aspectos relevantes para la comprensión y prevención la violencia de género.

VBG: Siglas utilizadas para hacer referencia a la Violencia Basada en Género.

25N: 25 de noviembre, fecha en que se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia de Género.

Violencia de género: Hace referencia a las diferentes formas de violencia que afectan de forma diferencial a mujeres y niñas. Pueden ser físicas, psicológicas, emocionales, económicas, sociales, etc.

Feminicidio: El asesinato de una mujer/niña a razón de su género. Suelen ser ejecutados por personas cercanas a las víctimas y con quien se tiene algún vínculo familiar o afectivo.

Feminismo: Movimiento social que busca la equidad entre hombres, mujeres y otros géneros.

Machismo: Estructura social y de pensamiento que se basa en el presupuesto de una falsa superioridad de hombres sobre mujeres.

Identidad de género: Hace referencia a cómo una persona se identifica en razón de su género. Si el sexo biológico (pene o vagina) va en concordancia con lo que socialmente se asocia a ese género, es una persona cisgénero; si no se da dicha concordancia social, es una persona transgénero.

Feminización de la pobreza: Fenómeno social según el cual las mujeres han experimentado una serie de violencias y barreras sociales, estructurales e históricas que imposibilitan la equidad en el acceso a recursos.

Trabajo de cuidado: Trabajo muchas veces no remunerado que socialmente ha sido feminizado.

Equidad de género: Acciones que buscan la equidad en el acceso a posibilidades y recursos entre hombres y mujeres.

Interseccionalidad: Concepto que hace referencia a cruces de identidades entendidas como históricas y socialmente vulnerables.

En Raza e Igualdad entendemos que los procesos de concienciación y análisis, tanto en mujeres como en hombres, y en los diferentes niveles de la sociedad, comprenden un eje fundamental para diseñar e implementar acciones contra la violencia de género. Reconocemos que ha habido avances en ese sentido, gracias en gran medida al rol de la sociedad civil. Por ello, seguimos demandando a los Estados mayor voluntad y diligencia para formular e implementar políticas públicas dirigidas a garantizar la integridad y vida de las mujeres, y a proteger sus derechos.

Por otro lado, es importante la creación y funcionamiento efectivo de aparatajes estatales para atender la violencia de género—y en aquellos países donde ya existen—estos deben operar desprovistos de sesgos y dilaciones y estar apegados a los estándares establecidos por los tratados internacionales como la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como Convención de Belém Do Pará, y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.

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